La Revolución Cubana confiere gran importancia al desarrollo del conocimiento, la ciencia y la técnica al servicio del pueblo y la sociedad. La nación bajo bloqueo económico y agresión constante de la potencia imperialista más poderosa de la historia, es a su vez el país latinoamericano y caribeño, que en proporción a su población y recursos, más ha crecido en el sector del conocimiento, la ciencia y la tecnología en los últimos cincuenta años. No resulta raro que tan significativa verdad no sea asumida, ni publicitada por la gran prensa capitalista. Mucho menos por quienes solo pretenden listar nuestras actuales dificultades, magnificarlas y reinterpretarlas para intentar promover el pesimismo y las dudas, en momentos de regocijo y reafirmación por la irrefutable hazaña de sobrevivencia y victorias de medio siglo de Revolución humanista, antimperialista y socialista.
El 15 de enero de 1959 Fidel Castro expresó: "El futuro de nuestro país tendrá que ser necesariamente un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento". Y tal afirmación se ha desarrollado como paradigma de la Revolución Cubana. El recorrido desde entonces ha sido largo, la infraestructura cultural, educacional y científico tecnológica ha crecido y hoy el país dispone de un pujante movimiento intelectual, con capacidad de respuesta para hallar soluciones certeras a las disímiles problemáticas que plantea la ingeniería social socialista.
Cuatro pilares sostienen la ciencia en Cuba: La alta calificación científica y cultural de los cubanos y cubanas, la ética, la consagración y el patriotismo de sus trabajadores, la asimilación de los avances de la ciencia y la tecnología mundial, y la creciente integración de las instituciones de docencia, ciencia y producción.
Los resultados de ciencia, tecnología e innovación tecnológica, no se deben en la Revolución Cubana a la competencia de mercado basada en la propiedad privada, sino en la propiedad social. Esta realidad en tanto confirma la fortaleza y posibilidades de la socialización socialista, la eficiencia y eficacia del trabajo del Estado revolucionario, resulta otra verdad incómoda para ser aceptada por nuestros adversarios ideológicos y políticos. Es demostrativa de la naturaleza de la sociedad revolucionaria, de las prioridades que establece el socialismo, si de desarrollo y crecimiento humano se trata.
Los recursos humanos
El alto potencial de especialistas formados por la educación cubana, resulta la condición fundamental, para el desarrollo del pujante sistema de ciencia, técnica e innovación tecnológica de que dispone el país. Hoy tenemos un graduado o graduada universitaria, por cada 10 habitantes, lo cual es un logro notable para un país subdesarrollado. Hay dos graduados universitarios, por cada graduado de sexto grado que había al triunfo de la Revolución el 1 de enero de 1959, y quince graduados por cada uno de los existentes entonces. Dentro de tres años se alcanzará el millón de graduados de la educación superior, resultado sin precedente para un país del llamado Tercer Mundo. De estos cubanos y cubanas, más de 100 mil cursan postgrado cada año, incluidas maestrías, especialidades y doctorado.
En la batalla por el conocimiento se destaca la aspiración por dar un vuelco en la formación, para enfrentar los retos de construir en el país una real sociedad del conocimiento, con capacidad para insertarse en el desigual flujo científico técnico de la globalización neoliberal. Este propósito llevó a la necesidad de crear centros de excelencia y al surgimiento de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI).
En la UCI y en las facultades de ingeniería, cibernética matemática, pedagogía y tecnología de la salud de las universidades del país, se forman más de 10 profesiones con perfiles en las Nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (NTIC). Así mismo la educación general creó la salida del bachiller informático. Entonces en aspira contar para mediados de la próxima década, en este importante campo del saber tecnológico, con más de 40 mil especialistas de nivel superior y medio. Con tal fuerza profesional Cuba logrará en los próximos años, trascendentales avances en la informatización de su base productiva y social, y a la par que abrirá nuevas fuentes de inserción económica y cultural para su pueblo en el contexto mundial.
