Tras la caída en septiembre de Mauricio Claver-Carone como presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID -como resultado de un acto de corrupción mezclado con amoríos con una funcionaria del organismo financiero) fue nombrado Ilan Goldfajn, quien fuera presidente del Banco Central de Brasil durante la presidencia de Michel Temer. Fue el hombre propuesto por el mandatario saliente Jair Bolsonaro y contó con el apoyo del presidente electo Lula da Silva.
El progresismo de América Latina y su pro-imperialismo
Alberto Fernández, presidente argentino, presentó como candidata a Cecilia Todesca; Amlo, presidente de México, presentó a Gerardo Esquivel; el chileno Gabriel Boric, a su turno, propuso a Nicolás Eyzaguirre, que fuera ministro de hacienda durante el último gobierno de Michelle Bachelet, y se postuló señalando que su candidatura es “la única que puede ofrecer capacidad de consenso y equidistancia”; es decir que el imperialismo podía confiar en él, puesto que no sacaría los pies del plato).
El candidato bolsonarista también lo era del imperialismo norteamericano, que tiene la mayoría de las acciones en el banco. Goldfajn fue respaldado por el presidente estadounidense Joe Biden.
La delegación argentina, integrada por Sergio Massa, Santiago Cafiero, Cecilia Todesca y Marco Lavagna, de acuerdo a un informe de El Diario AR, llegó al final a un acuerdo con el Departamento del Tesoro norteamericano para votar junto a Estados Unidos, Brasil y Canadá al candidato triunfante con más del 80% de los votos, y a cambio el gobierno argentino obtuvo tres cargos: vicepresidencia de sectores, gerencia de infraestructura y el nuevo instituto de género e igualdad, lo cual revela que la candidatura de Todesca era solo una simulación.
Aunque el mexicano Amlo se quejó para la tribuna diciendo que Goldfajn es más de lo mismo, justificó el voto argentino en nombre del enorme peso de la deuda externa en nuestro país. Aclaró, a su vez, que no se verá perjudicada la relación bilateral.
No es esta la primera vez que los gobiernos progres de América Latina se postran en el BID ante el imperialismo norteamericano. Cuando tuvo lugar la elección de Claver-Carone, aunque tanto México como Argentina habían propuesto la postergación de la elección (luego del fracaso de la candidatura de Gustavo Beliz a la presidencia del organismo), al llegar el día de la misma, ambas representaciones se hicieron presentes para dar quorum y posibilitar así la elección del candidato de Donald Trump, aunque lo disfrazaran con una abstención.
Basta con recordar el discurso de Amlo en la Casa Blanca en julio de 2020: “También quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos”. Esto, dicho luego del anuncio de un muro por parte de Trump en la frontera con México.
En cuanto al apoyo del presidente electo de Brasil a Goldfajn, el candidato bolsonarista, insistimos en un concepto ya señalado en Prensa Obrera: “la posición de Lula demostró nuevamente que en su radar no figura chocar con el imperialismo, ni revertir los ataques implementados en los últimos años contra las masas trabajadoras, precisamente porque regresará al poder con el apoyo del gran capital y de Washington”.
En nombre del progresismo, esta clase de gobiernos capitalistas pretenden hacer pasar las medidas más dolorosas para las grandes masas. Estas deberán adoptar el punto de vista de la independencia política.
Roberto Gellert
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