El insistente rechazo del régimen norteamericano a eliminar definitivamente el bloqueo impuesto a Cuba por casi cinco décadas ha generado un poderoso anticiclón internacional contra esa política agresiva de Washington, en momentos en que la isla caribeña vive una compleja situación tras ser azotada por los destructores huracanes Gustav e Ike.
Pese a que la actual administración de la Casa Blanca levantó en los últimos días una cortina de humo para intentar esconder su rancia conducta anticubana, miles de voces en el mundo se han alzado nuevamente y con mayor fuerza frente a la guerra económica, financiera y comercial que Estados Unidos aplica a la mayor de las Antillas.
Washington planeó encubrir su frustrado cerco a Cuba pregonando por doquier que estaba en disposición de brindarle ayuda, con cifras ridículas de dinero, además de mentir sobre supuestas licencias otorgadas a empresas norteamericanas para vender productos agrícolas a la Isla.
Para ello el gobierno del mandatario George W. Bush emprendió una cruzada mediática, utilizando sus poderosos medios propagandísticos, dirigida a procurar hacer ver que las autoridades de La Habana habían rechazado la farsante ayuda norteamericana.
Al mismo tiempo, Washington hizo silencio, postura que mantiene actualmente, ante la respuesta reiterada de Cuba de que al menos suspendiera temporalmente, por seis meses, el bloqueo, y le permitiera comprar productos necesarios para enfrentar los graves daños ocasionados por los ciclones Gustav e Ike.
La campaña propagandística estadounidense, desmontada por el gobierno cubano, tenía el propósito de tratar de desviar la atención sobre las insistentes demandas de la comunidad internacional para que se ponga fin al arreciado bloqueo contra la mayor de las Antillas.
La Casa Blanca emprendió esa contienda mediática precisamente un mes antes de que en la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) se someta a votación nuevamente un proyecto de resolución contrario al asedio que Washington mantiene hacia Cuba.
El venidero 29 de octubre la Asamblea General debatirá por decimoséptima ocasión el referido proyecto, que el pasado año obtuvo el voto favorable de 184 de las 192 naciones miembros de la ONU.
Estados Unidos está consciente de que su conducta agresiva anticubana será condenada abrumadoramente una vez más en la sede de la ONU, y por esa razón Bush ensayó utilizar como sus aliados a Gustav e Ike para pretender engañar, como suele hacerlo habitualmente, a la comunidad internacional.
Cuba, por su parte, continúa enfrascada en su recuperación y no cejará un instante en su empeño de derrocar de una vez por todas, con el apoyo creciente de las naciones del mundo, al bloqueo, el más prolongado y terrible huracán sufrido en toda su historia.
Patricio Montesinos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario