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domingo, octubre 21, 2018
La unidad del peronismo 2019 bien vale una misa
Moyano en Luján.
La “Misa Ecuménica por Pan, Paz y Trabajo”, realizada frente a la basílica de Luján, reunió a cien mil personas, llevadas “de la mano” por los aparatos convocantes: el Frente Sindical para el Modelo Nacional, algunas organizaciones del espacio 21F (la CTA-Yasky, Aceiteros) y un puñado de intendentes del conurbano.
Fue la puesta en escena de la alianza de un sector del pejota bonaerense, la burocracia sindical “opositora” y la iglesia, promotora de una unidad amplia, capaz de constituirse en opción al macrismo.
"Quiero felicitar que construyan una alternativa humana a la globalización excluyente… un sistema de avaricia, el sistema financiero es su máxima expresión", sostuvo en su homilía el arzobispo de Mercedes, Agustín Radrizzani.
Al finalizar, pastores evangélicos, religiosos judíos y musulmanes leyeron una oración por “el cambio del modelo económico” y llamando “tanto al oficialismo como la oposición” a que convoquen a un “acuerdo social".
Salvar a Moyano, para salvarse
Uno de los pasajes de ese documento apuntó contra “un poder judicial que cree que hacer justicia es desechar la presunción de inocencia", en una clara alusión al asedio que enfrentan los Moyano, por causas de lavado y defraudación.
La Iglesia católica ya había expresado su apoyo a los jefes camioneros cuando el titular de Pastoral Social del Episcopado, monseñor Jorge Lugones, los recibió “para dialogar sobre la realidad socioeconómica del país”, a horas de conocerse el pedido de detención contra Pablo, por parte del fiscal Sebastián Scalera.
A este operativo de salvataje concurrió toda la burocracia sindical. La amenaza de de la CGT de responder con un paro nacional, en caso de que el juez ordenara la prisión, fue un reflejo de autodefensa. Antonio Caló intentó despegar a la UOM explicando que la denuncia era “ajena al gremialismo” pero rápidamente se reubicó, recordando que él mismo está en la mira de Justicia por fraudes millonarios con seguros de vida.
La columna vertebral
Los Moyano y otros burócratas de Frente Sindical (Ricardo Pignanelli del Smata, el bancario Sergio Palazzo, Hugo Yasky, Roberto Baradel, el canillita Omar Plaini y Néstor Segovia del Subte) ocuparon las primeras filas, junto a varios dirigentes cercanos a CFK (Guillermo Moreno y Fernando Espinoza, los intendentes de Merlo - y presidente del PJ Bonaerense - Gustavo Menéndez, Alberto Descalzo de Ituzaingó, Verónica Magario de La Matanza y Leonardo Nardini de Malvinas Argentinas) y a otros dirigentes recién llegados de Tucumán: Felipe Solá y Daniel Scioli, entre ellos.
El acto por el Día de la Lealtad realizado en Tucumán (el más importante de los seis que se hicieron, expresión de la dispersión del peronismo) contó con la presencia de Sergio Massa, Miguel Pichetto y el actual binomio de la conducción cegetista: Héctor Daer y Carlos Acuña.
“Los gremios volvieron a sentirse con voz de peso en la mesa chica del PJ”, señaló un artículo de La Nación. Y esa voz es proclive a alguna forma de acuerdo con los K; la participación de Scioli y Solá en Luján debe ser interpretada como un puente en esa dirección, en la que también trabaja, Diego Bossio, el líder del bloque Argentina Federal.
La burocracia sindical, en todas sus expresiones, está enfocada en ganar protagonismo en ese armado hacia el 2019. El titular del gremio de los pilotos e integrante de la Corriente Federal kirchnerista, Pablo Biró, lo dijo claramente: "participamos de una multitudinaria manifestación para pedirle a la Virgen que ilumine a los dirigentes por el camino hacia la unidad".
Hoy, la interna de la CGT hierve. En parte el paro que el dúo Daer-Acuña promete para fines de noviembre es un recurso para frenar la sangría del Consejo Directivo (ya se retiraron ocho sindicatos y se prevén nuevas deserciones) instigado por el moyanismo para, según sus voceros, forzar elecciones. Pero el verdadero propósito sería llegar a un entendimiento - sin dudas complejo y precario - con Los Gordos para formar una nueva conducción de la central, en sintonía con el rejunte del peronismo que se pretende.
Las “muletas” de la oposición patronal y la lucha de los trabajadores
Las declaraciones contra el Presupuesto realizadas por varios dirigentes del Frente Sindical o sus llamados a “que la CGT mantenga la decisión de parar 36 horas y que el paro sea durante el tratamiento del presupuesto, que será un presupuesto de ajuste” (Palazzo), son para la tribuna; hasta el momento ninguno de sus sindicatos convocó claramente a movilizarse para que no se apruebe y menos aún a parar el día que se trate. La misa de Luján, fue parte del intento de encauzar la crisis del peronismo, reforzando su capacidad de contención y postulándolo como un relevo ante un derrumbe de Cambiemos.
Como sintetizó uno de los organizadores de la misa: “los dirigentes queremos que haya paz, pan y trabajo... de esto se sale en el 2019 y hay que prepararse para que este Gobierno llegue con muletas, pero que llegue… y nosotros trabajar para tener una propuesta superadora".
El Frente de Izquierda y el Plenario del Sindicalismo Combativo llaman a los trabajadores a exigir a la CGT un paro activo el día que se discuta el proyecto de Presupuesto y a rodear en Congreso para evitar que se pruebe.
Miguel Bravetti
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