El gobierno ha sufrido una derrota política contundente, pues tiene lugar apenas dos años después del derrumbe del gobierno macrista. En la provincia de Buenos Aires, ‘madre de todas las batallas’, una constelación de fuerzas de derecha (Juntos, Randazzo y Espert) se lleva poco menos del cincuenta por ciento de los votos, En la Ciudad ese porcentaje llega a más del sesenta por ciento. En principio, son las consecuencias políticas de una gestión sanitaria y económica que ha perjudicado enormemente a las clases populares. La interna propiciada por la UCR resultó un factor aglutinante para el bloque derechista.
Estos resultados convierten a la campaña de las elecciones generales en una transición política de crisis y para consagrar las exigencias del FMI. El avance electoral de López Murphy y Milei debilitan, sin embargo, las posiciones de sectores como el que encabeza Larreta, que postula una suerte de ´modus vivendi´ con el gobierno nacional de cara a las presidenciales de 2023.
Los resultados obtenidos por el FITU concretarían una larga aspiración a obtener un diputado nacional por la Capital e hipotéticamente tres por la Provincia, también por primera vez. Previsiblemente, hizo una importante elección en Jujuy y aspira también a un diputado. Para alcanzar este módico progreso ha sacrificado la independencia política frente al estado y el programa socialista. En Salta, el Partido Obrero oficial sufrió una severa derrota y lo mismo ocurrió en Córdoba, donde no contó, como confiaba, con el apoyo político del movimiento piquetero.
Aunque nuestra corriente política ha obtenido un resultado marginal en la Ciudad y en Provincia, los propósitos políticos de la presentación electoral han sido cumplidos. Legalizados tardíamente en pandemia, con boleta corta en Provincia y sin recursos materiales, el espacio de un mes de campaña no alcanzó para llegar al conjunto del electorado o para que éste asimilara nuestra diferenciación política de una izquierda que marcha a una acelerada integración al estado. Lo contrario ha ocurrido con el sector más politizado de la izquierda y de la clase obrera. Por otro lado, en Salta hemos superado las Paso y confirmado el avance electoral registrado en las elecciones provinciales. Lo mismo en Santiago del Estero y en los municipios del cordón industrial de Rosario.
De cara a la transición electoral de crisis hacia noviembre, intervendremos con una enérgica campaña política. En los últimos días de la campaña que ha concluido, se ha iniciado una campaña para imponer una reforma laboral “a la Bolsonaro”. Mientras los candidatos oficializados pugnarán por sus ambiciones parlamentarias, nuestra corriente lanzará una campaña para derrotar esta y otras reformas en marcha y en oposición al acuerdo con el FMI. Haremos valer el programa que hemos desarrollado en las Paso.
Marcelo Ramal, Valentina Viglieca, Eva Gutiérrez, Jorge Altamira
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