martes, septiembre 30, 2008

La crisis financiera se agudiza en EEUU y se extiende a Europa. EEUU no encuentra salida a la crisis

El Congreso de EEUU rechazó ayer de forma inesperada el plan de rescate del sector financiero pactado por los partidos republicano y demócrata, lo que supuso una debacle en Wall Street, donde el índice Dow Jones sufrió la mayor caída en puntos de su historia, más de 700, y bajó un 6,98%. La crisis se agudiza y se extiende a Europa, donde se suceden las intervenciones de varios gobiernos para salvar de la quiebra a entidades financieras.
El Congreso de Estados Unidos rechazó ayer el plan de rescate del sector financiero diseñado por la Administración Bush por 228 votos en contra y 205 a favor. La derrota del plan sacudió la bolsa estadounidense y disparó las alarmas sobre la salida a la crisis financiera. El presidente de EEUU, George W. Bush, aseguró poco después de conocerse el resultado que estaba «muy decepcionado» por el desenlace pero indicó que «seguiremos adelante» para tratar de salvarlo. Poco después, el secretario del Tesoro, y artífice del plan, Henry Paulson, entraba en el ala oeste de la Casa Blanca.
Tras conocer el rechazo, el índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York bajó un 6,98% y sufrió la mayor caída en puntos de su historia, 748,21 puntos, hasta las 10.394,92 unidades. El plan del Tesoro de EEUU, en colaboración con la Reserva Federal suponía inyectar hasta 700.000 millones de dólares para comprar a los bancos de activos contaminados por las hipotecas basura, y poder mantenerlos fuera de sus cuentas hasta que la economía se recupere.
La votación se produjo tras un largo e intenso debate entre los legisladores, muchos de los cuales pusieron en duda la eficacia del plan, y criticaron la falta de ayudas para las familias aquejadas por las ejecuciones hipotecarias. Este rechazo supone un duro golpe para el Gobierno de George W. Bush, quien había advertido de nefastas consecuencias para el resto de la economía estadounidense y para la economía global, si no se aprobaba el paquete de rescate.
Los votos negativos llegaron sobre todo de las propias filas republicanas. Casi dos de cada tres representantes republicanos votaron en contra. Así lo hicieron un total de 133 republicanos y 95 demócratas.
El presidente del Comité de Servicios Financieros de la Cámara baja, Barney Frank, dijo tras la votación que evaluarán la «reacción económica» antes de decidir sobre el siguiente paso legislativo.
En cualquier caso, adelantaron que no habría una nueva votación antes del jueves. La presidenta demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, afirmó que «después de lo que ha pasado hoy no podemos quedaron quietos, debemos continuar trabajando».
Bush había tratado de evitar este rechazo antes de iniciarse la sesión de la Cámara presionando a congresistas para conseguir su adhesión.
Después de una semana en la que cayeron Lehman Brothers, Merrill Lynch, Washington Mutual y el asegurador AIG en EEUU, ayer se supo que Citigroup adquirirá las operaciones bancarias de Wachovia, según anunció la Corporación Federal Aseguradora de Depósitos (FDIC, en inglés), una agencia pública, para asegurar «la continuidad ininterrumpida del servicio de su banco».
Citigroup asumirá hasta 42.000 millones de dólares de pérdidas y la FDIC se hará cargo de las cantidades que superen esa cifra. La operación contó con el apoyo de la Reserva Federal y el secretario del Tesoro.

