Con la publicación de un documento titulado “Las 10 propuestas para una Argentina viable”, la cámara de las empresas estadounidenses en el país (Amcham) fijó los objetivos y demandas de dicho sector patronal para el próximo gobierno. Un recetario de medidas y transformaciones de ajuste para dos candidatos amigos del establishment norteamericano.
El documento de Amcham establece un trazo grueso para la orientación de la política del gobierno que surja del balotaje del 19 de noviembre, con la vista puesta en garantizar la seguridad jurídica privada, los negocios y la productividad y avanzar en reformas estructurales contra los trabajadores y en favor del sector privado.
Amcham Argentina, con casi 700 empresas nucleadas que inciden en el 24% del PBI, casi el 40% de la recaudación fiscal y el 45% de las exportaciones, con la presidencia honoraria del embajador Marc Stanley y la presidencia de Facundo Gómez Minujín por parte de la JP Morgan, representa un punto fuerte de la política imperialista en el país.
Entre las principales exigencias del sector se destacan la demanda de “un modelo de país con reglas de juego estables”, en alusión a la seguridad jurídica de las empresas, y el respeto por “la división de poderes garantizando la independencia y autarquía económica del Poder Judicial”, en defensa de la Corte Suprema como última garante de los negocios capitalistas.
También señalan la necesidad de una “modernización (ajuste) del Estado” y una menor intervención en la economía, junto a un mayor ajuste fiscal y menor emisión monetaria.
Yendo al hueso de sus negocios reclaman una “reforma impositiva y laboral a nivel nacional, provincial y municipal, con el objetivo de equiparar derechos y obligaciones, simplificar procesos, eliminar impuestos y gravámenes distorsivos, y adecuar la regulación a los modelos laborales del siglo XXI”. Algo que repiten al exigir “reducir la abrumadora carga fiscal que pesa sobre el sector formalizado de la economía” y “esquemas laborales e impositivos flexibles”.
En esto radica una de las exigencias fundamentales de la clase capitalista para avanzar contra las conquistas obreras por medio de una mayor flexibilización del mercado laboral, abaratando despidos y eliminando cargas y aportes patronales que financian las jubilaciones y la seguridad social e los trabajadores.
Además, desde Amcham reclaman por una “revisión de los esquemas de incentivos y promoción al comercio exterior” y una mayor apertura al mercado internacional, y la eliminación de todos los “esquemas” que bloquean la libre exportación e importación, bregando por una devaluación inmediata.
Muchas de las “propuestas” de las patronales norteamericanas ya forman parte del discurso y la agenda de ambos candidatos al balotaje, síntoma de que expresan una agenda “consensuada” con el imperialismo yanqui, aceitada con las reuniones con el embajador norteamericano y el FMI.
Cabe recordar que el “pedido” de unidad nacional que ahora enarbola Sergio Massa provino de la propia embajada norteamericana, por la voz del mismo Stanley, justamente, para reunir el capital político necesario para desenvolver la agenda de ajuste que indican las patronales. Algo que en el reciente debate entre Massa y Milei también se expresó en la reivindicación de ambos al trumpista Giuliani.
Independientemente de quien salga victorioso del balotaje queda claro que la clase capitalista está fijando una guía de acción para descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores con un programa a medida de sus negocios privados y sus intereses.
Marcelo Mache
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