Este domingo 5, Ecuador fue a las urnas para elegir prefectos (gobernadores), alcaldes, concejales, representantes de zonas rurales y miembros del Consejo de Participación Ciudadana – el CPC, un órgano que elige funcionarios judiciales, de la Contraloría General del Estado y la Defensoría del Pueblo. A su vez, por impulso del presidente Guillermo Lasso, de la derechista Creo, se realizó en simultáneo un referéndum que puso a consideración ocho puntos relacionados con asuntos de seguridad, reforma política y ambiente.
Los resultados arrojan una dura derrota del gobierno. En la consulta, con la que Lasso buscaba reforzar su autoridad, se imponía el No en todas las opciones. Las preguntas incluían el planteo de una reducción de la cantidad de diputados, la extradición de personas ligadas al “crimen organizado trasnacional”, la elección de los miembros del CPC por la Asamblea Nacional (en vez de por el voto popular), y algunas medidas referidas al cuidado del ambiente. El rechazo no responde a las iniciativas en particular sino a un repudio en bloque al gobierno que las promovió.
En cuanto a las prefecturas y alcaldías, el gobierno se presentó derrotado de antemano, porque casi no contaba con candidatos propios. Esta debilidad territorial ya había quedado de manifiesto en elecciones pasadas. Y allí donde se presentó, le fue mal. En la provincia de Guayas, el candidato de Creo, el empresario ganadero Francesco Tabacchi, apenas alcanzó el 6% de los votos.
Quien ha capitalizado políticamente el rechazo al gobierno es el partido del expresidente Rafael Correa, que lleva por nombre Revolución Ciudadana. Esta fuerza se impuso en las dos principales ciudades del país, Quito y Guayaquil, así como en las prefecturas en que ellas se encuentran, Pichincha y Guayas. En el caso de la ciudad costera, el partido del exmandatario rompió con más de 30 años de hegemonía del Partido Social Cristiano (PSC), quien paga los costos de su propia gestión y su apoyo político a Lasso. El nuevo alcalde será Aquiles Alvarez, un empresario y exdirectivo del club de fútbol Barcelona. Revolución Ciudadana se impuso también en provincias como Azuay, Imbabura, Manabí y Sucumbíos, algunas de las cuales ya gobernaba.
El triunfo del correísmo ha opacado en la consideración de los medios la elección del indigenista Pachakutik, que volvió a ganar varias gobernaciones con resultados plebiscitarios. En Bolívar, se alzó con el 42%; en Santa Elena, obtuvo el 55%; en Tungurahua, el 39%. También le ganó al partido de Lasso, por escaso margen, en Cotopaxi. Logró el segundo lugar en Pichincha, detrás de Revolución Ciudadana. Sus resultados son buenos en ciertas zonas de la sierra y algunos lugares de la costa. En cambio, en Guayas cosecha resultados marginales (menos del 2%).
Pachakutik es una fuerza política ligada a la Conaie, la central indígena. De orientación política centroizquierdista, ha logrado canalizar y compactar el voto de la masa indígena del país, que representa alrededor del 20 por ciento de la población.
Un gobierno fondomonetarista
El gobierno de Lasso eligió como norte de su mandato cumplir con el programa de reformas y ajuste que forma parte del acuerdo con el FMI de su predecesor, Lenín Moreno. Al calor de ello, impulsó una política de privatizaciones, ataques a la clase trabajadora y reforzamiento del aparato represivo del Estado.
Enfrentó, a mediados del año pasado, una rebelión popular protagonizada por el movimiento indígena, a raíz de un intento de incrementar el precio de los combustibles. Si bien esa rebelión no logró sacarlo del poder, Lasso se granjeó un gran repudio popular y hoy recibe un cachetazo electoral.
Además, Lasso llegó a los comicios golpeado por un escándalo de corrupción en las empresas públicas que tiene como principales involucrados a su cuñado, Danilo Cabrera, y al titular de Emco (coordinadora de las compañías estatales), Hernán Luque, quien supo ser funcionario del banco Guayaquil, cuyo principal accionista era el actual mandatario. El llamado “caso Encuentro” destapó una olla de sobornos y manejo irregular de contrataciones. El Congreso, donde Lasso está en minoría, abrió una comisión investigadora que puede complicar al presidente en lo que le resta de mandato.
A esto se suma un incremento del poder de las bandas del narcotráfico, la inseguridad y la violencia carcelaria, que tiene como resultado un aumento alarmante del número de homicidios y masacres. Un dato luctuoso es que alrededor de cinco candidatos fueron asesinados en el curso de la campaña. El último de ellos, Omar Menéndez (que competía por Revolución Ciudadana para la alcaldía de Puerto López), fue abatido el mismo fin de semana de la votación.
Por una alternativa política de los trabajadores y campesinos
El correísmo no tiene un planteo de ruptura con el FMI y de lucha contra el gobierno de Lasso. Su política se circunscribe a tratar de relevar políticamente a la derecha en las elecciones de 2025. En las elecciones de 2021, el candidato de la Revolución Ciudadana, Andrés Arauz, pronosticó una relación “excelente” con Washington en caso de llegar al gobierno, y sostuvo que “vamos a fortalecer la dolarización con el apoyo de los Estados Unidos y de los organismos internacionales”.
El desarrollo de una alternativa política de los trabajadores y campesinos, independiente de todas las fuerzas patronales, es la tarea política planteada en Ecuador.
Gustavo Montenegro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario