domingo, octubre 28, 2018

Por pedido de Bolsonaro, la Justicia allana universidades, edificios públicos y sindicatos



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En un adelanto del carácter que adquirirá el gobierno de Jair Bolsonaro si se confirma su casi seguro triunfo el domingo próximo, la policía irrumpió en casi 30 universidades y varios sindicatos de todo el Brasil para amenazar, interrumpir clases e incautar material y carteles que, en el criterio arbitrario de la justicia electoral, cuestionaban al candidato derechista.
La Justicia, que habilitó los allanamientos ante una denuncia del propio Bolsonaro, justificó este avasallamiento a los más elementales derechos democráticos y añadió que la ofensiva fue aún más generalizada, ya que “también hubo acciones semejantes en otros órganos públicos municipales, estaduales y federales en todo el país” (Folha de São Paulo, 26/10).
Ante estos ataques, los estudiantes de la facultad de Derecho de la Universidad Fluminense de Río de Janeiro, con el apoyo de los docentes, realizaron una movilización y los de San Pablo decretaron hoy un paro de actividades “contra Jair Bolsonaro”, y se les sumarían los de otros centros de estudios, mientras varios rectores se pronunciaron contra este avasallamiento.
La ofensiva policial-judicial alcanzó a un sindicato de trabajadores petroleros y uno de maestros, a quienes se les secuestraron ediciones completas de sus publicaciones internas bajo la ilegal “acusación” de incluir material crítico de Bolsonaro en la “veda electoral” -cuando se trata de publicaciones internas de los gremios respectivos.
Una jueza de Río de Janeiro amenazó con detener al director de la Facultad de Derecho de la Universidad Federal Fluminense (UDFF) de esa ciudad si no era retirado de inmediato un cartel colgado en la entrada que decía “Derecho UFF Antifascista”.
En la Universidad Federal de Grandes Dourados, en Mato Grosso do Sul, la policía –por orden del tribunal electoral local- impidió ayer la realización de una conferencia sobre el tema del fascismo porque en un material de invitación los estudiantes “alertaban sobre el peligro de Bolsonaro”. Es también un reconocimiento más que directo por parte de la Justicia, de la ideología y el accionar del candidato derechista.
Por una denuncia de una alumna, hija de un policía, una patota de esa fuerza irrumpió en la clase que cursaba la denunciante porque el profesor se había referido en su exposición a las “fake news”, sin referencia alguna a Bolsonaro. El profesor tuvo que explicarse y disculparse para que la patota policial se retirara.
En medio de este creciente y generalizado clima de persecución y atropellos, la justicia (el Tribunal Regional Electoral) dio un paso más en Minas Gerais donde se entrometió en temas que ni siquiera están vinculados con la veda. Exigió que la Universidad Federal de São Joao Del Rei retirase una nota publicada en su sitio oficial, en la que la institución afirma “su compromiso con los principios democráticos” y agrega que ella defiende y adoptó las cuotas y el uso del nombre “social” para las personas trans.
Bolsonaro, que cuenta con el apoyo del alto mando militar, y los sectores más amplios de la burguesía brasileña, viene para desarrollar un brutal ataque a los derechos de los trabajadores y las masas. En este terreno ya cuenta con el apoyo de, al menos, un importante sector de la Justicia.
El PT y las direcciones sindicales de la Central Única de Trabajadores que le responden, se encuentran virtualmente paralizados ante esta ofensiva. Está planteado el frente único contra el fascismo, en primer lugar del conjunto de las organizaciones obreras. Es prioritario organizar la acción directa contra el fascismo para combatir sus métodos de guerra civil reaccionaria.

Nelson Marinelli

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