En 1923 fracasa la revolución alemana. No sacar las lecciones de los errores cometidos, lleva a la mayoría de la Internacional Comunista (IC) a ver que la etapa de radicalización de las masas continuaba, sin ver que la derrota del proletariado alemán generó escepticismo en la clase obrera europea y trajo como consecuencia un período de estabilización del capitalismo. Así comenzó el período que Trotsky llamó “de la política ultraizquierdista, con gérmenes de derecha”. A las derrotas de Bulgaria y Estonia, por intentos insurreccionales sin relación de fuerzas favorable a la clase obrera (aventurerismo), se sucede una política que ya tendrá los elementos que marcarán el próxima zigzag. Como parte del proletariado se desplazaba hacia la derecha, la IC entró en una fase de idealización de los campesinos. Según afirma Trotsky, “Se sustituía cada vez la misión de la vanguardia proletaria, que es luchar intensamente y con tenacidad contra la burguesía y la demagogia seudocampesina para influir en la parte más desheredada de las aldeas, con la esperanza de que los campesinos desempeñarían un papel revolucionario directo e independiente nacional e internacional”[1]. Como parte de esa orientación, fundan la Internacional Campesina[2]. Así fue que en China obligaron a los comunistas a entrar en el Kuomintang, y a no desarrollar una política independiente de la clase obrera.
En 1925-26, con casi dos años de atraso, la IC reconoce la estabilización, y se inicia el período de “orientación hacia el centro derecha”: “Considerada en toda su amplitud, la orientación a derecha fue una tentativa de adaptación medio ciega, puramente empírica, al retraso de la revolución a causa de la derrota de 1923… Este empirismo se ha manifestado de la manera más fatal en los tres problemas capitales: la política interior de la URSS, la revolución china y el comité anglo-ruso y con menos violencia, con consecuencias inmediatas menos funestas en general en todas las cuestiones de la política de la internacional comunista.”[3]
En la revolución china esto se expresó en que la IC “situó en primer plano la fórmula de la dictadura democrática (es decir, democracia burguesa) de los obreros y los campesinos”[4].
El Comité anglorruso, una alianza entre los sindicatos rusos y el Consejo General de los sindicatos ingleses, es una respuesta pragmática ante la debilidad del PC inglés, para hallar un atajo hacia el proletariado inglés. En 1926, el Consejo General traiciona la huelga general. Estalla una huelga económica de los obreros del carbón contra el recorte de salarios, que el Consejo General mantuvo aislada. La justificación de Stalin para no romper esta alianza reaccionaria fue que ante la estabilización relativa del capitalismo, el Consejo General podría facilitar la organización de un movimiento de la clase obrera contra nuevas guerras imperialistas y contra una intervención de la URSS.
En 1928, comienza el llamado “Tercer período”[5], que según el esquema proclamado por los stalinistas, constituía la etapa final del capitalismo, tras la cual esperaban la revolución en forma inminente. La táctica de la Comintern durante los seis años siguientes estuvo marcada por el ultraizquierdismo, el aventurerismo, los sectarios sindicatos “rojos” y la oposición al frente único, como se verá en las próximas entregas.
Bárbara Funes
[1] Trotsky, L, “Stalin,el gran organizador de derrotas. La III Internacional después de Lenin”, El Yunque Editora, Buenos Aires, 1974.
[2] La Internacional Campesina, llamada también Krestintern, fue fundada en octubre de 1923; fue una política de la burocracia para unir al campesinado en el plano internacional, tomando a éste como una clase homogénea, cuando en realidad no lo es. Se marginó a los obreros agrícolas y a los campesinos semiproletarios y como resultado de ello se debilitó el comunismo en el campo.
[3] Trotsky, L, op. cit.
[4] Trotsky, L. op. cit.
[5] El “primer período” abarcaba desde 1917 basta 1924 (crisis capitalista e insurrección revolucionaria), el “segundo período” desde 1925 hasta 1927 (estabilización capitalista). En 1934 quedaron oficialmente descartadas la teoría y la práctica del tercer período, para ser remplazadas por las del frente popular (1935 - 1939), pero a este período no se le puso número.
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