Las declaraciones de Javier Milei, quien se refirió sin cortapisas a su intención de liquidar el sistema científico y tecnológico nacional, promoviendo que este pase enteramente a manos del sector privado, generaron revuelo. Milei sostuvo que, en caso de llegar al gobierno, eliminaría el ministerio que hoy se ocupa de este área y cerraría el CONICET, con la consecuente ola de despidos que esto provocaría. Arremetió contra los investigadores con total impunidad, endilgándoles una falta de calidad y productividad a sus trabajos científicos.
En lo que se refiere al CONICET, la directora del organismo, Ana Franchi, y el ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, salieron a responder en los medios de comunicación y participaron de una concentración en el Polo Científico el viernes pasado, organizada por algunas agrupaciones y gremios afines al gobierno. Estos sectores convocan a votar a Massa contra el avance de la derecha. Sin embargo, omiten señalar que la senda mercantilizadora que Milei procura llevar a fondo, tiene un largo recorrido bajo su propio gobierno y los anteriores.
En su defensa de ´la Ciencia argentina´, Franchi dejó ver en estos días el creciente entrelazamiento entre el sistema científico y las empresas, al plantear que el CONICET no sólo forma investigadores altamente calificados que trabajan en el organismo, sino “cuadros importantísimos” que se insertan en grandes compañías nacionales o extranjeras; señaló que el Estado realiza grandes inversiones en investigaciones y desarrollos iniciales, que luego son tomados y usufructuados por las empresas (como ocurrió, por ejemplo, con la industria farmacéutica bajo la pandemia) (La Nación, 16/8)... La línea que impulsa la ligazón y adecuación de las investigaciones (y también de la educación) a "la producción" y las necesidades variables del capital no es una novedad.
Por otro lado, las condiciones salariales y laborales de los investigadores de planta del CONICET vienen sufriendo un fuerte deterioro, con el avance de la inflación (que ha dado un nuevo salto con la devaluación de más del 20 % luego de las PASO), el achatamiento del escalafón y el ajuste cada vez más severo para el ingreso a la carrera. La situación se agrava enormemente en el caso de los becarios, cuyo trabajo está completamente precarizado, carecen de los derechos laborales elementales y, luego de varios años de dedicación exclusiva a la investigación, pueden terminar desempleados. Un escenario similar de degradación salarial y precarización laboral recorre a los docentes de todos los niveles educativos.
Por estos motivos, para defender el sistema educativo y científico públicos contra las intentonas privatistas, la lucha no debe esperar a las elecciones de octubre ni depositar las expectativas en Massa, que está llevando a cabo el ajuste fondomonetarista en este momento. Para derrotar a la derecha es preciso que los trabajadores nos organicemos desde ahora. Impulsemos reuniones y asambleas en los lugares de trabajo, votemos medidas de fuerza y visibilización de nuestros reclamos, impulsemos el camino de la huelga y la solidaridad de los trabajadores.
Patricia Lambruschini
23/08/2023
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