jueves, octubre 01, 2009

Los recuerdos de Chile en dictadura se me pasaron por la mente hoy


Tengo que confesar, que cuando corría este medio día en el barrio unas cuadras detrás Radio Globo, sentía que había regresado 25 años de vida, encontrándome en el corazón de Santiago de Chile. Era la misma tensión en el ambiente, el mismo odio que se expresaba en los rostros de los carabineros militarizados, hombres robustos y fuertes que no tenía otra tarea y ganas sino dañar a sus propios compatriotas con el “tolete” en la mano o metralletas en el pecho, los mismos gases, quizás no tan peligrosos y dañinos que se echan a los hondureños, pero. . . en el fondo cumpliendo la misma doctrina ayer como hoy; “liquidar el enemigo interno”, según la Doctrina de Seguridad Nacional de “La Política del Buen Vecino”.
Ese julio de 1983, cuando los primeros “Paros Nacionales” fueron convocados por “El Comando de Trabajadores”, liderado por el minero Rodolfo Seguel, fueron tan reprimidos y brutalmente golpeados como los hondureños este medio día en las afueras de Radio Globo. Con la diferencia que los mineros, acostumbrados de romper materia más dura que una cabeza militar, dieron a los “verdes” una buena pelea.
Solo exigían “Libertad”, no más, lo mismo que exigían los catrachos este miércoles en Tegucigalpa.
Los chilenos fueron llevados como presos políticos, el mismo Seguel, por que, según las autoridades chilenas cumpliendo las ordenes de la dictadura militar bajo la bota de Pinochet, los manifestantes en la Plaza Italia allá en Santiago de Chile, “expresaban ideas foráneas”, y f
ueron, por supuesto, acusados en El Mercurio, el “El Heraldo de Chile” en esa época, de ser “marxistas subordinados a Moscu y la Habana”.
En la prensa fiel a Micheletti son acusados de ser agentes de Chávez y las FARC que también han abierto la guaca para estos apátridas hondureños.
La historia, mejor dicho, se repite. Aunque las personas, los países y capitales son diferentes.
Los gringos se han quitado la máscara, pues en buen tiempo, no? En Chile se llamaban Nixon, Kissinger y las empresas ITT, Pepsicola, Kennecott y Anaconda y duraba por lo menos 25 años hasta que el Departamento de Estado y la CIA desclasificaron los documentos secretos sobre “la metida de pata en el golpe militar chileno”. En Honduras ya es un hecho esa patita y se llama Obama&Clinton&Otto Reich y las empresas Esso&Texaco. No necesitamos esperar un cuarto de siglo para saber quienas eran que halaban en los hilos esos días previstos del golpe de estado militar de 28 de junio de 2009 en el país más estratégico para el Imperio de Norte4.
En el golpe militar chileno fueron sacados los campesinos de sus tierras que les habían sido beneficiados por la reforma agraria del presidente Salvador Allende y llevados a campamentos de concentración con nombres como Isla Dawson o Chacabuco.
En Honduras, esta mañana el 30 de septiembre de 2009, fueron llevados como presos 55 campesinos que habían resguardado más de 600 expedientes de tierras de las cuales centenares de campesinos bajo el gobierno de Mel Zelaya iban a ser beneficiados. Los campesinos son acusados por la Gabriela Gallo, juez ejecutora para desalojo de instalaciones del INA, por “sedición”, cuando, en realidad, han protegido durante 92 días los expedientes por las fuerzas oscuras que esa mañana oscura a las 5 y media el 28 de junio se llevaron el presidente que sentía que aterrizaba en un lugar que resultaba ser la base de aviación más importante para la fuerza aérea estadounidense, la base Palmerola, o Soto Cano como lo llaman.
En el 11 de septiembre el 1973 fueron cerrados los medios fieles a la constitución y al presidente constitucional chileno y los directores y los trabajadores de la prensa chilena fueron golpeados, torturados y en muchos casos asesinados en “las tumbas para seres vivos”.
En Tegucigalpa el lunes 28 de junio, a tres meses del golpe de estado militar, fueron clausurados Radio Globo y el canal de televisión Cholusat Sur cuando los militares entraron tumbando y destruyendo los portones y silenciando las emisoras fiel al presidente elegido por el pueblo hondureño, disque por un decreto de “estado de excepción”. En Chile 1973, lo mismo, solo que Pinochet tenía el “articulo 22” que se prolongaba mes por mes, año por año pero con el mismo contenido como el decreto de Micheletti; silenciar tanto la libre expresión como el derecho a reunirse. Solo con la diferencia de que Pinochet era más sincero por que no ocultaba su articulito bajo una supuesta constitución.
Esta mañana, el 30 de septiembre, fueron rodeados los colegas de Radio Globo por aproximadamente 700 soldados, policías y comandos de los Cobras que querían, como los escuchábamos cuando estábamos entre las líneas uniformadas en la calle, “oler sangre”!
¿Quién duda que esta mañana no sintiera el mismo olor, odio y ganas de matar que se sentía en esos días duros pero decisivos en Santiago de Chile en julio 1983, diez años después el golpe militar de Pinochet y su Patrón de la Casa Blanca?
Los mejores chilenos fueron llevados presos pero regresaron de los calabozos por que no tenía miedo por sus verdugos. Pero si, tenían un compromiso con su pueblo por que el pueblo no los falló cuando estos primeros que se atrevían de salir a la calle para protestar contra una dictadura feroz y sangrienta cayeron presos.
“LA HISTORIA ES NUESTRA Y LA ESCRIBEN LOS PUEBLOS”, decía el presidente Salvador Allende en sus últimas palabras al pueblo de Chile, mientras las bombas de la aviación chilena explotaban en el palacio presidencial La Moneda.
¡Como no tenía razón, el médico de estatura baja pero inmenso en su grandeza, por que a cambio a los dictadores, Salvador Allende será recordado para siempre, mientras los enanos políticos y peleles de “patronos foráneos” siempre son archivados por los pueblos en una gaveta lleno de polvo.

Dick Emanuelsson

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