Más de 240 mil personas se congregaron en el centro de Berlín bajo la convocatoria #Unteilbar (indivisible), que puso de manifiesto dos problemáticas acuciantes de Europa: el racismo y la crisis de refugiados. Denunciando la normalidad con la que parece convivir el continente ante las muertes en el Mediterráneo y la creciente ola de movilizaciones de la extrema derecha, particularmente en Alemania; varias ONG's (como SeeBrücke, que organiza rescates seguros de refugiados); así como intelectuales, sindicatos, y organizaciones de izquierda convocaron a la movilización del 13 de octubre.
La movilización atravesó la capital alemana recorriendo 5 kilómetros, desde Alexanderplatz hasta el Tiergarten, arribando a las Puertas de Brandenburgo. Los manifestantes portaron letreros contra la retórica de derecha, la exclusión y persecución a los refugiados, y la xenofobia. También sectores del movimiento LGTBIQ estuvieron presentes, junto con anti fascistas e izquierdistas.
En la movilización estuvo presente una delegación de trabajadores de Ryanair, que están en lucha por la mejora de condiciones laborales en la mega empresa irlandesa “low cost” y que protagonizaron una gran huelga que paralizó parcialmente el cielo europeo.
Un bloque colorido y llamativo fue el latinoamericano. Junto a la bandera que lo iniciaba que rezaba “No pasarán”, se juntaron cientos de latinos migrantes residentes en Alemania reclamando papeles para todes ya que “ningún ser humano es ilegal”. El grito que se escuchó más fuerte en este bloque fue el masivo #EleNao brasileño, que estuvo acompañado con las denuncias al gobierno de Temer por el asesinato de Marielle Franco y demás avances anti-democráticos en Brasil.
Un sector importante del gobierno alemán, principalmente ligado al SPD, intenta hacerse de este movimiento de repudio a la extrema derecha. El ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, salió a defender la movilización.
El rol de la socialdemocracia y de la Unión Europea en la política migratoria deben ser desenmascarados, dado que son los primeros en promover una política expulsiva hacia los refugiados y son los verdugos de los pueblos de Asia y el norte africano por medio de la guerra imperialista.
Por último, pero no menos importante, son los dichos anteriores a la marcha por parte de Sahra Wagenknecht, la líder del partido Die Linke en el Parlamento Alemán. "Cuando hablamos de fronteras abiertas para todos, es una exigencia que la mayoría de la gente encuentra irreal y completamente ajena al mundo, y tienen razón al respecto", con este tipo de críticas, la fundadora del “nuevo movimiento” Aufstehen, se desligó de la movilización que sacudió al país. A pesar de esto, un número de militantes de Die Linke, se presentaron en la movilización portando las banderas del Partido.
El cuadro político
Un mes atrás, luego de diferentes cruces entre los sectores del gobierno (SPD -Socialdemocracia, CSU -Unión Social Cristiana de Baviera- y el CDU -Unión Cristiana Alemana, partido de Merkel), la canciller se vio obligada a desplazar al jefe de inteligencia alemana, Hans-Geog Maassen, por su convivencia con la extrema derecha. El caso mostró el arraigo de estos grupos en el aparato estatal.
La coalición que mantiene en el poder a la canciller Ángela Merkel cruje.
El domingo 14 de octubre se celebraron las elecciones parlamentarias en la región de Baviera, al sur del país, el más “rico” y extenso Land de Alemania, donde residen empresas como BMW, Adidas, Audi o Siemens. Y que fue el foco de la tormenta meses atrás, cuando se vieron movilizaciones de extrema derecha y razzias contra inmigrantes y refugiados, que culminó en la numerosa manifestación de izquierda y antifascista en Chemnitz.
La CSU, principal aliado de Merkel, obtuvo el peor resultado de su historia y también hubo un retroceso de la socialdemocracia. Quienes lograron explotar la debacle de la fuerza de gobierno regional fueron los Verdes y el AfD (Alternativa para Alemania), el partido de extrema derecha, que obtuvo el 10% e ingresó por primera al Bundesland. Lo cual pone en debate nuevamente todas las alianzas políticas.
Desarrollar una salida
Es imperante la necesidad de redoblar la lucha en las calles contra los grupos fascistas y construir una alternativa política obrera, socialista e internacionalista en Alemania. Que plantee la unidad política y de lucha de todos los oprimidos -alemanes y migrantes- contra la avanzada derechista y que ponga en pie un programa por la unidad socialista de Europa.
Carmín Ríos
Desde Berlín
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