Según fuentes oficiales, hicieron las evaluaciones unos 12 mil estudiantes de 15 años cursando 7° grado o más, pertenecientes a 460 escuelas de todo el país. A su vez, los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza organizaron por su parte las evaluaciones. El formato fue, por primera vez, enteramente digital en un país donde el 60% de los adolescentes son pobres y no tienen acceso a dispositivos electrónicos ni conectividad.
Estas evaluaciones se realizan bajo los parámetros educativos establecidos por el imperialismo, que fomenta la mercantilización de la educación para que esta se adapte enteramente a las necesidades del mercado, por eso habla de “habilidades”, es decir, la formación que requieren circunstancialmente las empresas para que los estudiantes, futuros proletarios, desempeñen en la actividad laboral, caracterizada por una pauperización creciente. En las pruebas, a los alumnos se le presentan casos “de la vida real” en forma estandarizada, lo cual supone una preparación descontextualizada. Pruebas de este tipo y sus resultados han sido objeto de proponer “ranking de escuelas” atando determinado nivel de presupuesto.
Resultados en Argentina y en el mundo
Dicho esto, los resultados desnudaron una dura realidad educativa. Según el informe oficial de la OCDE, Argentina obtuvo en Matemática el puesto 66 sobre un total de 81 países -anteúltimo puesto en Sudamérica-, lo que significa que 7 de cada 10 alumnos (el 73%) no pudieron resolver un cálculo matemático básico para su edad. En Lengua, más de la mitad (el 55%) no pudo “identificar la idea principal en un texto de extensión moderada, encontrar información basada en criterios explícitos ni reflexionar sobre el propósito y la forma de los textos”. En Lectura y Ciencias, 5 de cada 10 estudiantes argentinos no alcanzaron los estándares mínimos. Los resultados son alarmantes y confirman una tendencia de al menos dos décadas de crisis, sólo considerando los propios resultados de las PISA.
El saliente gobierno de Alberto Fernández emitió un inescrutable comunicado anunciando los resultados de las PISA y destacando que, con respecto a la evaluación de 2018, “presentaron para Argentina estabilidad en los resultados en las áreas de Matemática y Lectura y una mejora en Ciencias”. Para el gobierno saliente, ante las caídas en los resultados en toda América Latina y a nivel global, se debe celebrar que Argentina exhiba “estabilidad”. Desde el 2000 a la fecha, los resultados de las PISA en Argentina han estado siempre por debajo de los resultados promedio de América Latina. El informe oficial de PISA dice: “Los resultados promedio de la Argentina en 2022 fueron casi los mismos que en 2018″. Efectivamente, el rendimiento medio en los países de la OCDE cayó 15 puntos en Matemática y 10 puntos en Lectura – siempre desde niveles superiores a los que se registraron en Argentina. Esto se ha justificado por la pandemia, pero según la propia OCDE, “los resultados de PISA 2022 apuntan a una clara tendencia global: muestran una caída en el desempeño de los estudiantes sin precedentes en la historia del informe”. La educación bajo el capitalismo se hunde.
Otro dato de los resultados en Argentina muestra que los estudiantes provenientes de hogares humildes mejoraron levemente su desempeño con respecto al 2018 y también con respecto a quienes provienen de clases medias/altas, que se mantuvieron en el mismo nivel. Los diarios dicen que “Hay desconcierto entre los especialistas sobre el resultado de los alumnos con más carencias”, desconociendo olímpicamente la infatigable labor docente durante la pandemia y actualmente bajo las terribles condiciones actuales (salarios de hambre, falta de insumos, techos que se desploman, sobrecarga laboral, falta de equipos de orientación escolar, etc). Todas estas demandas son permanentemente levantadas por las luchas docentes en todo el país, con huelgas y movilizaciones que obtienen como respuesta ataques represivos y descuentos de salarios con el concurso activo de la burocracia sindical de CTERA. El fracaso educativo, revelado por las pruebas PISA, es responsabilidad exclusiva de los gobiernos hambreadores y súbditos del FMI, que se han encargado de degradar sistemáticamente la escuela pública.
Ninguna respuesta a esta crisis aguda en la educación integra el extenso paquete de leyes que Milei pretenden sancionar luego de asumir. Los “ajustes” anunciados, por el contrario, profundizaran esa realidad, comenzando por los devaluados salarios docentes.
Emiliano Fabris
08/12/2023
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