domingo, agosto 16, 2015

El apoyo histórico de Estados Unidos a fascistas y criminales de guerra ucranianos



Stepan Bandera

El apoyo estadounidense al fascismo ucraniano contemporáneo, aunque sorprendente, no es en realidad un fenómeno político novedoso. Documentos desclasificados por la CIA según el Freedom of Information Act (FOIA) y titulados The NAZI War Crimes Declassification Act (Norma de Desclasificación de Crímenes de Guerra NAZIS) muestra que la CIA no solo monitorizaba a grupos fascistas durante y después de la Segunda Guerra Mundial, sino que también los apoyó y los protegió activamente para evitar que fueran
procesados. Este y otros documentos pueden obtenerse en la web de la CIA Freedom of Information Act Electronic Reading Room. Los siguientes documentos solo son algunos de los referidos a la protección estadounidense de criminales de guerra.

Stepan Bandera

Stepan Bandera, líder de OUN (Organización de Ucranianos Nacionalistas), es un hombre venerado por las actuales autoridades ucranianas y visto como un héroe nacional por los batallones ucranianos. Tanto los políticos occidentales como la prensa generalista han trabajado duro para tapar su papel en la historia de los movimientos fascistas y ultranacionalistas ucranianos. Bandera fue, en realidad, un cruel asesino de masas cuyas atrocidades de guerra solo pueden calificarse como crímenes contra la humanidad. Con la rehabilitación completa de su figura, la oposición antifascista ucraniana ha comenzado a llamar banderistas a sus seguidores y banderismo a sus actos.
El legado de la ideología de Stepan Bandera no solo se beneficia de la ignorancia engendrada por la actual prensa corporativa y la política; él mismo se benefició personalmente, desde los años de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte, del apoyo el Gobierno estadounidense. No solo fue protegido de la justicia de la Unión Soviética, sino que disfrutó de la posibilidad de exigir ayuda de Washington para temas como obtener visados y alojamiento secreto.
La CIA estaba perfectamente al tanto de la visión fascista de Bandera, pero comprendían que si era capturado en la Unión Soviética no recibiría la misma compasión que recibió gracias a los intereses de postguerra de Estados Unidos. La serie de imágenes a continuación detalla lo lejos que llegó la CIA para mantener a Bandera lejos de las manos de la Unión Soviética y para evitar que fuera calificado como “criminal de guerra”.
Como muestra la siguiente imagen, la asistencia del Gobierno estadounidense a Stepan Bandera continuó hasta el año de su muerte (1959). El propio Bandera conocía que temas como la obtención de un visado solo podía conseguirse con “el visto bueno de Washinton”.

Yaroslav Stestko

Yaroslav Stetsko fue una de las figuras más importantes de la OUN y su líder desde 1968 hasta su muerte en 1986. El libro de Stetsko, Dos Revoluciones (1951), también es una de las bases de la plataforma ideológica del partido ultranacionalista Svoboda. La relación de Stetsko con la CIA y con el Gobierno de Estados Unidos es extensa y se alarga desde su tiempo en OUN con Bandera hasta su muerte en Múnich. Las siguientes imágenes muestran que Stetsko recibía constantemente información de miembros de UPA y OUN en Ucrania y la compartía con sus contactos estadounidenses.
Stetsko no solo aportó información sobre la situación en Ucrania a las autoridades estadounidenses, también gozó de la confianza de Allen Dulles, director de la CIA en aquel momento. Como demuestra la siguiente carta, Stetsko –como presidente del Bloque Antibolchevique de Naciones– asesoró a la CIA sobre cómo utilizar el nacionalismo como una “fuerza potente” en los asuntos europeos.
Otro documento vuelve a insistir sobre la idea de que Stetsko y otros banderistas recibieron apoyo no solo de Estados Unidos sino también del Gobierno británico.

Mykola Lebed

Mykola Lebed fue un conocido fascista ucranianos cuyos deseos de “limpiar todo el territorio revolucionario de población polaca” llevó a escenas de una violencia inimaginable.
“… (UPA) no discrimina sobre a quiénes matar: disparan a la población entera de los pueblos… Ya que apenas quedan judíos a los que matar, los matones de Bandera la han tomado con los polacos. Literalmente hacen trizas de los polacos. Todos los días […] se pueden ver cadáveres de polacos con alambre alrededor del cuello flotando en el río Bug” ―Hitler’s Shadow: Nazi War Criminals, U.S Intelligence and the Cold War (La sombra de Hitler, Inteligencia estadounidense y la guerra fría).
No hay duda de que, entre todos los fascistas y criminales de guerra ucranianos, Lebed era el más sádico e implacable. Esto hace aún más sorprendente que fuera protegido por la CIA hasta su muerte. Tal era la protección que recibió que el propio Allen Dulles evitó personalmente que tuviera que enfrentarse a la justicia. Dulles escribió una carta en la que autorizaba la entrada de Lebed en Estados Unidos y negaba vehementemente su participación en el asesinato del ministro del Interior polaco en 1934 y su colaboración con los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
La CIA monitorizó constantemente a Lebed e hizo todo lo que estaba en su mano para evitar que el departamento de Justicia diera a conocer la verdad sobre su pasado. Los documentos revelan la colaboración entre la CIA y elementos de la OSI (Oficina de Investigaciones Especiales), lo que indica que ambos departamentos trabajaban conjuntamente para evitar que su propio departamento revelara el pasado de Lebed.
Estos documentos, entre otros muchos, prueban que el Gobierno estadounidense apoyó y protegió a fascistas y criminales de guerra ucranianos mucho antes de la Revolución Naranja o Maidan. Estos años de apoyo al fascismo ucraniano han permitido a Estados Unidos y sus aliados pulir sus sórdidas habilidades a la perfección hasta el punto de que, en 2015, un Gobierno de tendencia abiertamente fascista aterroriza a aquellos que considera indeseables e instiga odio contra sus subhumanos vecinos rusos. Mientras tanto, la prensa occidental y quienes la financian continúan repitiendo esa falacia tan fácil de desmontar de que “no hay fascismo en Ucrania”. No solo hay fascistas en Ucrania, también ocupan los más altos cargos en el Gobierno estadounidense y sus agencias.

No hay comentarios.: