Europa ha sido pionera en eliminar todo tipo de protocolo de prevención de Covid. Suecia, Dinamarca y Finlandia han eliminado hasta el uso del barbijo obligatorio. La guerra entre Rusia y Ucrania deja a la pandemia relegada a un segundo plano, sin cumplir ningún protocolo. Los esquemas de vacunación se han visto interrumpidos. Rusia se encuentra en el cuarto lugar de mayores muertes provocadas por Covid en el mundo.
En Asia hay un aumento de contagios de Covid en ascenso, debido al levantamiento de las restricciones, que ha llevado a la mayor circulación de personas. Esto ha generado la nueva mutación de ómicron, la BA.2, que es la predominante en la zona, mucho más contagiosa. Los analistas argumentan que es esta variante la que está generando nuevas oleadas de infecciones.
EE UU se encuentra en una renovada ola de contagios, particularmente en Filadelfia. La política de convivir con el virus ha llevado al país a ser el primero en la lista de muertes e infecciones causadas por Covid en el mundo, llevando al colapso completo de los hospitales y el agotamiento del personal sanitario.
América Latina se encamina en la lógica norteamericana, se han liberado las restricciones y la campaña de test masivos a la población. Si bien la campaña de vacunación avanza, estudios científicos han demostrado que la variante BA.2 logra superar rápidamente la barrera de la vacuna, de allí su gran capacidad de contagio. La campaña de testeo a la población se ha abandonado, por lo que no hay números certeros sobre la cantidad de contagios.
Particularmente en Argentina, el propio ministro de salud porteño, Fernán Quirós, ha argumentado que en invierno se espera una oleada de infecciones. Mientras tanto, el Ministerio de Salud de la Nación ha sacado una resolución que ha eliminado el distanciamiento social.
¿Qué ocurre en China? Xi Jinping ha mantenido la política de Covid cero. En un país con más de 1.400 millones de habitantes, los expertos en salud que acompañan al presidente temen el colapso sanitario y además una suba de contagios y muertes abrumadora.
Recientemente en Shangai, una de las ciudades con mayor cantidad de habitantes, se ha despertado una oleada de contagios, una de las mayores desde que comenzó la pandemia en el país. El martes pasado se conocieron 26.000 casos nuevos. De esos casos, 1.189 correspondían a personas sintomáticas. Debido a que China tiene una estrategia de testeos masivos, se pudo determinar que la gran mayoría de los contagios son asintomáticos.
Se ha decretado una cuarentena y los habitantes deben permanecer en su domicilio, sólo pueden salir para la compra de alimentos. Ya se encuentran por la tercera semana de cuarentena, ante el anuncio de las medidas un sector de la población se manifestó en contra. Los supermercados se vieron colapsados por la cantidad de personas que se dirigieron a realizar compras masivas para abastecerse durante el aislamiento. En algunos locales se produjeron saqueos. A esto se suma la suba del precio de los alimentos, debido a la guerra en curso entre Rusia y Ucrania que también ha afectado la economía a nivel internacional, teniendo como efecto la suba del precio del petróleo.
Ante esta respuesta el gobierno decidió hacer un “mapeo de infecciones por zona” y en aquellas zonas donde los casos disminuyen, la cuarentena se levanta.
El país se ve fuertemente presionado para abandonar la política Covid-zero, ya que muchos especialistas ven con preocupación que la economía del país pueda verse detenida en torno a estas medidas. Shangai es una gran ciudad financiera y juega un rol importante en la economía de China. Wu Fang -una de las expertas nacionales en salud- dice que “se verían cargueros internacionales detenidos flotando” en el Mar de China Oriental, si la ciudad se paraliza. Los analistas temen que se reduzca la expectativa de crecimiento del PBI. China se ha puesto un objetivo de crecimiento del 5,5%. La presión sobre China corresponde al lugar que el país tiene el en diagrama internacional, el cual se ve afectado por la propia guerra que ha modificado la economía. Un ‘parate´ de la producción en este momento es algo que afecta no solo a China, sino al resto de los países. Estados Unidos, por ejemplo, ordenó al personal que trabaja en el consulado chino que se retire del país, salvo aquellos que realicen actividades esenciales. Esto ha sido interpretado por los analistas chinos como un ataque a la política de Covid zero. “No estamos nada satisfechos con las acusaciones estadounidenses. Nos oponemos firmemente a ellas y hemos presentado una queja formal por tal motivo”, dijo el portavoz de Relaciones Exteriores, Zhao Lijan.
En Shenzhen, también se produjo una ola de contagios que llevó a confinamiento de los habitantes. Esta zona es conocida como la “fábrica del mundo” e hizo que la tecnología taiwanesa Foxconn, el mayor ensamblador mundial de los Iphone, suspendiera operaciones en sus fábricas, lo que generó caídas en las bolsas de Hong Kong y China continental. Foxconn aseguró que desplegaría plantas de ‘respaldo’ para reducir las interrupciones. La ciudad tiene un Producto Interno de casi dos billones de dólares, según Bloomberg, y aporta al 11% del PBI de China.
Según un informe de Bank of American Corp., la confianza del crecimiento mundial era la más baja desde julio de 2008 y las expectativas de estanflación aumentaron en un 62% en el contexto de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania.
Lo que se está disputando son dos maneras completamente diferentes de manejo de la pandemia, que no pueden aislarse de la economía internacional y el contexto de guerra. El avance del imperialismo -Estados Unidos con la OTAN- para destruir a Rusia se ve reflejada en la imposición de la política de convivencia con el virus, la lógica del avance del capital sobre la vida humana.
La convivencia con el virus ya ha sido adoptada por Europa, Asia y América Latina, que han entrado también como factores dentro del contexto de la guerra imperialista que solo toma como rehenes a la clase trabajadora. En una economía internacional quebrada, no hay lugar para hacer ‘parates’ en uno de los mayores centros de producción y distribución mundial. La propia circulación del virus ha generado nuevas mutaciones más contagiosas, que han llevado a la población a un gran número de infectados y muertes, para poder mantener la lógica del capital. Solo la clase obrera mediante su organización internacional puede cambiar el rumbo del escenario catastrófico que nos imponen las grandes potencias.
Florencia Suárez
18/04/2022
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