Bogotá amaneció paralizada. Se realizarán quince actividades durante el día en el Parque Nacional, Monumento de los Héroes, Universidad Pedagógica y Universidad Distrital (Bluradio, 12/5). Los estudiantes organizan “clases a la calle” y plantones en diferentes puntos de la capital. Desde las 5:00 de la mañana se bloquean los portales del sistema de transporte en Usme, Tunal, 20 de Julio, Suba, Norte, Américas y la calle 80, frenando la movilidad de la capital. Cincuenta estaciones de Transmilenio están inhabilitadas. Se repintó un mural sobre pueblos originarios en la capital, vandalizado con pintadas supremacistas.
En Bucaramanga la concentración principal comenzó a las 8:00 de la mañana. En Barranquilla, las centrales obreras y maestros se concentrarán en el Parque Esthercita Forero, y se unirán a otra marcha convocada por el comité juvenil de paro. Así sucederá en al menos 600 municipios. La Minga indígena participará en las movilizaciones en Cali. Aquí, Duque ordenó el máximo despliegue de fuerza pública y desarrolló una reunión del Consejo de Seguridad. Habrán nueve puntos de concentración. Hay bloqueos en la ciudad, principalmente al norte y al sur. Otros bloqueos en el oriente de la ciudad, también en el oeste y centro. La Federación General de Trabajadores del Valle convocó a las organizaciones sindicales y a la ciudadanía en general a que se movilizaran desde la Universidad, lugar de ataques paramilitares a estudiantes, trabajadores e indígenas.
Desastre sanitario
En Bogotá, la ocupación de camas UCI alcanzó el 96 %. El más reciente reporte de Salud Data muestra que la capital tiene 610,5 casos activos de COVID-19 por cada 100.000 habitantes. La tasa de mortalidad en los hombres es de 283,9 por cada 100.000 y, en las mujeres, de 147,3 por cada 100.000.
“El Distrito, en vez de reforzar las medidas para contener la propagación del virus, aflojó las restricciones al acordar que desde el martes 11 de mayo todo establecimiento debe cerrar a las diez de la noche (El Espectador, 10/5).
Tampoco hay cuarentenas (generales o por localidades), como sí lo hubo en otros momentos complejos de la pandemia, donde incluso la situación era mejor que la actual.
La alcaldesa bogotana, Claudia López, aprovechó la situación sanitaria para atacar a las movilizaciones. “¿Cómo le decimos a una localidad que se encierre cuando el resto sale a movilizarse? ¿Con qué cara le decimos a los niños que se sacrifiquen cuando los adultos no lo están haciendo?” Así es la burguesía: cuando el pueblo se moviliza reivindica el confinamiento – cuando se resigna al orden, reclama la ‘apertura’.
El personal de salud de la capital y de otras ciudades respalda el paro. La Federación de Educadores realiza un cese de tareas contra la presencialidad.
Emiliano Monge
12/05/2021
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