El enorme rechazo de las poblaciones de todo el mundo a la feroz agresión israelí contra Palestina está consiguiendo perforar el muro mediático, la inercia de los gobiernos del planeta y la complicidad de las grandes potencias y los países árabes; la cólera crece ante lo que aparece claramente como una espeluznante masacre de civiles. Lo que está ocurriendo es abominable, sin duda todavía peor de lo que imaginamos, pero hay que congratularse por la inmensa victoria política que está consiguiendo el heroico pueblo palestino. Mientras en Francia los medios de comunicación siguen con su increíble discurso que pretende meter en el mismo saco a Israel y a Hamás, mientras por todas partes la pusilanimidad de las reacciones oficiales testimonia una complicidad de hecho con los verdugos esperando a que «terminen su trabajo», estamos asistiendo a un auténtico cambio.
Ayer fueron las organizaciones oficiales de la ONU y la Cruz Roja internacional en la zona las que denunciaron el crimen humanitario; hoy es el Consejo de Seguridad quien cambia de posición y el bloqueo sistemático de Estados Unidos está, más o menos, superado. Es una victoria política aunque no se ha resuelto nada y los palestinos, más que nunca, necesitan nuestra solidaridad, no sólo para detener la masacre en Gaza, sino para lograr una solución viable y justa. Y para eso, también más que nunca, hay que volver a colocar «el problema palestino» en un contexto más amplio, el que pone a la humanidad frente a la disyuntiva de «socialismo o barbarie»
1. La posición del Consejo de Seguridad
En el texto de la resolución tomada la noche del jueves al viernes, el Consejo «señala la urgencia de la situación y llama a un alto el fuego inmediato, permanente y plenamente respetado, con la retirada total del ejército israelí de la Franja de Gaza». El Consejo «condena todos los actos de violencia y hostilidad contra los civiles y todo acto de terrorismo», sin señalar explícitamente los lanzamientos de cohetes de Hamás.
El Consejo «llama a la prestación sin obstrucciones» de la ayuda humanitaria en Gaza y «acoge con satisfacción las iniciativas dirigidas a abrir los corredores humanitarios». Pide a los Estados que favorezcan el establecimiento en Gaza de mecanismos que garanticen que el alto el fuego será permanente, especialmente «impidiendo el contrabando» de armas y «asegurando la reapertura de los puntos de paso» hacia Gaza. En este sentido «saluda la iniciativa egipcia y los demás esfuerzos regionales e internacionales en curso». Por otra parte, la resolución 1860 «insta a establecer medidas concretas para una reconciliación interpalestina»
Finalmente «pide esfuerzos renovados y urgentes de las partes y de la comunidad internacional para llegar a una paz global basada en la visión de una región con dos Estados democráticos, Israel y Palestina, que convivan pacíficamente dentro de fronteras seguras y reconocidas».
Hay que recordar que hasta hace muy poco Estados Unidos ha impedido cualquier resolución del Consejo de Seguridad, pero como indicábamos, la Asamblea de las Naciones Unidas y el Consejo de los Derechos Humanos se han movilizado para denunciar el crimen contra la humanidad y a los criminales israelíes. Aunque no ha habido jefes de Estado del Tercer Mundo, Rusia o China que hayan adoptado la valiente postura del presidente venezolano Hugo Chávez, el movimiento de los No alineados, por ejemplo, ha desplegado una gran actividad para conseguir una condena masiva (1).
La lucha heroica de los palestinos está contribuyendo a una evolución de las instituciones internacionales que en esta crisis, la ONU a la cabeza con un Consejo de Seguridad dominado por Estados Unidos, han demostrado su servilismo, su parcialidad y su desprecio del derecho internacional y del principio de igualdad de las naciones. Se puede considerar que allí todavía la presión es tan fuerte que el Consejo de Seguridad ha terminado por ceder, pero intentando salvar lo que se puede.
El plan de paz de Francia y Egipto o cómo proteger a los criminales
Hay que entender con claridad que la resistencia palestina, el martirio que sufren los habitantes de Gaza, se está convirtiendo en una gran victoria política. Y la operación de Sarkozy y Mubarak es un intento de salvar la apuesta israelí para limitar la magnitud de esta victoria política. Dicha iniciativa, en tres puntos, ha recibido una acogida favorable por parte de Israel. «Hay un acuerdo sobre los principios, pero es necesario traducirlos en actuaciones concretas» declaró Mark Regev, portavoz del gobierno.
El primer punto consiste en el establecimiento de un alto el fuego por un período limitado para facilitar la prestación de la ayuda de emergencia y dar tiempo a la diplomacia para encontrar una solución estable. El segundo punto prevé reunir a los palestinos e israelíes para obtener «una seguridad» de la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza, la reapertura de los puntos de paso y el levantamiento del bloqueo. El último punto consiste en la obtención de una reconciliación nacional entre la Autoridad Palestina y Hamás bajo los auspicios de una mediación egipcia.
Lo que queda claro es que la iniciativa francesa ofrece una salida a los israelíes que chocan no sólo con la heroica resistencia de un pueblo mártir y con la de Hamás y otras fuerzas combatientes, sino también con una oleada creciente de indignación general y mundial, especialmente en los países árabes. La actitud del dirigente egipcio es característica, ya que ha colaborado ampliamente en el bloqueo de Gaza y ha participado en el crimen humanitario, pero la cólera de su opinión pública es tal que las fuerzas políticas han amenazado con sabotear los conductos de suministro de gas a Israel si el gobierno egipcio pretende continuar con dicho suministro. Hay que tener en cuenta que la población egipcia, que está padeciendo una dura crisis económica y revueltas del pan, se halla al borde de la explosión, y el papel de Egipto en los sucesos de Gaza podría desembocar en una revuelta generalizada.
3. Masacre de población civil
El jueves, la agencia de la ONU encargada de la asistencia a los refugiados palestinos (UNWRA), que proporciona asistencia a 750.000 habitantes de Gaza, ha suspendido todas sus operaciones en la Franja «debido al aumento de los actos hostiles contra sus instalaciones y su personal». La UNWRA dirigía la escuela de Yabalia, donde el martes murieron más de 45 personas por los bombardeos israelíes. Además, el jueves murieron dos trabajadores por los disparos de un tanque contra un convoy de la agencia de la ONU. Los convoyes humanitarios se suspendieron inmediatamente en los cruces de Erez y Kerem Shalom.
Tres soldados israelíes, entre ellos dos oficiales, han muerto en el norte de la Franja de Gaza, según el ejército, elevando a 10 el número de soldados israelíes muertos desde el comienzo de la ofensiva. Este hecho es un preludio de un cambio de la opinión pública israelí ya que, igual que la opinión pública estadounidense, está entrenada para alegrarse por las matanzas masivas cometidas por su ejército, incluidas las muertes de mujeres y niños, pero consideran a sus soldados objetos preciosos. Todo esto va con una concepción de la guerra, ilustrada por los bombardeos y los bloqueos, que ha culminado en un Hirosima que amenaza con renovarse sin cesar.
Gaza es un ejemplo terrible. Los responsables médicos palestinos han declarado que el Creciente Rojo encontró 35 cadáveres más en las zonas de combate del norte y el este de la ciudad de Gaza, lo que eleva a 765 el número de palestinos muertos desde el comienzo la ofensiva «plomo fundido», según el ministerio de Sanidad de la administración de Hamás. Además hay, como mínimo, 3.000 heridos. El ministerio ha señalado, aunque no se ha confirmado por una fuente independiente, que el 34% de los muertos palestinos son niños (lo que equivaldría a unos 250), así como el 35% de los heridos. Los civiles, y especialmente los niños, que representan el 56% de la población de la Franja de Gaza, llevan la peor parte de las violencias en curso.
4. Israel todavía no ha logrado sus objetivos
Todavía el jueves Israel no aparecía dispuesto a renunciar a la ofensiva cuyo pretexto oficial es detener los lanzamientos de cohetes sobre el sur del país, pero que aparece cada vez más nítidamente como una feroz masacre de civiles sin ninguna relación con los citados lanzamientos y a la vez con los ojos puestos en las elecciones israelíes, para presionar a los nuevos dirigentes estadounidenses y para acabar con Hamás y de esta forma con toda la resistencia palestina; Israel continuará: los objetivos no se han conseguido.
Esta es la opinión del Estado Mayor israelí y los responsables de los servicios de inteligencia, que declararon el miércoles que las milicias armadas de la Franja de Gaza no habían sido suficientemente afectadas porque la mayoría de los combatientes se refugian en las aglomeraciones esperando que la infantería entre en el corazón de las ciudades para librar una guerrilla mejor que enfrentarse a la enorme máquina de guerra de Israel y exponerse a bombardeos intensivos. «Estamos muy violentos. No dudaremos en utilizar todos los medios para evitar bajas en nuestras filas» admitió el teniente coronel Amir, citado por Haaretz.
El gabinete de seguridad israelí aprobó, el miércoles 7 de enero, la continuación de las operaciones terrestres en la Franja de Gaza y se pronunció a favor de «una tercera fase que ampliará la ofensiva penetrando más en las zonas pobladas». Los militares estimaron que en el estado actual de las cosas, los objetivos de la operación «Plomo fundido» todavía no se han conseguido
Le Monde señala que han aparecido divergencias entre los dirigentes políticos sobre la necesidad de prolongar esta agresión. Tzipi Livni, ministra de Asuntos Exteriores, está a favor de poner fin a la operación ahora, mientras que Ehud Olmert, el Primer Ministro, es partidario de acabar con la amenaza que representa Hamás. El ministro de Defensa, Ehud Barak, por su parte, se declara favorable a una tregua. De momento no se ha tomado ninguna decisión definitiva, que deberá tomarse hacia finales de la semana, en una nueva reunión del gabinete de seguridad. Mientras tanto, miles de reservistas han sido movilizados.
Paralelamente a la posibilidad de la prolongación del conflicto, las autoridades israelíes han viajado el jueves 8 de enero a El Cairo para discutir el plan promovido por los presidentes egipcio y francés, Hosni Mubarak y Nicolas Sarkozy.
¿Y el futuro?
Sólo los combatientes sobre el terreno pueden decidir qué van a hacer en relación con las iniciativas diplomáticas y en particular frente al «plan de paz» de Sarkozy y Mubarak. Israel intenta mantener el bloqueo, el cierre de la frontera con Egipto, mientras que Hamás exige el levantamiento de dicho bloqueo y las garantías en ese sentido. Ghazi Hamad, asesor de Ismail Haniyeh, Primer Ministro de Hamás, insistió en las «garantías» al contrario de lo que ocurrió durante la conclusión de la tregua de seis meses, el 19 de junio de 2007.
Aunque la idea de un Estado palestino ha avanzado, sabemos hasta qué punto los israelíes y Estados Unidos han hecho todo lo posible para reducirlo a bantustanes inviables, y la Autoridad Palestina, tal como es en la actualidad, es su instrumento. Lo que está claro es que el Estado de Israel ha demostrado, una vez más, que nunca aceptará esa solución.
Personalmente, es la opinión de una simple observadora comprometida, creo que esta masacre demuestra que Israel es incapaz de elegir la vía de la razón y que irá de tragedia en tragedia hasta el exterminio de su propia población, después de masacrarse a sí mismo de una manera despreciable. Israel es una creación artificial en la que el pretexto ha sido el Holocausto, el exterminio nazi de los judíos, los perseguidos milenarios por la opresión de la Europa cristiana; una creación artificial infligida en un contexto colonial a un pueblo palestino que no tenía nada que ver.
Esa creación se sitúa en una época histórica muy precisa, la de la guerra fría a la salida de la Segunda Guerra Mundial. Obligadas a la descolonización, las potencias colonizadoras europeas optaron por continuar con un neocolonialismo para seguir saqueando los recursos, por eso están ubicadas en la estela de Estados Unidos. Adoptaron una política dirigida a utilizar a los burgueses de los países neocoloniales para proseguir su saqueo y han llevado, con sus multinacionales detrás, una estrategia de desarrollo mezclada con las altas finanzas y un complejo industrial militar que dirige las instituciones internacionales. La creación del Estado de Israel forma parte de la estrategia de dominación del Medio Oriente petrolero, Israel es una punta de lanza militar radical, y la alianza con Arabia Saudí y otros países árabes la complementan. El hundimiento de la Unión Soviética acarreó el predominio indiscutible de este sistema.
Pero el contexto actual del derrumbamiento total, como un castillo de naipes, del sistema financiero, el rechazo cada vez más patente de la explotación y el saqueo, la aparición de un mundo multipolar, las armas de una potencia increíble incapaces de restablecer el orden en provecho de la hegemonía imperialista; todo eso demuestra hasta qué punto el mundo debe cambiar.
El sionismo, que sólo tiene sentido en este contexto histórico, aparece claramente como una monstruosidad, pero no hay que olvidar que con él es el Estado de Israel como tal quien forma parte de ese viejo mundo que conduce a la humanidad a su perdición; y no se trata únicamente de los palestinos, la población israelí está totalmente aprisionada en la trampa de esta manipulación imperialista. Las personas de origen judío también están presas como rehenes. Ya es hora de denunciar esta situación para salvar a todas las víctimas.
Lo que aparece en esta crisis es muy importante, y en la noche terrible de las masacres de Gaza surge una esperanza sobre el sentido de nuestras luchas en defensa de la humanidad. Y será el socialismo o la barbarie.
Y se me ocurre la idea de parodiar la célebre frase de Brecht: «Moscú la roja ha vencido a los ejércitos nazis en nombre de todos los pueblos, incluido el que lleva por nombre Alemania». Hoy podríamos decir: «Gaza la palestina, con su martirio, está venciendo al ejército fascista de Israel flanqueado por la ayuda de Estados Unidos, en nombre de todos los pueblos, incluido el que lleva por nombre judío, si es que existe el pueblo judío».
(1) Muchas personas se sorprenden del hecho de que los cubanos, que siempre asumen posiciones de justicia, no hayan desempeñado un papel de liderazgo en este asunto. Los cubanos han observado el intenso baile diplomático y han jugado un papel en el movimiento de los No Alineados, especialmente en la presión a la ONU, como el presidente Chávez.
Danielle Bleitrach
Traducido para Rebelión por Caty R.
Texto original en francés: http://socio13.wordpress.com/2009/01/09/la-victoire-politique-des-la-resistance-palestinienne-par-danielle-bleitrach/
Danielle Bleitrach, socióloga francesa, perteneció al Comité Central del Partido Comunista Francés (PCF) y después al Comité Nacional de dicho partido desde 1981 a 1996. Fue Consejera Regional responsable de cultura de la región PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul) y fundadora de la revista de los intelectuales comunistas Révolution, en la que escribió numerosos artículos que se caracterizan por su espíritu polémico. Dimitió del Comité Nacional del PCF en 1996, en desacuerdo con la participación del partido en el gobierno. En 2003 salió del PCF, aunque sigue declarándose comunista.
Últimamente Danielle Bleitrach se ocupa en especial de Cuba y América Latina. Además de Cuba es una isla (traducción española de Maira Góngora, Ed. de Intervención Cultural, 2005), ha escrito con Viktor Dedaj y Maxime Vivas Les États-Unis de Mal Empire, ces leçons de résistance qui nous viennent du sud, Adén, 2005, traducido al español por Aurora Fibla Madrigal con el título Estados Unidos o el imperio de mal en peor, ed. José Martí, La Habana, 2006.
Estas obras suponen una ruptura con sus análisis sociológicos anteriores y enlazan con la reflexión sobre la globalización, el desarrollo, el trabajo y la ciudadanía.
Ha escrito una quincena de obras entre las que destacan tres de sociología sobre la clase obrera y la ciudadanía, ensayos como Le Music hall des âmes nobles (sobre los intelectuales) y novelas como Un bouquet d'ortie o L'infortune de Gaspard.
Su último libro, en colaboración con Jacques François Bonaldi, es Cuba, Fidel et le Che ou l’aventure du socialisme (Cuba, Fidel y el Che o la aventura del socialismo), Le Temps de Cerises, 2008.
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