El gobierno nacional, a través del Banco Central de la República Argentina (BCRA), devaluó la moneda nacional un 20%, llevando el dólar oficial a $350, en lo que sale a la luz como parte de la letra oculta pactada recientemente entre el ministro de Economía y candidato oficialista Sergio Massa y el FMI. La primera reacción oficial ante el golpe en las Paso es profundizar la línea de acción contra los trabajadores y sus ingresos.
La escalada del dólar oficial en unos $62,65 (21,8%), desde su última cotización el pasado viernes 11 cuando alcanzó los $288, vino junto a una elevación de la tasa de interés al 118% para evitar la salida de los depósitos y una corrida hacia el dólar, lo que encarece el crédito, consumo y financiamiento de las familias trabajadoras.
La medida pactada entre el FMI y el gobierno impulsó también el efecto devaluatorio del resultado de las Paso, empujando el dólar blue a $685: un 13% de aumento hasta apenas pasado el mediodía de este lunes 14.
El FMI venía mencionando en sus informes una “sobrevaluación” del peso, demandando una devaluación que reduzca la brecha cambiaria como una de las condiciones para nuevos desembolsos. El anuncio del compromiso de envió de 7.500 millones de dólares para las próximas semanas vino con la sorpresa de una abrupta devaluación oficial ni bien pasadas las Paso.
Ahora circula la noticia de que, tras la medida oficial, los desembolsos alcanzarían los 10.750 millones de dólares entre agosto y noviembre: una devolución de gentilezas para un gobierno pupilo del FMI. Esto también implicará el avance en otros aspectos del ajuste comprometido, como nuevos y más profundos tarifazos, el ajuste sobre los salarios, la liquidación de los programas sociales y el recorte a las transferencias a la provincias que redundará en menos dinero para salud y educación. Todo un paquete antiobrero.
El intento de avanzar en el achicamiento de la brecha cambiaria satisfaciendo un reclamo del capital financiero y las patronales a expensas de los trabajadores afecta particularmente a estos últimos con la pérdida del poder adquisitivo de sus ingresos y una liquidación de sus tenencias en pesos.
La devaluación del gobierno condena a la pobreza y la indigencia a nuevos contingentes de trabajadores, cuando recrudece una política de ajuste contra el trabajo asalariado, el empleo y la asistencia social a los trabajadores desocupados.
La disparada del dólar tendrá su impacto inmediato en los bienes y servicios de consumo masivo de la población trabajadora, que dependen de costos atados a la cotización del dólar y son influenciados por el mercado internacional y las exportaciones.
El gobierno ocultó al electorado este acuerdo con el FMI a sabiendas de sus consecuencias negativas para los trabajadores. No hay ningún rumbo para enfrentar el ajuste y a la derecha de la mano de Massa y compañía. Solo la organización independiente de los trabajadores y la lucha de trabajadores ocupados y desocupados puede pararle la manos a los candidatos de la miseria social.
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