En la recta final de la campaña hacia las Paso, el precandidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, sostuvo en declaraciones al Financial Times (6/8) que el plan de ajuste demandado a la Argentina por el Fondo Monetario Internacional es “pequeño comparado con el paquete de austeridad que yo propongo”. En el mismo sentido, se mostró capaz de sobrepasar todos los objetivos trazados por el organismo financiero que, recordemos, exige una devaluación de la moneda, tarifazos en los servicios públicos, la reducción en términos reales de los salarios en la administración pública y de las transferencias a las provincias, entre otros puntos.
Es poco lo que se puede añadir a una definición tan explícita sobre el rumbo de guerra contra las condiciones de vida de la clase trabajadora que se propone el “león” de los “libertarios”, quien cerró el lunes 7 su campaña en el Movistar Arena. En todo caso, basta decir que con este planteo nos guía por el mismo camino de debacle que Macri y el gobierno actual.
Más allá de este punto, el dirigente de La Libertad Avanza volvió a expresar sus coincidencias con Trump y Bolsonaro, al destacar que, más allá de que cada cual tiene sus particularidades, “acordamos en que el enemigo es el socialismo”.
Como modelo internacional, el admirador de Margaret Thatcher postuló en la entrevista a Irlanda, destacando el enorme crecimiento de su PBI per cápita en los últimos 30 años. Pero ese crecimiento está basado en una gran distorsión, porque contabiliza los activos de grandes multinacionales que radican en la isla sus domicilios debido a sus bajos impuestos, pero que en muchos casos no desarrollan una actividad económica real en el país. Irlanda es un paraíso fiscal, que a regañadientes aceptó en 2021 subir el impuesto a las sociedades a un mínimo del 15%, bajo la presión de sus socios europeos, temerosos de una fuga de firmas ante esa “competencia desleal”.
Cabe señalar que en este Eldorado que el economista de la derecha argentina considera como una alternativa, el Estado procedió al rescate de los bancos por 64 mil millones de euros, tras el estallido de la crisis financiera en 2008. Garantizó deudas y depósitos de entidades quebradas por la burbuja inmobiliaria. Para solventar ese rescate, Dublín debió acceder a un préstamo con la Unión Europea y el FMI por 85 mil millones de euros, cuya contrapartida fue un colosal ajuste sobre las masas irlandesas. Al día de hoy, cerrando el círculo, el Estado está procediendo a una reprivatización, desprendiéndose de su participación accionaria en bancos en los que había intervenido. Un ejemplo de que es el Estado el que se encuentra al servicio del capital, y no al revés, como suele quejarse Milei.
Por lo demás, en la Irlanda actual, que se encuentra gobernada por una coalición de la centroderecha y los verdes, la crisis de la vivienda hace estragos. El precio de los alquileres y las casas se duplicó en diez años, y un 60% de los jóvenes de 18 a 29 años quiere irse del país (Euronews, 5/7).
Hasta los modelos de Milei son espantosos.
Gustavo Montenegro
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