El referente liberal con aspiraciones a gobernador de la provincia de Buenos Aires, José Luis Espert, profundizó su discurso de odio y estigmatización contra los trabajadores desocupados y el movimiento piquetero con el reclamo de “bala” para el dirigente del Polo Obrero Eduardo Belliboni. Lo de Espert no solo es una amenaza abierta sino que además implica una incitación al odio y la agresión física contra los trabajadores que luchan, propia del fascismo.
Espert manifestó: “Está claro que si no es por guita, no apoyás las protestas. Cárcel o bala para vos Belliboni que lucrás con los pobres”. Esto fue en respuesta a un tuit de Belliboni que destacaba el uso de los métodos piqueteros por parte de vecinos que cortaban la Gral. Paz en reclamo contra los cortes de luz, mostrando que los piquetes trascienden a la realidad de las organizaciones piqueteras.
La publicación profundiza el hilo de un tuit anterior donde en referencia a la acción de lucha de la Unidad Piquetera contra los 160.000 mil despidos en el Potenciar Trabajo, donde el dirigente liberal había reclamado “Cárcel o bala” para los piqueteros.
La contracara de esta orientación se encuentra en los discursos oficiales que buscan deslegitimar los reclamos obreros y populares, tachándolos de “politizados” o “partidistas”, allanando el camino para las “peticiones aleccionadoras”. La agresión de Espert opera en el marco del ajuste fondomonetarista del gobierno que, para proceder, debe descalificar y atacar al conjunto de los trabajadores desocupados.
Las campañas de odio de los partidos políticos patronales tienen a los trabajadores desocupados como blanco predilecto y consecuencias directas en la realidad: algo que se expresó en el intento de asesinato de Cristina Kirchner.
En términos similares a Espert, el legislador porteño por la fuerza que conduce nacionalmente Javier Milei, Ramiro Marra, se sumó a los ataques contra Belliboni y los piqueteros con un tuit que reza: “A vos te voy a meter preso. Dejá de vivir de los pobres y ponete a laburar, delincuente!!”.
Se trata de una política integral de los liberfachos que busca desencadenar una corriente de odio y violencia contra los trabajadores que se organizan por su reclamo y que instiga a la población para que cometa actos de violencias y ataque contra los manifestantes.
A su vez, la ofensiva antiobrera viene acompañada de causas penales y persecución en todo el país, que no solo avanza contra los desocupados, sino que prepara las condiciones para nuevos golpes al salario, los derechos laborales y las jubilaciones.
Marcelo Mache
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