miércoles, abril 24, 2024

El planteo de los rectores: que los docentes y no docentes arreglen “en una paritaria con el gobierno”


El documento consensuado por los rectores nacionales, leído en el palco de la Plaza de Mayo al culminar la marcha del 23, debe ser entendido en su ‘letra chica’. Por un lado, se refiere a los gastos operativos de la Universidad. Señala que el gobierno incrementó esos recursos en un 140% en el último bimestre, frente a una inflación anual del 300%. A ese aumento lo califica como un “aliciente aún insuficiente”. El gobierno, sin embargo, ha dado por “saldada” la discusión presupuestaria. O sea que el incremento dispuesto implicaría consolidar una amputación de la mitad de los gastos operativos de la universidad – no constituye por lo tanto ningún “aliciente”.
 Más llamativo aún es el párrafo relacionado con los salarios docentes y no docentes, que los rectores denuncian que “han caído un 50% respecto de la inflación”. Pero a renglón siguiente, no exigen un aumento inmediato de salarios como condición para “que la universidad siga funcionando”. En cambio, reivindican “el espacio paritario nacional con participación plena del gobierno”. En otras palabras, le endosan el fardo del derrumbe del salario docente a las negociaciones entre los sindicatos de profesores y el gobierno. Esas tratativas ya tienen lugar, y como el propio documento lo denuncia, “se han impuesto aumentos paupérrimos de manera unilateral”. Los rectores, que advierten que la universidad “aguanta hasta mayo o junio” en relación a la caja que ellos administran, no dicen lo mismo frente al derrumbe de los salarios, a pesar que los docentes y no docentes no “aguantan” hoy hasta la mitad del mes. En vez de colocarse incondicionalmente en el campo del reclamo salarial, se lo traslada a una paritaria ultrarregimentada. La “sutil” diferencia de tratamiento entre los gastos generales y los salarios delata cuál es la línea de negociación entre el gobierno y los Rectores: cerrar el conflicto con un aumento de los gastos generales –que no representan más del 10% de los egresos totales- y consolidar la caída de los salarios docentes y no docentes, que representan el otro 90% del gasto universitario. Las direcciones sindicales de la docencia y trabajadores de la universidad no han presentado un plan de acción propio por el salario. Un acuerdo con salarios a la baja es el hilo que une al conflicto universitario con el pacto gobierno-CGT, que se selló cuando los principales sindicatos aceptaron paritarias negativas para sus trabajadores.
 Los próximos pasos de la lucha universitaria exigen impulsar la iniciativa independiente y autoconvocada en todas las facultades, en oposición al pacto en ciernes contra nuestros derechos salariales y educativos.

 Marcelo Ramal 
 24/04/2024

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