El ministro Guzmán adelantó, este domingo, a Página 12, que el gobierno de los Fernández suspendería la negociación de la deuda externa con jurisdicción Nueva York, ante la falta de acuerdo de parte de los fondos internacionales con la propuesta del gobierno. El planteo, extravagante, todavía podría ser parte de una pulseada final con los fondos internacionales.
El planteo de renegociación de parte de Argentina recogió apenas una aprobación del 32% de los acreedores. Para escabullirse de este impasse, el gobierno anuncia ahora la intención adelantar la renegociación de la deuda con el FMI. La fantasía oficial, de acuerdo a lo que escribe un periodista del diario, atribuye al FMI una línea de mayor gasto público frente a la pandemia y el derrumbe de la producción, en contraste con los bonistas, que reclaman una política de 'ajuste' y 'reformas estructurales'. Sin embargo, la única prueba de un cambio de posición del FMI se encuentra en el 'perdón' de deuda acordado a los países más pobres de África – algo que ocurre en todas las crisis. Otros observadores creen advertir la posibilidad de un 'plan Marshall' en todo el mundo, en la decisión reciente de la Comisión Europea de financiar un incremento del gasto público de sus países mediante la emisión conjunta de deuda. En realidad, la mayor parte del escaso paquete de la UE está constituido por “garantías”, no dinero, a gobiernos y empresas para que recurran a préstamos bancarios o de fondos. La pandemia, sin embargo, ha agarrado a estos en 'orsai': el español Santander acaba de anunciar una pérdida de u$s 12 mil millones, y algo similar ocurre con el BBV, el Barclays, el ex Royal Bank of Scotland, y algunos bancos alemanes. Los canales de créditos están obturados. Para evitar un registro mayor de pérdidas, los bancos norteamericanos están financiando el alargamiento del pago de las deudas hipotecarias de las familias.
Jubilados y FMI
¿Cómo se llega a este impasse cuando las ofertas de unos y otros parecían a un dedo de distancia? Guzmán dice en la entrevista que, en ese tramo de tres puntos, entre Argentina y los 'bonistas' se juega el destino de la 'población vulnerable', 'las jubilaciones' y los 'gastos sociales y sanitarios'. Parece que esto no ocurría mientras pasaba de una oferta 39 dólares por lámina a casi 51. Atribuye ahora la presión por un acuerdo a las patronales que necesitan refinanciar sus propias deudas con el exterior, como si este no fuera el propósito de una renegociación de deuda pública – si no conseguir el ingreso de fondos nuevos, habilitar al menos la reestructuración de la deuda contraída en el pasado por las empresas. Suspender los contactos con los fondos internacionales para reiniciarlos con el FMI es una contradicción 'in fraganti', pues toda negociación exitosa con el FMI haría subir el precio de los bonos con jurisdicción neoyorquina, y aumentar, por lo tanto, las exigencias de los acreedores. Por otro lado, EEUU tiene un poder de veto en el FMI, de modo que no negociará contra sus propios fondos financieros. BlackRock, el jefe de la 'contra', tiene nada menos que el monopolio de las transacciones de deuda pública y privada que realiza la Reserva Federal.
La puja entre los fondos internacionales, de un lado, y el gobierno F-F, del otro, nunca fue, estrictamente, por el mayor o menor valor que se le reconoce a la deuda pública exterior. El valor de esa deuda (su precio) fluctúa en el mercado de acuerdo al flujo de dinero o de caja del deudor para poder pagar lo comprometido. Es por lo tanto un instrumento de política económica. Guzmán sabe mejor que cualquiera que se trata de esto. A principios de año la deuda cotizaba al 33% de su precio de face; la semana pasada estaba arriba del 45 por ciento, y los acreedores lo quieren ver a 60. Esto gracias a Guzmán, súbitamente inquieto por el destino de los mismos jubilados a los que quitó la movilidad. La posición de Argentina fue siempre poner el acento en la dilatación del inicio de los pagos, preferentemente hasta el final del mandato actual de los F-F, no la quita de la deuda, y hasta cierto punto en los intereses. La reducción de los intereses que pelean los negociadores es, en cierto modo, ficticia – es lo aproximadamente lo mismo pagar el 9% cuando en el mercado mundial está a 3,5%, que prometer un 3,8%, a veinte años, cuando afuera está en cero.
