Lucha contra la reforma jubilatoria de Macron
Las movilizaciones obreras y de la población contra el proyecto del gobierno sobre las jubilaciones se suceden semana a semana y se orientan hacia la huelga general política de masas. Para los militantes y organizaciones de lucha de clases se plantea el interrogante de cómo intervenir en este cuadro, sin una estructura nacional y sin posiciones dirigentes nacionales.
El curso de la movilización
El sábado 11 se produjo una nueva movilización callejera en todas las ciudades del país, con la clara exigencia del retiro del proyecto del gobierno. Esta vez, a diferencia de las 2 movilizaciones anteriores de los días martes, la manifestación fue convocada un día sábado, para favorecer la participación sin huelga y en familia, según la inter-sindical. En realidad, la manifestación parisina fue algo inferior a las anteriores pero se manifestaron y cristalizaron algunos elementos significativos: el odio del gobierno reaccionario de Macron y sus maniobras en los consignas voceadas, la presencia de la juventud y el comienzo de movilización en las universidades y sobre todo manifestaciones en prácticamente todas las ciudades, pequeñas, medianas, grandes. Fue una señal impresionante y un golpe terrible para el gobierno: el movimiento obrero está acaudillando al conjunto de la población trabajadora.
La intersindical lanzó un calendario ambiguo, que permite todas las alternativas. Se convoca a una nueva movilización callejera durante la semana para el jueves 16. Está previsto que la Asamblea Nacional (los diputados) termine sus debates el viernes 17, con o sin voto del proyecto del gobierno según el procedimiento parlamentario utilizado, particularmente antidemocrático. Si, como dice el comunicado de la inter-sindical, “el gobierno y el parlamento continúan con su sordera de la oposición popular, … se llamará a los trabajadores y trabajadoras, los jovenes y los jubilados, a endurecer el movimiento, paralizando Francia en todos sus sectores el 7 de marzo próximo. El 8 de marzo es la jornada internacional de lucha por los derechos de la mujer y será la oportunidad de poner en evidencia la injusticia social mayor de esta reforma hacia la mujer.”
La palabra huelga, y menos aún huelga general, no es utilizada para nombrar ls jornadas del 7 y del 8 de marzo. La declaración observa ante todo el curso parlamentario del proyecto y la movilización obrera aparece como una reacción a la sordera y ceguera del gobierno y de los parlamentarios.
La respuesta combativa
De inmediato, el comunicado de la inter-sindical abrió el paso a las interpretaciones. El secretario general de la CGT indicó que el día 7 podía ser una jornada de huelga e incluso el punto inicial de una huelga indefinida de algunos sectores. Por su lado, el secretario de la CFDT no mencionó la huelga como continuidad del movimiento y se limitó a denunciar duramente al gobierno. La inter-sindical volverá a reunirse el jueves 16 pero salvo una sorpresa política imprevista, el país se encamina hacia una “jornada negra” el día 7 de marzo y al lanzamiento de huelgas para el día 8, con el “apoyo” de la CGT, FO y Solidaires y la abstención de la CFDT.
La inter-sindical del subte parisino ya adoptó la decisión de lanzarse a la huelga “reconductible” (renovada día a día). Todo indica que el movimiento de huelga se generalizará el 8 de marzo, a partir de algunas federaciones de la CGT (energía, química, ferroviarios, portuarios) con el apoyo, y/o la iniciativa de Solidaires y de Force Ouvrière. Es dificil prever la posición exacta que tomará la inter-sindical pero en todo caso no estará en la iniciativa y el apoyo al movimiento.
La huelga general política de masas, contra el proyecto y el gobierno de Macron, está en los genes de la movilización actual, de la presencia de la población en las calles del país, de la intervención de los sectores más militantes. En cambio, no está en el programa de la inter-sindical nacional, que trata de escapar a esta alternativa. Es posible que la “unidad” entre las 8 centrales sindicales se rompa después del 8 de marzo, con la ruptura de Solidaires y la posición ambigua de la CGT.
Esta huelga general, que no estará controlada por el aparato burocrático de las grandes centrales sindicales, va a sacudir la situación política del gobierno y debería marcar una nueva etapa para el movimiento obrero francés. Sin embargo, se enfrenta a la realidad de que será el fruto de la movilización de la población contra el gobierno con una intervención más bien marginal de los núcleos de lucha de clases del movimiento obrero, de los sectores militantes. La lucha actual contra el proyecto de modificar la edad de la jubilación de 62 a 64 años ha tocado la sensibilidad de toda la población, en un período de inflación, trabajo temporario y sobre todo de degradación de la educación y la salud hospitalaria, que constituían elementos de defensa de la vida cotidiana del proletariado, la juventud, la población de los barrios populares, los inmigrantes. Es una descomposición que no tiene antecedentes desde los años 30 y que, de cristalizarse, marcará una etapa en la opresión de la población por el capitalismo y la burguesía, que exhibe con toda impudicia sus millonarios triunfantes. El primer millonario en el mundo es francés, Bernard Arnault, patrón del lujo y la coquetería.
La preparación de una huelga general está ausente en el orden del día de la CGT y las centrales sindicales. Incluso algunas de las federaciones de esta central que predican la huelga para el día 8 tienen comportamientos más cercanos de una dirección burocrática que de una democrática, expresión de las bases y de los militantes. Los núcleos que tratan de popularizar la huelga general son minoritarios, no logran una estructura nacional y no tienen una expresión política propia en el conjunto del movimiento obrero.
Nos enfrentamos entonces a un país que podrá conocer un cuadro inédito de movilización, con la intervención de sectores militantes minoritarios. La fuerza de la resistencia obrera a la degradación de la vida de explotados y de la bronca de la población contra el gobierno, pueden terminar por manifestarse en la huelga general, como la lava de un volcán en erupción.
La tarea importante ahora es no sólo popularizar la huelga sino lanzar todo tipo de iniciativas por agrupar a los cuadros militantes y de vanguardia. Una convocatoria nacional antes del día 7 a los sectores y organizaciones partidarios de la huelga para impulsar una intervención unitaria, está a la orden del día de las tareas prioritarias de las organizaciones revolucionarias, de lucha de clases.
A nivel local, e incluso de algunas ciudades, es posible construir instrumentos militantes unitarios con una intervención efectiva en la actividad de las masas.
Las próximas semanas serán decisivas en este curso histórico.
Roberto Gramar
Desde París
14 de febrero de 2023
No hay comentarios.:
Publicar un comentario