jueves, agosto 10, 2023

El crimen de Morena evidenció la podredumbre del régimen político


La complicidad de la policía, la justicia y los gobiernos con el delito organizado.

 El brutal asesinato de Morena Domínguez, una niña de once años, conmocionó al país todo. Desató, por un lado, la ira de los trabajadores lanusenses del barrio Villa Diamante, que, hastiados por la bancarrota social reinante, se movilizaron en reclamo de justicia; y, por el otro, una intensa crisis política, que envuelve a las dos coaliciones más importantes del ecosistema político argentino. 
 Hasta el momento, dos personas se encuentran detenidas por el crimen de Morena. La pericia que se realizó en la Morgue Judicial de Lomas de Zamora determinó que la adolescente murió “por un desgarro en el hígado producto del golpe profundo que recibió” (Infobae, 9/8). Luego del ataque que la dejó inconsciente, la ambulancia tardó más de cuarenta minutos en arribar al barrio para socorrerla. Morena falleció más tarde en el Hospital Evita, después de varios intentos por reanimarla. 
 La reacción popular frente a este crimen, del cual el poder político tomado de conjunto es responsable, tuvo una envergadura importante. La comunidad educativa del barrio, trabajadores y jóvenes se congregaron en las inmediaciones de la Comisaría Quinta de la policía bonaerense para pedir justicia por Morena. En Villa Diamante, la situación social es crítica. Las familias trabajadoras sufren la inseguridad, la falta de luminarias y la ausencia de urbanización del barrio, lo que agudiza las penurias producidas tanto por el ajuste fondomonetarista de los gobiernos como por el agravamiento de la crisis económica. Lanús es una gran zona liberada; en muchos de sus barrios operan abiertamente búnkeres narco, una realidad que se extiende al grueso del conurbano bonaerense. 
 En la concentración se expresó mucha bronca contra la policía. Los vecinos cuestionaron su inacción, y hasta un sector la denunció como un factor de inseguridad. Muchos apuntaron contra el municipio de Lanús, que está comandado por los cambiemitas Néstor Grindetti y Diego Kravetz; y también contra los políticos gobernantes en general. Los movilizados llegaron a cantar que “este domingo no se vota”, otra expresión de la tendencia que existe entre un sector de las masas a inclinarse por el abstencionismo electoral como forma de rechazo al estado actual de cosas. Una porción de los vecinos movilizados se enfrentó a los efectivos lanzando piedras. 
 Es que el delito en Argentina es organizado por el Estado. Los negocios como el narcotráfico, las redes de trata, la producción de pornografía infantil y la venta ilegal de armas no podrían desarrollarse sin la venia de todas las fuerzas represivas (policías, Gendarmería, F.F. A.A.), del Poder Judicial y de los gobiernos. Incluso, muchos elementos del Estado participan en ellos de manera directa. La policía nutre las cajas negras de las comisarías con dinero proveniente del narco y tiene relaciones con los clanes mafiosos. La clase capitalista también se beneficia de esto y aporta los resortes de la economía que maneja (banca, puertos privados, casinos, etc.) para el desarrollo del lavado de dinero. 
 El asesinato de Morena produjo una crisis política. La mayoría de los bloques que participarán este domingo de las elecciones Paso debieron suspender sus actos de campaña electoral. Todo parecería indicar que el tándem Grindetti-Kravetz divulgó noticias falsas, señalando que el crimen había sido cometido por un adolescente de 14 años. Finalmente, esto no fue comprobado. Probablemente se haya tratado de una maniobra para encubrir una trama criminal más amplia. Sí sirvió para que se vuelva a agitar el planteo de una baja de la edad de imputabilidad, que es defendido por Sergio Massa, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Javier Milei. Esto, a pesar de que la tasa de crímenes cometidos por menores es en extremo baja.
 Axel Kicillof salió a desmarcarse del suceso y a defender a la Bonaerense, la cual dirige junto a Sergio Berni, diciendo que cada distrito estructura su propio plan de inseguridad. Tanto Kicillof como Berni sostienen que la responsabilidad en el crimen de Morena la tiene la Justicia, puesto que los detenidos cuentan con antecedentes penales. Aníbal Fernández, el ministro de Seguridad de Massa y CFK, dijo que el trabajo de la Bonaerense fue “sumamente efectivo”. 
 Incluso Juan Grabois se metió de lleno en el problema. Esto, porque el padre de Morena es operario de una de las cooperativas de reciclado del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Grabois escribió un largo texto en su cuenta de Twitter denunciando la responsabilidad de Grindetti-Kravetz en el crimen, pero encargándose conscientemente de encubrir a Kicillof y a Berni, a pesar de asegurar que la policía bonaerense está metida en el delito organizado. Es decir que reconoce la responsabilidades políticas del gobierno municipal, pero encubre deliberadamente las del gobierno provincial.
 Lo cierto es que todos los políticos capitalistas sin excepción son tributarios de este régimen político en descomposición, que empuja a la juventud y a los trabajadores a la degradación social y moral. No pueden transformar esta realidad, solo los trabajadores tienen esa capacidad. Bullrich dijo que Argentina fue convertida en un país “invivible”, mientras lleva como precandidato a diputado nacional a Cristian Ritondo, exministro de Seguridad bonaerense que está involucrado en negocios narco. Kicillof afirmó que hace falta “más Estado”, pero eso (más policías, jueces, funcionarios) equivale a más delito. 
 En Lanús, Néstor Grindetti profundizó con su política patronal la debacle social que dejó el peronismo luego de 35 años de gobierno distrital. Diego Kravetz, precandidato a intendente de Grindetti y Bullrich, competirá en la elección para continuar con esta orientación. Los principales candidatos locales de la oposición PJ-kirchnerista intervinieron de manera lamentable frente al siniestro. El camporista Julián Álvarez se limitó a pedir justicia, y Agustín Balladares, del Movimiento Evita, señaló que “el fracaso de la política de seguridad en Lanús es evidente y cuesta vidas”. Ambos van con Massa, Berni y Kicillof en sus listas; ninguno representa una alternativa para los trabajadores de Lanús. 
 Desde el Partido Obrero y el Polo Obrero hemos acompañado la manifestación de los vecinos y apoyamos el reclamo de justicia por Morena a la vez que pedimos que se esclarezca el hecho. Los responsables políticos del crimen deben comparecer ante la justicia. Para rescatar a las familias trabajadoras y a los pibes de la descomposición capitalista, los trabajadores debemos intervenir en la escena política de forma independiente. Mientras tanto, en Lanús y en todo el conurbano, organicémonos para pelear por la urbanización de los barrios, la instalación de luminarias, la construcción de centros de atención para personas con consumo problemático y por el desmantelamiento de las fuerzas represivas mafiosas. 

 Nazareno Suozzi

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