lunes, abril 25, 2022

La carrera hipersónica


La semana pasada el desarrollo del nuevo misil balístico intercontinental ruso, Sarmat, logró un nuevo hito. Se trata de un capítulo más en la nueva carrera armamentística, dominada por un nuevo tipo de misiles, los así llamados “hipersónicos”. 
 Se considera como hipersónica una velocidad superior a 5 veces a la del sonido. En rigor, las nuevas armas "hipersónicas" no se diferencian de los tradicionales misiles balísticos (el principal medio de transporte de ojivas nucleares) por la velocidad, ya que estos misiles cuando caen a la tierra alcanzan velocidades muy superiores a Mach 5. La diferencia consiste en que los ´viejos´ misiles balísticos tienen trayectorias de vuelo, valga la redundancia, balísticas, o sea con forma de parábola. Por lo tanto, al ser detectados y rastreados por sistemas de radar, pueden ser calculados su trayectoria y su punto de impacto. Esto hace que sea posible interceptarlos mediante sistemas de misiles anti-balísticos. Tanto EE. UU. como Rusia poseen estos sistemas, pero debido a un viejo tratado ambos se abstenían de desplegar aquellos sistemas en Europa. EE. UU. rompió ese tratado en 2008, desplegando sistemas anti-balísticos en Europa Oriental. Se volvió posible interceptar los misiles que Rusia pudiera lanzar en dirección a Europa, rompiendo en los hechos la paridad estratégica entre ambos Estados. Fue entonces que Rusia optó por empezar trabajos de desarrollo de las ´súper armas´ hipersónicas que Putin reveló públicamente en 2019, incluyendo al misil intercontinental Sarmat. 
 Las nuevas armas (mal) llamadas ´hipersónicas´ son aquellas que no sólo superan velocidades de Mach 5, sino que también pueden maniobrar a esas velocidades, resultando en trayectorias erráticas y evasivas, que dificultan su detección por sistemas de radar existentes (por poder eludir sus zonas de búsqueda) y hacen prácticamente imposible predecir su trayectoria y, por lo tanto, imposibles de interceptar con los medios existentes. 
 En general hay dos tipos de armas hipersónicas, aquellas que se valen de motores y propulsión propia (sea de tipo motor a chorro scramjet o motor de cohete) para el vuelo hipersónico y los llamados ´planeadores hipersónicos´. Estos últimos son transportados por cohetes como los que se usan para poner satélites en órbita, o los mismos misiles intercontinentales, hasta las capas superiores de la atmósfera donde se los deja caer libremente y ´planean´ (y maniobran) por esa capa a velocidades de alrededor de 20 veces la del sonido. Los rusos ya tienen un planeador en servicio, el Avangard, revelado junto al misil Sarmat, que lo puede transportar. El Sarmat en sí mismo se caracteriza por un enorme alcance, ya que la infraestructura anti-balística norteamericana está orientada y cubre la trayectoria de misiles desde Rusia a través del Polo Norte. El Sarmat tiene un alcance que hace posible disparar desde Rusia hacia EE. UU., pero a través del Polo Sur y equipando Avangards deja a las actuales defensas norteamericanas totalmente inútiles. 
 La expresión ´carrera armamentística´ en realidad es engañosa. No se trata de ser ´el primero´ en llegar más rápido a una meta o un desarrollo en particular, sino de si se es capaz de sostener en el tiempo -indefinidamente- un elevadísimo nivel de gasto militar orientado al desarrollo y adopción de nuevos sistemas de armas; luego, los sistemas que permitan derrotar esas nuevas armas y, luego, otra generación de armas y así hasta el infinito, en una iteración de ciclos que resulten en una ventaja militar constante sobre un enemigo que también tiene esos desarrollos en curso. Más que una ´carrera´ se trata de una ´maratón´. Es decir, la capacidad de un Estado de meterse y sostener una posición en esta carrera depende en buena parte del alcance de la crisis mundial en desarrollo y la posibilidad de extraer recursos crecientes a la población. 
 En cuanto a las posiciones que cada país ocupa en la carrera armamentística en curso, los rusos son los que ocupan el primer puesto por la cantidad y variedad de estas armas que ya tienen en servicio o que están en las fases finales de desarrollo. Los chinos los siguen un poco detrás. Los norteamericanos, si bien tuvieron una ventaja inicial a poco de iniciado el milenio, tuvieron que desinvertir en el desarrollo por los costos operativos de las guerras que iniciaron sobre todo en el Medio Oriente. Ahora miran a sus enemigos desde atrás, con varios programas en curso (unos conocidos y otros secretos), pero ninguno en fases avanzadas o próximos a la adopción. Un aspecto es notable y es que, para habilitar el desarrollo de un programa en particular, el Long-Range Hypersonic Weapon o LRHW (también basado en un planeador como el Avangard), se retiraron en 2019 del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio firmado con la URSS. En otras palabras, el desarrollo de las armas hipersónicas requiere del desmantelamiento de toda la arquitectura diplomática orientada a limitar la guerra nuclear.

 Leib Erlej 
 25/04/2022

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