Si bien tanto Suecia como Finlandia tienen una larga historia de colaboración con la OTAN, su incorporación tiene como principal implicancia estratégica que EEUU podrá desplegar su armamento ofensivo (incluyendo armas nucleares) e infraestructura militar en esos territorios. La extensa frontera que Finlandia comparte con Rusia es varias veces mayor que la que ésta comparte con los países bálticos, miembros de la OTAN desde 2004. Desde el punto de vista de la OTAN, la adquisición de estos nuevos países no sólo es congruente con la vieja estrategia de “contención” sobre Rusia, sino también con una nueva que está asomando en Ucrania, que tiene por objetivo “sobreextender y desbalancear” al régimen putiniano. Ya en 2019 la RAND Corporation había publicado un estudio evaluando un amplio abanico de opciones de acuerdo a sus costos, riesgos y beneficios. En ese estudio, se concluía que la opción de armar a Ucrania hasta los dientes era por lejos la menos riesgosa y costosa para EEUU y la de mayor potencial para desbalancear a Rusia (1).
Los gobiernos de Suecia y Finlandia usan las encuestas para legitimar su giro estratégico. No faltará izquierdista que querrá ver en ello una expresión de la autodeterminación de los pueblos escandinavos. Algún democratizante quizás ponga el reparo de la falta de un referéndum. No obstante, unirse a una alianza militar imperialista nunca puede ser invocada como una legítima expresión de su propia autonomía.
La OTAN nunca cae como paracaidista en los países. Pasa años y décadas de preparación mediante una sistemática penetración política e ideológica en el aparato de Estado (fundamentalmente los servicios de inteligencia y cuadros de las fuerzas armadas) y sembrando las semillas en la llamada ´sociedad civil´ por medio del copamiento gradual de los medios de comunicación. Incluso cuando todos los componentes del ´poder blando ́ fallan, la OTAN se las ha arreglado para tomar ´aliados´ a como dé lugar. El caso de España es paradigmático, el país fue ingresado a la alianza en 1982 con un apoyo ultra minoritario. Dos años después, el gobierno del PSOE siguió por ese camino, postergando un referendum al respecto. El referéndum en sí, cuatro años más tarde, resultó amañado y arrojó por un resultado ajustadísimo a favor de España permanezca en la OTAN con una serie de condiciones, que fueron sistemáticamente violadas en la práctica (Público, 10/3/16). No son los países quienes ´libremente´ eligen formar parte de la OTAN, es ésta la que elige a los países. Disfrazar la toma de Suecia y Finlandia por la OTAN como una expresión de afirmación y autonomía nacional es una estafa.
La expansión de la OTAN a Suecia y Finlandia no mejorará su seguridad, precisamente se hace a expensas de ella. Ucrania (un objetivo militar mucho más difícil para Rusia que lo que podría ser Finlandia) está siendo destruida por Rusia precisamente para evitar su ingreso en la alianza. Durante la Guerra Fría, la neutralidad garantizó a Suecia y Finlandia buenas relaciones con la URSS, incluso a pesar del posicionamiento pro nazi de ambos durante la Segunda Guerra Mundial. No sólo jamás estuvieron amenazados de ser absorbidos por la Tercera Guerra Mundial sino que ese status y los acuerdos con Moscú permitieron mantener esa región libre de armas nucleares. Rusia ha advertido a ambos países que su ingreso en la OTAN tendrá consecuencias militares, incluyendo el despliegue del armamento nuclear.
Leib Erlej
22/04/2022
(1) https://www.rand.org/pubs/research_briefs/RB10014.html
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