La norma eleva la edad jubilatoria de 60 a 65 años, rebaja los ingresos (merced a una nueva forma de calcular los haberes), liquida las cajas jubilatorias especiales y establece la obligatoriedad para todos los trabajadores de afiliarse a las Afap (administradoras privadas). Es un brutal ataque contra la clase trabajadora.
Entre los sectores que se plegaron a la medida de fuerza figuran los bancarios, municipales, lecheros, trabajadores del transporte y la salud.
Con respecto al proyecto aprobado en el Senado el año pasado, el gobierno de Luis Lacalle Pou introdujo algunas modificaciones, a raíz de cuestionamientos internos por parte de sectores de Cabildo Abierto y el Partido Colorado, que integran la coalición gubernamental. Pero se trata de cambios que no alteran su naturaleza antiobrera.
Durante todo este período, en lugar de un plan de lucha progresivo, el planteo de la conducción del PIT-CNT ha sido el de “otra reforma” en base a un “diálogo social” (página de la central, 17/11), una posición conciliadora en medio de la ofensiva de Lacalle Pou. En función de ello, siguió una línea de administración del conflicto, con medidas aisladas, dilatadas en el tiempo.
La elevación de la edad de retiro forma parte de la agenda de los gobiernos capitalistas a nivel internacional. En Francia, el proyecto de Emmanuel Macron desató el proceso huelguístico más importante desde 1995.
Es posible derrotar esa agenda, a condición de una lucha consecuente.
Prensa Obrera
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