Argentina no escapa a lo que se conoce como el “apartheid” de las vacunas, donde se estima que cerca de un 90% de los habitantes del mundo, de 70 países de bajos ingresos, tendrán pocas chances de vacunarse contra la covid19 en 2021. Mientras tanto, países como Canadá y EEUU tienen un acopio de dosis de vacunas como para inocular cinco veces a su población. El 16% de la población mundial acapara el 60% de las dosis de vacunas que están a la venta. En lo que respecta a los países que menos vacunas están percibiendo, se añade otro dato: en la mayoría de ellos, se realizaron los ensayos clínicos correspondientes a la fase III de los laboratorios privados, que hoy están embolsando ganancias siderales. Curiosamente, la Argentina fue uno de esos lugares en donde, por ejemplo, Pfizer realizó esos ensayos. Este laboratorio acrecentó un 96% sus ganancias en 2020. No es la única: se estima que AstraZeneca aumentará sus ganancias un 30% más este año. (El Economista, 11/02/2021)
Todos los especialistas coinciden en señalar que existe una carrera contrarreloj. Declaran que es una carrera contra reloj para evitar la mutación de un virus que circula por todo el planeta, produciendo nuevas cepas. La socialización de la producción y distribución de vacunas, que es urgente, es incompatible con el acaparamiento capitalista de las mismas.
Acaparamiento de vacunas
El gobierno argentino –en combinación con el grupo capitalista que comanda el empresario K Hugo Sigman- jugó una parte importante de sus fichas a un proyecto conjunto entre Argentina y México de la vacuna de AstraZeneca, donde la vacuna es producida aquí y envasada en aquél país. Pero el “envasamiento” prometido en México se ha empantanado bajo el peso de la puja de monopolios y potencias capitalistas por el acaparamiento de este mercado. La planta mexicana Liomont, donde AstraZeneca debería envasar las vacunas producidas en Argentina (de las cuales se dijo que se destinarían 22 millones de dosis para el país), declaró no contar con las condiciones para envasarlas, aduciendo inconvenientes legales y burocráticos. Pero en el caso del mercado interno mexicano, esta mora sería cubierta, cuándo no, por vacunas provistas desde EEUU. La telaraña que envuelve la producción de vacunas incluso abarca a los propios estados que hoy las acaparan. En febrero, la revista médica The Lancet publicó un informe en donde señala la ayuda que recibieron los laboratorios privados para la elaboración de vacunas. Allí afirman que los estados financiaron las investigaciones privadas con una cifra estimada en US$10.000 millones.
Esta coalición entre gobiernos capitalistas e industria farmacéutica, está dispuesta a enfrentar cualquier intento de sortear el régimen de patentes en torno a las vacunas. Recientemente, el propio Biden fue “invitado” a castigar a aquellos países que intentaron incurrir en la producción de vacunas por fuera de la industria, tales como Colombia. La embestida, apunta a proteger a los “socios comerciales de EEUU” (en palabras del propio documento) contra aquellas iniciativas que atenten los derechos de propiedad intelectual. Bajo la firma de BIO y Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, -PhRMA- se encuentran representados en EEUU, las firmas farmacéuticas más grandes del mundo, incluidas Pfizer, Gilead Sciences y Johnson Johnson (The Intercept, 03/03).
Argentina
Los especialistas y organizaciones de Argentina ya mencionados afirman que “Hay 16 millones de adultos mayores de 60 años en riesgo y el porcentaje de vacunados es mínimo”. Y denuncian que la operación AstraZeneca, para producir la vacuna en Argentina y envasarla en México, está conduciendo a un gran fiasco. Las vacunas producidas no regresan al país. Argentina, señalan, podría envasar a sus vacunas en plantas públicas, ya que cuentan con la capacidad para hacerlo. En lo inmediato, proponen: “1) Suspender las remesas a México de la vacuna de Astrazeneca hasta que no comience la entrega por parte de dicho país de manera regular y suficiente de las vacunas envasadas 2) Se autorice bajo el régimen de emergencia a los laboratorios públicos y privados a envasar la vacuna producida por AMBXcience proveyendo de la asistencia técnica y financiera necesaria” (Disponible en https://medicamentos.alames.org/declaraciones/10154/ ) Esta medida, exigiría la intervención inmediata del laboratorio del grupo Sigman (afín al gobierno, y la incautación de sus recursos productivos y tecnológicos para un plan público de producción de vacunas.
La imbricación entre industria farmacéutica y gobiernos capitalistas no sólo implica la pretensión de monopolizar las ganancias provenientes de la producción de vacunas, sino que implica hoy una coalición contra la propia humanidad. La lucha contra el capitalismo, traducida en la provisión de vacunas que este sistema no puede llevar adelante, supone la lucha por nuestra supervivencia.
Cecilia Pourrieux
25/03/2021
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