Es lógico que si su vecino lo declara a usted su “enemigo” y, sumado a eso, este se arma hasta los dientes, hace ejercicios militares en su frontera, y está dispuesto, efectivamente, a acabar con su vida, su derecho a ser, a trabajar, a vivir, usted tomará todas las medidas para defender su derecho a la vida, un derecho elemental, como lo es también la “legítima defensa” frente a un ataque inesperado.
Es lógico, por lo mismo, que mientras EEUU siga con su actitud hostil contra la soberanía y autodeterminación de otros pueblos, quienes se sienten amenazados tomaran sus medidas para defender su derecho a existir.
Esa reflexión explica, básicamente, lo que pasa hoy con Corea del Norte, permanentemente acosada por parte de los EEUU quien tiene en Japón y Corea del Sur un importante número de tropas y bases militares dispuestas a atacar si no logran, por otros medios, imponer la voluntad y decisiones de Washington.
Si EEUU quiere terminar con el problema, debe terminar con sus pretensiones de imponer su voluntad a Corea del Norte, debe sacar sus tropas, sus bases militares, terminar con su discurso y actitud belicista y estamos seguros que se consolidara la paz hoy fuertemente amenazada.
Pero el “problema” con Corea del Norte, no es un hecho aislado, que preocupa a la humanidad. China, también está siendo amenazada por la incursión de barcos de guerra de EEUU en el mar meriodional; y también Rusia, donde la OTAN, con EEUU a la cabeza, sigue desarrollando ejercicios militares en las propias fronteras rusas.
Resulta ridículo entonces criticar lo que hace Corea del Norte o en estos días criticar los ejercicios militares de Rusia y Biolorrusia, llamados “Zapad-17”, cuando, recientemente, en agosto último, EEUU participó, con 3 bombarderos estratégicos estadounidense incluidos, en las maniobras “Ample Strike 2017” en la República Checa y, en septiembre, en las maniobras de la OTAN en Suecia.
La lucha de la humanidad contra la carrera armamentista, implica necesariamente terminar con las causas que originan una escalada en la militarización del mundo.
A todo esto, la agencia EFE ha informado que el Senado de EEUU aprobó un presupuestario, para el año 2018, de nada menos que 700.000 millones de dólares para el Pentágono. Muy “superior al que tuvo en pleno apogeo de las guerras de Afganistán e Iraq” indicó la misma agencia.
De acuerdo a la nota de prensa, EEUU espera invertir unos 10.000 millones en submarinos nucleares o aviones de guerra.
Para seguir con los problemas, existe la posibilidad que EEUU se retire del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) por una supuesta violación de Rusia al acuerdo firmado en 1987.
Rusia, por su parte, acusó a EEUU, el 2015, de violar el tratado INF con el despliegue del sistema de defensa antimisiles de EEUU en Rumanía.
Recordemos que el Tratado INF (en inglés, “Intermediate-Range Nuclear Forces”) fue un acuerdo que se firmó, el 8 de diciembre de 1987, entre los entonces presidentes de los EEUU, Ronald Reagan, y de la URSS, Mijaíl Gorbachov.
En pocas palabras, el acuerdo implica la eliminación de misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuyo rango de ataque estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros. Vale decir que la denuncia rusa, con misiles de EEUU en sus fronteras, tiene fundamento y es una violación del INF.
Por otro lado, de acuerdo a Thomas Graham y Bernadette Stadler del “Bulletin of the Atomic Scientists” “algunos expertos y legisladores han instado a Washington a desarrollar su propio misil de violación de tratados y ayudar a los aliados -que no están obligados por el tratado- a adquirir el nuevo misil. De hecho, el Congreso está considerando actualmente la legislación pidiendo a los EEUU que desarrollen un programa de registro de un misil que, de ser probado, violaría el tratado”.
En septiembre los senadores estadounidense Elizabeth Warren y Mike Lee presentaron “una legislación que impediría la autorización de fondos para la investigación y desarrollo de un nuevo misil de alcance intermedio capaz de llevar una cabeza nuclear hasta que el Departamento de Defensa certifique que dicho sistema es necesario”.
La senadora Warren, en su sitio web, señaló que el tratado INF “ha asegurado la seguridad global durante tres décadas” y que “no podemos arriesgar una nueva ronda de escalada nuclear sin estudiar seriamente los posibles impactos del desarrollo de estas armas peligrosas”.
ABC News, por otro lado, informó que el secretario de Defensa, Jim Mattis, dijo que se ha convencido de que EEUU debe mantener las tres partes de su fuerza nuclear, en lugar de eliminarla, como sugirió una vez.
El medio señala que también Trump está revisando el tratado “New Start”, negociado con Rusia por la administración Obama en 2010. El tratado, que ya está en vigor, implica reducciones, por parte de ambas partes, hasta un máximo de 1.550 ojivas nucleares estratégicas.
The New York Time, señaló en una editorial de marzo pasado, que “Si el Sr. Trump es lo suficientemente tonto como para dejar el tratado, EEUU y Rusia tendrán libertad para construir arsenales que han disminuido por miles de armas desde finales de los años sesenta. Eso desencadenaría una carrera de armamentos costosa y desestabilizadora. Y al eliminar los requisitos de verificación y transparencia, EEUU perdería la visión del programa de Rusia”.
En julio pasado, tanto Rusia como EEUU habían iniciado conversaciones sobre el tratado de desarme nuclear “Star II”, ojala esas conversaciones se retomen y se concreticen en dirección de la paz. Ojala que también, EEUU respete y siga adelante con los acuerdos firmados con Irán de lo contrario sumaremos un nueva tensión peligrosa.
Ni Corea del Norte ni nadie debiera tener armamento nuclear. Por lo tanto, es muy importante que EEUU respete el derecho a la autodeterminación de otras naciones; cumpla con los acuerdos firmados en esta materia con Rusia y avance por nuevos acuerdos, con Francia, Reino Unido, Israel, China, Rusia, India, Pakistán y Corea del Norte, que disponen de “ojivas nucleares”, para erradicar, lo más pronto posible, la amenaza que el mundo estalle y se acabe con los sueños de vida que tiene la humanidad toda.
Pablo Ruiz, periodista, es parte del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas, SOAWatch
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