Caídas en Europa

La onda expansiva que sacude el sistema bancario estadounidense alcanza ya de lleno a Europa, donde los gobiernos también intervienen para evitar una cascada de quiebras.
Aunque ya habían cerrado cuando se conoció la postura del Congreso, las bolsas europeas también vivieron un lunes negro ya que la lista de entidades financieras en dificultades va en aumento. La Bolsa de Fráncfort perdió un 4,23%; Londres, un 4,97%o; Amsterdam, un 8,75%; París, un 5,04%; Madrid, un 3,88%, y Zúrich, un 4,63%.
Luxemburgo, Holanda y Bélgica nacionalizaron Fortis el domingo; ayer el alemán Hypo Real Estate fue salvado por un consorcio bancario y una garantía del Estado; competidoras readquirieron el banco danés Roskilde, cuyos activos ya se colocaban bajo la garantía del banco central y se nacionalizaron el británico Bradford & Bingley y el islandés Glitnir, mientras los valores bancarios europeos se hundían en la bolsa. En el caso de Fortis la inyección de 11.200 millones de euros que los gobiernos de Bélgica, Holanda y Luxemburgo anunciaron para rescatar a la entidad financiera constituye el primer caso de intervención pública a escala europea. El ministro belga de Finanzas, Didier Reynders, aseguró que el objetivo es evitar un «efecto dominó» que contagie a Europa. Bélgica, Holanda y Luxemburgo aportarán 4.700, 4.000 y 2.500 millones respectivamente, a cambio del 49% del capital de las divisiones de banca. Fortis pretendía vender los activos de ABN Amro al banco holandés ING, pero éste anunció que no haría ninguna oferta.
El Estado belga extenderá su ayuda al banco franco-belga Dexia, entidad especializada en financiación de administraciones locales, que tiene además unos 5,5 millones de clientes particulares. La ministra francesa de Economía y Finanzas, Christine Lagarde insistió en que la entidad financiera no tiene actividad para los particulares en el Estado francés.
En Alemania el banco hipotecario Hypo Real Estate fue rescatado con una línea de crédito de 35.000 millones de euros. Un consorcio de bancos privados pagarán el 60% del crédito y el Gobierno alemán asumirá completamente el pago del segundo. El rescate todavía debe ser aprobado por el Parlamento alemán. Hypo está especializado en la financiación de grandes proyectos inmobiliarios e infraestructuras públicas y en la actualidad la segunda entidad hipotecaria de Alemania.
El Grupo Santander adquirirá, a través de su filial Abbey, la red de sucursales y los depósitos de la también británica Bradford & Bingley, nacionalizada por el Gobierno de ese país, por lo que continúa con su expansión en el mercado bancario británico.
El Gobierno islandés anunció la adquisición del 75% de Glitnir, el tercer banco del país, por 600 millones de euros para asegurar su liquidez.
Mientras tanto, el BCE inyectó 120.000 millones de euros para dar liquidez a los mercados dentro de una operación acordada con la Reserva Federal, que ampliará sus líneas de crédito coordinadas con otros bancos centrales en 330.000 millones de dólares.
Sarkozy convoca una cumbre europea para abordar la crisis
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer la celebración en los próximos días de una reunión de líderes europeos del G8 para analizar la crisis en los mercados y preparar el encuentro mundial que, antes de final de año, debe sentar las bases de un nuevo sistema financiero. Sarkozy explicó que el objetivo de la reunión, que tendrá lugar en París, es que la Unión Europea (UE) pueda hablar «con una sola voz» en la cumbre mundial.
El presidente francés invitará a los líderes del resto de los países europeos del G8 -Alemania, Gran Bretaña e Italia-, así como a los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, el Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y el Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet.
Hoy Sarkozy recibirá en el Elíseo a los dirigentes de los principales bancos y aseguradoras del país para abordar la situación del sector ante la actual crisis, junto al primer ministro, François Fillon, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, y la ministra de Economía y Finanzas, Christine Lagarde. El consejero especial de Sarkozy, Henri Guaino, admitió que el Estado francés se encuentra «casi en recesión» y que frente a la crisis financiera mundial y las malas cifras del paro del mes de agosto, la pregunta que cabe hacerse es si esta situación se agravará o se prolongará.
En cualquier caso, Guaino sostiene que el Estado «está dispuesto a todo» y no descartó que Sarkozy adopte medidas para relanzar la economía gala. «Si hace falta tomar medidas, se tomarán», aseguró el consejero presidencial. «El presupuesto no es inmutable», señaló.
Guaino también animó a los franceses a «mantener la sangre fría» y recordó las palabras pronunciadas la semana pasada por el propio Sarkozy garantizando a sus conciudadanos que nadie perderá un sólo euro en el caso de que un banco o una entidad aseguradora no pueda hacer frente a sus compromisos
Además, adelantó que el camino a seguir en los próximos meses dependerá de «cómo se propague la crisis. Se hará lo que haga falta sin encerrarse en dogmas». Asimismo, recalcó que la actual crisis supone «el final de un ciclo. Es el fin de una perversión del capitalismo, no el fin del capitalismo».

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