Argentina en ruinas
El impasse que se ha creado obedece, por lo tanto, a un impasse político. En primer lugar, el desplome social y económico se ha acentuado en forma feroz desde el inicio de las negociaciones. El déficit del Tesoro llega al 10% del PBI, alrededor de u$s40 mil millones. El déficit del Banco Central es incluso peor, con dos billones y medio de pesos en Leliq al 35% anual - ¡600 mil millones de pesos de intereses! Bajo F-F el tarifazo de los servicios sigue en pie, solamente disimulado por los subsidios – otros dos billones de pesos. A pesar de la recesión y la caída de las importaciones, Argentina tiene déficit de cambios externo, porque el Central pone los dólares para pagar deuda externa privada, y porque hay acaparamiento de stock, en adelanto a una devaluación del peso oficial. El mercado negro del dólar llega a los 140 pesos, y se acusa a grupos poderosos de manipularlo. Los datos sociales de pobreza, desnutrición e indigencia son espantosos.
La política económica para pagar la deuda, que exigen los fondos, es una invitación a la catástrofe. Se cierne como una amenaza al cumplimiento del periodo de mandato de los Fernández. El conflicto se ha filtrado al campo de las peleas entre grupos económicos, cuando se presentan a juicio decenas de miles de quiebras. Se ha filtrado al campo judicial, porque la investigación de los negocios macristas llegan a tocar a los fondos que manejaron la política financiera del gobierno anterior. La norteamericana Pimco exige que se la rescate de las pérdidas que sufrió con bonos en pesos bajo el macrismo, y ahora está negociando los términos de su reconversión a dólares con Guzmán. Esta crisis ha dividido a la patronal agro-exportadora; un Consejo Agro-Indutrial Argentino, dirigido por aceiteras y procesadoras de bio-combustibles se ha separado de la Mesa de Enlace, y se encuentran en trincheras diferentes sobre el destino de Vicentin. China ha dado un paso al frente en Argentina, al renovar y aumentar el monto de reservas que ha garantizado al Banco Central. En la entrevista a Página 12, el ministro de Economía se declara abiertamente alineado con los nuevos bloques capitalistas que emergen en el país.
El conflicto con los fondos y bancos internacionales no es sólo local. A la cabeza del pelotón se encuentran también Ecuador, Turquía, Líbano y Sudáfrica. La cadena de pagos tiene numerosos eslabones rotos a nivel mundial.
Acumulación “primitiva”
Guzmán no solamente fantasea con una salida a este impasse de la mano del FMI. También lo hace cuando dice que la 'pos-pandemia' ofrece a Argentina la posibilidad de utilizar “recursos ociosos” para una reactivación poderosa del “mercado interno”. Esos 'recursos ociosos' necesitan, sin embargo, de capital trabajo, saneamiento de deudas y una reestructuración de la cadena de pagos. Por la falta de estos medios mucho de ellos van al cementerio de las quiebras, con el agravamiento consecuente de la crisis. Los 'recursos ociosos' son la contracara de la crisis, antes de funcionar como una salida de ella. Para que el Estado pueda mover esos 'recursos' por medio de capital, antes deberá consumar un brutal 'ajuste' en la fuerza de trabajo (salarial, laboral, sanitario, educativo). Es precisamente lo que está haciendo esta crisis, que ha producido una enorme desvalorización de la fuerza de trabajo y lo mismo con los gastos del Tesoro. También necesitaría de una reactivación del comercio internacional – que se ha desplomado. Una renovada acumulación de capital plantea, por sus características sociales contradictorias, una renovada lucha de clases, de alcance altamente político.
Desde las páginas de Política Obrera hemos advertido acerca de la deriva explosiva de la crisis de deuda pública desde el comienzo del gobierno actual. Ella es parte integral de un impasse histórico sin precedentes del capital en todo el mundo desarrollado.
Jorge Altamira
02/08/2020
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