Los diarios del martes 5 dieron el disparo de partida para evitar que Milei gane en primera vuelta. El editorial de Clarín rebautiza a la ‘casta’ como “República” y la convoca a impedir que caiga sobre ella “el meteorito”. “Poder Ciudadano”, un lobby que disfraza sus intereses sociales con el mantra de defender la Constitución, “advirtió, en su cena anual, contra Javier Milei”. Un columnista de La Nación titula su brulote de este modo: “La libertad no avanza, retrocede”. El mismo diario dedica una página entera a a señalar que “En EE.UU. Milei genera incógnitas”. En otra nota, asegura que “a Milei se le empiezan a caer las fichas”. Varios artículos y comentarios radiales y televisivos subrayan que los planteos del candidato ‘extremista’ son, en algunos casos, ilegales, y en otros, inconstitucionales, como la dolarización y la supresión del Banco Central. En cualquier caso, no tendría, ni por lejos, una mayoría en el Congreso, y tampoco se inclina a gobernar en coalición. Los propios pseudolibertarios han comenzado a poner la marcha atrás en varios planteos, como la libre portación de armas. En cuanto a la dolarización, Ramiro Marra, el candidato a jefe de Gobierno en la Ciudad, ya la conjuga en tiempo futuro, incluso para aplicarla en el período 2027/31. Estos giros verbales no alcanzan a conformar a nadie, porque ya no hay tiempo para encuadrar con garantías al ‘sedicioso’ de la derecha. Milei tendría que desarmar para ello al grupo de menemistas dolarizadores con que se ha rodeado e incluso la tutela que le ha impuesto la Corporación Eurnekián, de donde ha reclutado a un número exagerado de potenciales funcionarios. En sus propias filas hay un poderoso choque de intereses entre Emilio Ocampo, que propone un endeudamiento sideral para apuntalar la dolarización, los viejos ministro y vice del gobierno de Menem, de pausar la dolarización a la obtención de un “equilibrio macroeconómico” previo.
El apoyo que la poderosa burguesía que se aglutina en la Fundación Mediterránea ha dado a Patricia Bullrich no parece alcanzar para levantar un dique de contención a Milei. Le ha cedido su economista jefe, Carlos Melconián, a la candidata de JxC, sin que se conozca como ha llegado a esa decisión. La candidata del ‘todo o nada’ se encuentra en un pozo que luce insondable. Ahora se ve obligada a defender el planteo de Melconián de legalizar la circulación del dólar, en lo que podría convertirse en un tránsito más rápido a la dolarización que agita Milei. Melconián pretende una devaluación de gran magnitud para poder seguir gravando las exportaciones principales de Argentina sin perjudicar al agronegocio. No es lo que auguraban los economistas tradicionales del macrismo, como Laspina y Lacunza. Melconián asegura que una devaluación de gran tamaño provocaría un ingreso formidable de divisas que bajaría el tipo de cambio del dólar. Esto mismo fue el ‘pecado’ original que se le atribuye a Macri, que terminó con una fuga inmensa de capitales de cortísimo plazo y el ‘socorro’ del FMI. La cuarentena que todos los mencionados tejen para neutralizar Milei no encuentra aguja apropiada.
Magnetto y Saguier probablemente quieran una segunda vuelta sin Massa –entre Milei y Bullrich. Pero si para ese propósito van a emprender una cruzada contra el pseudolibertario, corren el riesgo de obtener lo contrario, incluso una segunda vuelta entre Massa y Milei y la renuncia de Melconián a la Mediterránea. Massa también tiene sus mecenas en Washington; lo acaba de probar el acuerdo con el FMI, que sólo salió por decisión del Tesoro norteamericano. El Tesoro aprobó el pago de los dos bonos salariales que han provocado tanta discordia con gobernadores y empresarios, y avaló la extensión del canje de monedas entre Argentina y China (“swap”), que para muchos observadores constituye el primer paso para que el Banco Central de Pekín funcione como prestamista de última instancia. Es claro que si Massa se convierte en presidente completará todos los tarifazos que ya han puesto en marcha, con algunos zigzagueos, sin meterse con la dolarización ni con la circulación legal del dólar.
