Un “pacto de mayo” contra la clase obrera
El retorno del impuesto a las ganancias es parte del borrador de la nueva “Ley Bases”. Volver al impuesto es de máximo interés de los gobernadores, porque el 70% se coparticipa entre las provincias.
Para los trabajadores en relación de dependencia solteros, el nuevo "piso" pasará de 2,34 millones a $1,8. Mientras que para los casados con dos hijos será de $2.300.000 de salario bruto, prácticamente lo mismo que el piso actual. Sin embargo, la realidad es otra: el piso vigente debía actualizarse en enero de este año, con la suba del Salario Mínimo Vital y Móvil: el Gobierno de Milei difirió la fecha de actualización del SMVyM a febrero, para postergar la actualización del piso del impuesto a julio. Si se tiene en cuenta que el actual SMVyM de marzo es de 202.000$, el piso de ganancias de 15 salarios mínimos debería ser en marzo de 3,03 millones de pesos. Los trabajadores que revisten como autónomos -un sector creciente especialmente en la gran industria -tendrán un piso inferior para empezar a pagar ganancias, de alrededor de 900 mil pesos.
Una novedad significativa es la introducción de una nueva escala de alícuotas, que irá del 5% al 35%. El gobierno presenta esto como un retorno a la progresividad del impuesto. La tasa máxima del 35% comenzaría a aplicarse a partir de un salario bruto mensual de alrededor de $4.300.000. Originalmente el impuesto ya era así, pero por la falta de actualizaciones de las cargas familiares y de las deducciones, los trabajadores que apenas ingresaban al impuesto lo hacían pagando la alícuota más alta (del 31%), la misma alícuota que las empresas, con la diferencia sustancial en la cantidad de recursos contables con los que las empresas esquivan pagar el impuesto a las ganancias. Por eso mismo, según el gobierno, se establece ahora un mecanismo de actualización por la inflación del Índice de Precios al Consumidor para las deducciones personales y las escalas de alícuotas. Sin embargo, hay una maniobra en este punto bastante grosera: las actualizaciones por IPC, en medio de inflaciones mensuales de dos dígitos, serán anualizadas. Al comienzo del año, muchos salarios no pagarán el impuesto, pero a medida que los salarios se actualicen en paritarias y que el piso y las deducciones queden desactualizadas, hacia fin de año terminarán pagando cada vez más trabajadores y cada mes en mayor medida. Es curioso que el método de actualización anual que Milei derogó por decreto de necesidad y urgencia para los alquileres, ahora es reivindicado para el piso y las deducciones del impuesto a las ganancias.
Un dato poco conocido es que la aprobación del proyecto implica la derogación de las exenciones al impuesto, concedidas por Massa a lo largo de 2023 y que están vigentes en el artículo 26 de la ley del impuesto. Estas alcanzaban a toda una serie de ítems salariales de los trabajadores, la mayoría vinculadas a flexibilidad laboral: los adicionales por turnos rotativos, las horas extras, etc. Estas concesiones se habían hecho bajo una gran presión de sectores empresarios que se encontraban con que los trabajadores eran reacios a realizar extras para que se las rebane ganancias. Todos estos ítems volverán a ser contabilizados para el impuesto.
Representantes de distintos sindicatos, cómo Mario Manrique del SMATA, anunciaron su rechazo a la restauración del impuesto. La eliminación de la cuarta categoría de Ganancias fue una pelea del movimiento obrero durante muchísimo años, con todos los gobiernos, y no la vamos a entregar. Aunque representantes de otros gremios como el Somu, la pesca y los petroleros se manifiestan en el mismo sentido, oficialmente la CGT no se ha pronunciado contra la decisión del gobierno. La CGT está discutiendo presentarle a Milei su propio proyecto de reforma laboral.
Pablo Busch
10/04/2024
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