El mar Mediterráneo es el escenario de una fuerte disputa por los beneficios del petróleo entre Grecia y Turquía. Desde principios de julio, Grecia y Turquía se encontraban discutiendo los derechos económicos sobre las zonas del Mediterráneo que los enfrentan debido a la existencia de islas griegas a menos de las 200 millas de las costas turcas, que el derecho internacional reconoce como zona económica exclusiva de mar para cada país. Esta negociación había sido promovida por Ángela Merkel y EEUU.
Esta mesa se encuentra actualmente rota, tras un acuerdo entre Egipto y Grecia para reconocer mutuamente zonas económicas exclusivas (ZEE) en el este del Mediterráneo. Esto encendió la alarma en la capital turca, que inmediatamente rompió la negociación con Grecia, reiniciando la exploración del lecho submarino en los territorios disputados, protegiendo la explotación con barcos militares e incluso submarinos.
Choques y tensiones
Una sucesión de acuerdos entre varios países ha convertido el choque Ankara-Atenas en un conflicto mundial. En diciembre de 2019, Erdogan había realizado un acuerdo con el gobierno de Libia, el Gobierno del Acuerdo Nacional (GNA). Libia está sacudida por una guerra civil desde el asesinato de Gadafi. Este acuerdo reconocía ZEE entre el Noroeste de Libia y el sureste de Turquía, que se cruzaban con zonas reclamadas por Grecia y Chipre. Ambas se encuentran negociando la construcción de un gasoducto marítimo, nacido del Foro del Gas Mediterráneo, conformado por Grecia, Chipre, Jordania, Israel, Palestina, Egipto e Italia.
Turquía no ha cesado un segundo de actuar en esta zona, argumentando que una exclusión de Turquía y el Norte de Chipre (solo reconocido por Turquía) era contrario a todos los acuerdos y tratados internacionales. Lo cierto es que la construcción del gasoducto busca excluir abiertamente a Turquía.
El acuerdo entre Grecia y Egipto vuelve a “distribuir” la ZEE que Libia y Turquía habían acordado en diciembre, una clara declaración de enfrentamiento.
Italia mientras tanto ha avanzado en acuerdos con Grecia sobre el Mar Jónico, para avanzar en la construcción del gasoducto. Por su parte, Turquía encabeza un proyecto alternativo junto a Rusia para abastecer de gas a la UE.
Guerras
Grecia califica las exploraciones turcas de “ilegales” y ha advertido que “Grecia no será chantajeada. Defenderá su soberanía y sus derechos soberanos” (Al monitor, 10/8).
Turquía ha enviado sus expediciones en las zonas en disputa, cerca de la isla de Creta, la marina griega tiene ordenes de evitar perforaciones en estas zonas.
La definida “diplomacia coercitiva” que estaría impulsando Erdogan, corre el mayor de los riesgos. La actitud de Atenas y Ankara se contrapone con los intereses propios de la OTAN, lo cual ha encendido la alarma en Washington y en Berlín, que se ha puesto como sede de las negociaciones.
Joaquín Antúnez
13/08/2020
No hay comentarios.:
Publicar un comentario