La Ciudad Autónoma de Buenos Aires se convirtió en un centro de especulación inmobiliaria con el respaldo de los bloques mayoritarios de la Legislatura porteña. Las excepciones para obras de torres y construcciones suntuosas son la contracara del nulo presupuesto para la construcción de viviendas populares. Meses atrás una beba murió a metros de la Casa Rosada.
El operativo conjunto entre organismos estatales del gobierno Nacional y de la Ciudad dejan blanco sobre negro que no hay grieta a la hora que hacerle pagar el ajuste a los más pauperizada de la ciudadanía porteña.
Según los medios, de los 160 solo 30 personas aceptaron ser trasladados a hogares de noche. El resto permanecía a la intemperie frente al río en las jornadas más frías del año. Algunos de los desalojados denunciaron que no les dejaron buscar sus pertenencias ni su documentación.
Los refugios que se les ofrecen son inhabitables, mientras que los subsidios habitacionales, temporarios y por montos menores, exigen una gran cantidad de requisitos.
Una ciudad expulsiva es parte del programa de JxC, de UxP y de los radicales de Martín Lousteau. La solución a la crisis habitacional sólo podrá venir de un programa que parta de las necesidades de los trabajadores: un plan de construcción de viviendas populares y de obras públicas, con trabajadores contratados mediante bolsas de trabajo entre los y las desocupadas de la Ciudad, con salarios de convenio y derecho a la sindicalización. Ningún subsidio habitacional va a dar solución definitiva a los desalojados de Aeroparque, las familias desalojadas ni a los cientos de expulsados de sus viviendas por la imposibilidad de pagar.
Valentina Viglieca
04/07/2023
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