Los datos, basados en la encuesta permanente de hogares (EPH) del INDEC, muestran que en el primer semestre de 2022 el 51,5% de las niñas y niños viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica de alimentos y servicios. Si se suman las privaciones no monetarias previamente mencionadas, el valor asciende al 66%. En total, son aproximadamente 8,8 millones las niñas y los niños que experimentan carencias monetarias o de algunos de los derechos fundamentales. 3,7 millones (28%) enfrentan ambos tipos de privaciones simultáneamente: es decir, 3 de cada 10 chicas y chicos viven en hogares con ingresos insuficientes y, al mismo tiempo, tienen al menos un derecho básico vulnerado. En informes anteriores (20/05/2020) referían que la pobreza afectaba en el segundo semestre de 2019 al 53% de las niñas y niños y que podría escalar al 58,6% hacia fines del 2020, por lo cuál los datos recientemente arrojados dan cuenta de un aumento.
Uno de los datos más preocupantes es que nueve de cada diez chicas y chicos en situación de pobreza monetaria viven en familias en las que uno o los dos miembros de la familia trabajan. El 76% de estos niños y niñas viven en hogares donde los adultos tienen trabajos informales o relaciones laborales precarias. A su vez, según este informe, el presupuesto nacional destinado a la infancia en 2023 caerá entre un 13,3% y un 22,2%, según la inflación que se tome.
Para el mes de enero, el costo de vida que marcó el INDEC fue del 6%, y en CABA el registro apuntó un 7.4%. A esto hay que sumarle el aumento de tarifas. Con respecto a los salarios, las burocracias sindicales (todas alineadas con Massa) apuntan a cerrar acuerdos paritarios del 60% en dos tramos del 30%. Prolifera el trabajo informal para el cuál no hay regulación laboral que alcance. Y desde el ministerio de Desarrollo Social avanzan en los recortes de los planes sociales, que son hoy un paliativo por demás escaso para poder solventar a una familia. Recientemente, el gobierno debió actualizar el tope para las asignaciones familiares de 158.000 a $404.000 para el mes de marzo, dado que se quedaba una gran cantidad de familias trabajadoras afuera del cobro de las mismas.
El cumplimiento a rajatabla del acuerdo con el FMI implica un golpe brutal para las familias trabajadoras. El ajuste que pretende imponer Massa y el gobierno y el plan "aguantar" para llegar a las elecciones encuentra su límite con las condiciones materiales de la clase obrera y el rechazo que esta situación despierta.
Soledad Domínguez
21/02/2023
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