Para coronar este panorama, ayer, lunes 4, Victoria Villarruel, la segunda de Milei, realizó el acto de “homenaje a las víctimas del terrorismo”, sin la compañía de ningún macrista, aunque Rodríguez Larreta le cedió, para el caso, el ámbito de la Legislatura. Patricia Bullrich incluso se deslindó de la ceremonia, a la que tildó de “ajena a las preocupaciones de la gente”. Es una fisura fuerte entre quienes reivindican a la dictadura. La mayor parte de aquellas víctimas pertenecían o estaban vinculadas al aparato de represión estatal del gobierno militar, no eran paseantes accidentales del terrorismo de Estado. Es típico, sin embargo, que el método terrorista -un instrumento ciego de lucha política- alcance subsidiariamente a muchas personas ajenas al terrorismo estatal, pero no han sido éstas las que fueron homenajeadas en el templo legislativo. Tampoco se asociaron a la provocación montada por Villarruel, Milei ni Marra –candidato a jefe de Gobierno- que están rebobinando el programa del partido. Lo que ayer ha vuelto a estar ausente, por parte de Villaruel, es el reconocimiento al papel criminal de los aparatos del peronismo –la Triple A y las bandas sindicales. Todo este diversionismo no es acompañado por las grandes patronales y el gobierno norteamericano, preocupados de que la sucesión presidencial sirva para una salida política unificada de la burguesía, y no para embarrar lo que ya es terreno fangoso. Con el único que cuentan para eso es con Sergio Massa, que ha reiterado su convocatoria a un gobierno de “unidad nacional”. En cuanto a la sospecha de que detrás de todas estas provocaciones estaría el alto mando militar, hay que decir que la preocupación fundamental de éste es su reequipamiento bélico y no comprometerlo con aventuras políticas precipitadas.
Estos hechos han destacado el relegamiento del FIT-U a un rol de espectador –no de protagonista. El interés del FIT-U es que las elecciones no le provoquen un retroceso todavía mayor al de las PASO. Es probable que, siguiendo el ejemplo de esas primarias, cada grupo haga campaña electoral por aquellos de los suyos que siguen en carrera. Myriam Bregman ha convocado a superar el retroceso enorme del FIT-U el 13 de agosto pasado y a conseguir alguna representación parlamentaria. A principios de 2020, el PTS anunció, en un texto que Christian Castillo puso al debate en la Izquierda, la inminencia de una situación prerrevolucionaria que ahora niega, cuando Argentina asiste a un derrumbe casi único en toda la economía mundial. No tiene un programa de conjunto ni un plan de acción para la crisis en desarrollo. Sigue con la rutina de proponer, como ocurrió ayer en el debate de candidatos a gobernadores en Santa Fe, nacionalizaciones de variado tipo, en especial de exportadores, con el objetivo desarrollista de mejorar el ingreso nacional de Argentina, lo cual nada tiene que ver y hasta es incluso lo contrario, con la expropiación del gran capital, por parte de un gobierno de trabajadores, para organizar una transición al socialismo. El FIT-U muestra una férrea oposición a tomar la iniciativa de organizar asambleas, plenarios y congresos obreros para impulsar una huelga general, que espera lance la burocracia de la CGT. Una huelga general es hoy, en Argentina, una huelga política –por eso la burocracia es su mayor enemigo. La fragmentación de la burguesía, descrita más arriba, muestra que Argentina está sentada sobre un volcán que ya ha entrado en erupción. Poner la atención en salidas parlamentarias, en estas condiciones, socava la autonomía y la independencia de la clase obrera y es un activo tóxico para la conciencia del proletariado.
Jorge Altamira
05/09/2023
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