domingo, noviembre 08, 2020

Coronavirus: bajan los casos, aumentan las muertes


Argentina superó a México y Ecuador en cantidad de muertos por millón y va por Estados Unidos. 

 En la última semana se conoció que descendió en comparación con los datos de la semana anterior el promedio de casos activos y positivos de coronavirus en Argentina, posicionándose este en 11.850 contra 12.879 el último viernes, 14.243 el miércoles y 14.416 el lunes de la semana pasada, noticia que fue destacada por el subsecretario de Estrategias Sanitarias, Alejandro Costa. Sin embargo, hay un dato que no termina de concluir el panorama esperanzador que intenta mostrar el gobierno nacional: la tasa de letalidad sigue aumentando y, con ella, las muertes diarias. 

 ¿Cómo avanza la pandemia en Argentina? 

Lo cierto es que es lógico que se vea un aumento en las muertes si tenemos en cuenta que, hace cerca de 3 semanas, los casos en el país se mantuvieron alrededor de los 16.000 diarios. Inevitablemente, unas semanas más tarde esto se refleja en un aumento de los fallecimientos. Ahora, también es cierto que este dato explica un aumento en los números concretos (casos por día, muertes por día) pero no en la tasa de letalidad, la cual relaciona la cantidad total de muertos por coronavirus sobre la cantidad total de enfermos. En este sentido, la misma ha ido en aumento: en agosto se encontraba en 1,9% y hoy, apenas 3 meses después, la misma se ubica en 2,7%, por encima del promedio mundial. A la cabeza en el mundo se encuentran Estados Unidos, Brasil e India. Es un dato epidemiológico interesante, sobre todo porque da cuenta objetiva de la fachada que pinta el gobierno en torno a la defensa de la salud de las personas.
 Otro dato a tener en cuenta es la cantidad de muertes por millón de habitantes, donde Argentina también destaca: ayer escaló al puesto 10 con un total de 32.520 fallecimientos, superando a México y a Ecuador y pisándole los talones a Estados Unidos. 
 La explicación de por qué suben los casos no es tan sencilla, pero al menos podemos decir que, sin dudas, no se han tomado las medidas para garantizar que el conjunto de la clase obrera esté resguardada de los contagios. Desde la flexibilización de la cuarentena, pasando por los protocolos incumplidos en los lugares de trabajo y llegando hasta la intención de reapertura de escuelas, han sido medidas que, lejos de proteger a la población, profundizaron el abandono de la misma en pos de mantener las ganancias capitalistas. Alguien tiene que pagar la enorme crisis que está atravesando el capital, quien se está asegurando de que la pandemia sea la excusa perfecta para avanzar en un programa antiobrero que reúna al conjunto de la burguesía en unidad nacional, como expresó Cristina Fernández de Kirchner en su carta o Guzmán en sus reuniones con Magnetto y Rocca. 

 La salud en juego 

En este sentido, el desfinanciamiento del sistema de salud es un punto clave. No hay lugar en el presupuesto 2021 para un aumento para los trabajadores de este sector, quienes se han puesto al hombro la atención médica de la población en una pandemia de tal magnitud sobre la base de salarios de miseria e hiperprecarización laboral. Tampoco hay lugar para otros recursos para atravesar la pandemia, como son los testeos, que según la Organización Mundial de la Salud deberían estar por debajo del 10% de positividad para considerarse suficientes, mientras Argentina está en un 35%. Esto se transforma en un riesgo epidemiológico en aumento para la clase trabajadora, ya que entonces los casos positivos están subdiagnosticados y la circulación es mayor a la conocida.
En cambio, sí hay lugar para leyes que beneficien a sectores empresariales y especuladores, como se vio el mes pasado cuando Diputados dio media sanción a una ley que protege a los laboratorios ante eventuales juicios o demandas por los efectos que deriven de la aplicación de las vacunas contra el Covid-19.

 Lo que se dice vs lo que se hace

 El discurso de la responsabilidad individual del gobierno choca directamente con la realidad concreta. La saturación del sistema de salud, como hace meses advierten los profesionales de la salud, los aumentos en los casos y la precarización de los profesionales de la salud no se combaten simplemente con dejar las juntadas, sino con políticas que se encuentren al servicio de las necesidad de la clase obrera y denunciando el ajuste brutal a la que el gobierno nacional nos somete en pos de seguir al pie de la letra el plan trazado con el FMI.
 Así como lo hicieron los vecinos de Guernica, es necesario plantear un polo de organización independiente que se encuentre de la vereda de enfrente de los grupos capitalistas y defienda los intereses del pueblo trabajador. La crisis económica, social y sanitaria nos muestra un momento crucial de la etapa política; defender la salud pública es la tarea del momento y está en nuestras manos. 

 Lucía Miguez 
UJS Medicina

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