El acampe “Lucha por la Vida” comenzó el domingo 22 de agosto y llegó a reunir a más de 6.000 integrantes de pueblos originarios que llegaron desde todos los rincones del país, representando a más de 170 etnias. Según la prensa local, es "una protesta de dimensiones históricas", una “primavera indígena”, según los propios manifestantes. Imágenes y videos en las redes sociales muestran grandes columnas que avanzan en el centro de la capital con barbijos y pancartas dónde se lee “las vidas de los indígenas importan”, “fuera Bolsonaro” “genocidio” o “Tierra, vida, Justicia, demarcación”.
Durante los últimos días, en más de 11 estados se vieron manifestaciones, incluso varios cortes de rutas.
¿Qué es el Marco Temporal?
Hoy en día, los indígenas son dueños de un 12,2% de las tierras de Brasil, según la Fundación Nacional del Indio (Funai). Sin embargo, varios pueblos pelean en la justicia por las tierras de sus ancestros, de donde fueron expulsados por dueños de haciendas, madereros y explotadores de piedras preciosas. Muchos de estos procesos de expulsión ocurrieron durante la dictadura, mientras se priorizó el desarrollo económico en la selva. Justamente, el “Marco Temporal” que cuenta con el lobby de la agroindustria que busca expandir las fronteras de la soja, abrir rutas para su traslado y seguir acaparando tierras, propone que solo se reconozcan los pueblos que estaban en sus tierras en 1988, el año en que se promulgó la Constitución después del régimen militar, dejando sin derechos de reclamar sus tierras a quienes habían sido expulsados por el gobierno de facto.
En la actualidad, existen 680 procesos de demarcación de tierras indígenas, de los cuales 443 son de territorios homologados, con sus límites definidos, y reconocidos oficialmente. Los demás son reivindicados por pueblos nativos cuyas delimitaciones están en trámite, bajo una compleja evaluación, que incluye la pesquisa antropológica de sus tierras ancestrales. Una sentencia favorable a los terratenientes podría excluir muchos de los procesos de demarcación que se arrastran hace años en la justicia y ponen en riesgo las tierras ya oficializadas como indígenas.
Defensa del Medio Ambiente
Derrotar el nefasto Marco Temporal se hizo necesario también para la supervivencia de la humanidad frente a la actividad de la agroindustria y sus aliados, que promueven la desertificación de territorios y deforestación sin fin. Informes aseguran que preservar los territorios indígenas es una de las mejores maneras de evitar la destrucción de la Amazonia y frenar el cambio climático, especialmente cuando la deforestación y la minería ilegal tuvieron un fuerte repunte desde la llegada al poder de Bolsonaro.
Entre agosto de 2020 y julio de 2021, un total de 8.712 km2 de selva fueron arrasados, según datos oficiales. Según Folha de Sao Paulo, en base a un estudio de la organización MapBiomas, las tierras indígenas presentan los niveles más bajos de deforestación en comparación con otras categorías de tierras, como propiedades privadas, tierras públicas no designadas e incluso unidades de conservación. “Sólo el 1,6% de la deforestación observada en todo Brasil entre 1985 y 2020 tuvo lugar en tierras indígenas demarcadas”.
Derrotar el Marco Temporal pondría un coto a la privatización y el acaparamiento de los grandes terratenientes brasileños, aparte de ser un gran golpe político a Bolsonaro, cuando según advierte la prensa está preparando un autogolpe de estado para después de las elecciones.
Mauri Colón
08/09/2021
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