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miércoles, agosto 19, 2015
Regalo de Tsipras a Merkel: Alemania se queda con catorce aeropuertos griegos
En tiempo record el gobierno de Syriza aprobó la concesión de catorce aeropuertos regionales a la empresa alemana Fraport. Se trata de la primera privatización bajo el gobierno de Tsipras y es parte del “rescate” negociado con la Troika que incluye la concesión de puertos, trenes y la red eléctrica.
La concesión de los 14 aeropuertos a una empresa Alemana, que se publicó ayer en el boletín oficial de Grecia, no deja de levantar sospechas. Se da a tan solo cuatro días de la aprobación del memorándum por el parlamento Griego y cuando aún estaba en proceso de aprobación en el Bundestag (parlamento alemán).
La votación en el parlamento alemán estaba trabada el martes, incluso por la negativa de miembros del propio partido de Merkel, que pedían mayores “sacrificios” a Grecia (si es que algo así es posible) para liberar un primer tramo del rescate de 85 mil millones de dólares, que se deben desembolsar en los próximos tres años y de los que Alemania será el principal aportante. A cambio de este “recate” Grecia deberá aplicar medidas de ajuste fiscal, una reforma en las jubilaciones y pensiones, y un plan de privatizaciones que incluye los aeropuertos, puertos, redes eléctricas y ferroviarias.
Si bien el proceso de privatizaciones, que va a ser monitoreado por un organismo europeo, tenía un cronograma escalonado para hacerse efectivo entre octubre de este año y febrero de 2016, la celeridad con que se manejó la concesión de los aeropuertos parece un verdadero regalo al gobierno de Merkel, en medio de la votación del Bundestag, para dejar en claro la predisposición de Tsipras a avanzar en el memorándum.
El martes, al mismo tiempo que se hacía pública en el boletín oficial la privatización de los aeropuertos, se conoció que la decisión ya había sido tomada el 13 de agosto (antes de la votación del memorándum en el parlamento griego) por el consejo de gobierno de política económica, y firmada por el viceprimer ministro, Yanis Dragasakis, y los ministros de Finanzas, Euclides Tsakalotos, Economía, Yorgos Stathakis, y Energía, Panos Skurletis.
Escenas de neoliberalismo explicito
Esta privatización, la primera que completa el gobierno de Tsipras, no hace más que confirmar la espiral de saqueo de los gobiernos imperialistas europeos, en primer lugar el alemán, sobre el pueblo griego. Dejan a su vez al descubierto que Syriza traicionó en tan solo siete meses todas y cada una de sus promesas. Pasó de ser el partido de la “izquierda radical”, a pactar con los nacionalistas de derecha para formar gobierno. Luego alimentó un discurso antiausteridad para terminar convirtiéndose en el instrumento más eficaz para la aprobación del tercer memorándum y para la aplicación del ajuste.
El paquete de privatizaciones que Tsipras acordó con la Troika debería reportar al gobierno griego cerca de 7.000 millones de euros, pero esta primera privatización viene a confirmar lo que muchos analistas ya estaban vaticinando. La concesión de estos servicios clave para Grecia (por estar ligados al turismo, que es una de las principales actividades económicas) se convertirá en un gran negociado para las empresas privadas y serán un desfalco para las arcas del Estado.
En este caso la empresa alemana Fraport se quedará con la concesión de los aeropuertos de Salónica, la segunda ciudad del país; Kavala, en el noreste; Corfú y Zante, dos islas situadas en el mar Jónico; Canea y Cefalonia, en la isla de Creta; Aktion, en el oeste; y los de Rodas, Kos, Samos, Mitilene, Mykonos, Santorini y Skiathos, todas islas del Egeo.
Fraport se quedó con los 14 aeropuertos por la irrisoria suma de 1.230 millones de euros, que es la ganancia neta que tienen esos mismos aeropuertos en tan solo tres años, mientras que la privatización les garantiza la concesión durante 40! Cualquier parecido con la privatización de empresas públicas llevadas adelante por los gobiernos neoliberales de América latina durante la década del noventa, no es mera coincidencia. Es el mismo esquema de saqueo, pero ahora aplicado a Grecia y llevado adelante por el gobierno de Syriza.
Para dejar en claro el nivel de entrega
del que estamos hablando, basta señalar que el mayor aeropuerto de Grecia, el de Atenas, está hace 20 años bajo administración de otra empresa alemana, Hochtief, que es una de las principales evasoras del país. Entre impuestos y fondos a la seguridad social, que adeuda desde el año 2001, le debe al gobierno griego más de 1.000 millones de euros.
La Plataforma de Izquierda al interior de Syriza, encabezada por el ex ministro de energía Lafazanis, emitió un comunicado en el sitio web Iskra rechazando las privatizaciones y en el que acusan al gobierno de entregar los aeropuertos por una "suma miserable” para regalárselo a los alemanes con los que viene de negociar el memorándum.
Los miembros de la Plataforma de Izquierda lanzaron la semana pasada junto a una decena de otras organizaciones un llamado a conformar comités por el “No al ajuste”, apoyándose en el 61% de la población que votó por el NO en el referéndum de principios de julio. Sin embargo ni los dirigentes, ni los parlamentarios, ni los militantes de la Plataforma de Izquierda han abandonado Syriza, es decir que siguen siendo parte del partido que está aplicando el ajuste y que negoció el tercer memorándum con la Troika.
La votación sobre el memorándum en el parlamento griego la semana pasada dejó a Tsipras en una situación delicada. Al haber recibido menos de 120 votos de su propio partido queda a merced de la oposición y por lo tanto podría estar obligado a pedir un voto de confianza en el parlamento, y en caso de no recibirlo a llamar a elecciones anticipadas.
La política de la Plataforma de Izquierda parece estar reducida a presionar a Tsipras con no darle su voto de confianza en el parlamento y llamar a un debate al interior del partido sobre las políticas del gobierno. Esta postura ya fracasó durante la reunión del comité central del partido de hace dos semanas, donde Tsipras impuso que no se realice un congreso partidario hasta septiembre, es decir una vez que ya se hayan votado todas las reformas acordadas con la Troika.
Según el sitio Ekathimerini, Tsipras cuenta además con la posibilidad de llamar a sesiones parlamentarias de verano, que pueden funcionar con solo 100 diputados (en lugar de los 300 habituales). Es decir una nueva maniobra para sacarse de encima a los sectores críticos y que dejaría al descubierto la impotencia de la política de la Plataforma de Izquierda para frenar el ataque en curso.
Juan Andrés Gallardo
@juanagallardo1
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