La Universidad Cubana cuenta con 80 centros dedicados a tiempo completo a la investigación, generación y transferencia de tecnología de punta. Vinculados a estas y otras instituciones de investigación está el 69 por ciento de las y los profesores universitarios. En general todos los docentes de la educación superior, tienen contemplado en su fondo de tiempo el trabajo de investigación científica. En total más de 250 mil docentes del Ministerio de Educación (MINED) y el Ministerio de Educación Superior (MES), están incorporados desde sus aulas a la actividad científica. El 42 por ciento de ellos la efectúa en forma extracurricular.
La investigación también forma parte de los currículos docentes de pregrado y postgrado. El 10 por ciento de las matriculas de estudiantes universitarios, son consideradas de alto rendimiento y estos jóvenes participan en las más complejas investigaciones.
En la mayoría de los países latinoamericanos y caribeños, el potencial científico se concentra en las universidades. Un resultado de la Revolución es el haber creado además el sector de ciencia en el que laboran unos 78 mil trabajadores. En esta masa profesional 44 mil especialistas son graduados universitarios y otros 19 mil han cursado la enseñanza media. Hay en la universidades y en el sector de ciencia y tecnología 6 mil 965 cubanos y cubanas que son doctores en ciencias.
El personal de ciencia y tecnología, se amplia y multiplica con la labor de las asociaciones de obreros y técnicos tanto entre los jóvenes organizados en las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ), como en la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y las asociaciones científico profesionales que cubren en más amplio espectro disciplinario. La ANIR, agrupa a los trabajadores mayores de 35 años que buscan constantemente soluciones técnicas a problemas de la economía cubana. La ANIR cuenta con unos 567 mil asociados, agrupados en más de 26 mil organizaciones de base en los centros de trabajo. Las BTJ, lideradas por la Unión de Jóvenes Comunistas, agrupan a más 177 000 brigadistas de todo el país.
El Sistema Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica
Fruto del empeño revolucionario es la creación del Sistema Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica, Para muchos pudo resultar paradójico que en medio de uno de los momentos económicos más difíciles de su historia, el Estado cubano decidiera crear en 1994 el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). Y no se trataba de una restructuración más del sistema gubernamental.
La Academia de Ciencias de Cuba, había realizado un meritorio trabajo en el avance de la ciencia en el país, pero ahora se trataba de crear una institución central con capacidad legal y operativa para lograr la unidad y cohesión de todos los esfuerzos nacionales. Desde entonces la misión principal del CITMA, ha sido la de organizar todo el sistema nacional de ciencia y tecnología sobre la base de la integración, definir bien las prioridades en correspondencia con las necesidades económicas y sociales, y otorgarle a las fuerzas científicas y tecnológicas creadas por la Revolución, un papel protagónico en el desarrollo del país. Esta ha sido sin dudas, una de las decisiones políticas de mayor calado en la estrategia cubana de futuro. A nivel estratégico, una de las más trascendentales de la Revolución Cubana
En este sistema de ciencia-tecnología ha sido decisiva la creación de las estructuras de los Polos científicos a partir del Polo Científico del Oeste de Ciudad de La Habana en 1993, extendido a partir del año 1995 a los Polos Territoriales, al Polo Industrial y al de Humanidades. Los polos científicos constituyen una forma novedosa y viable, de interacción socialista, para el trabajo cooperativo y cohesionado, de las instituciones científicas y los investigadores, en la solución de múltiples y complejas problemáticas económicas y sociales y en la potenciación del conocimiento y la ciencia como fuerza productora efectiva del socialismo cubano. Tal sistema garantiza priorizar los recursos humanos, materiales y científico tecnológicos, en atención al impulso de los principales programas del país, con un alto nivel de integración e interdisciplinaridad.
En la mayoría de los polos se ha logrado resolver varias de las insuficiencias que arrastraba el diseño de ciencia en el país. Los proyectos no se asumen como simples gastos presupuestados, sino como inversiones con estudio de impacto económico y tasa de retorno esperada. La investigación no concluye hasta su introducción y aplicación tecnológica y social.
En el mundo empresarial cubano es cada día mayor el trabajo de innovación en la búsqueda de productos y servicios de mayor calidad a más bajos costos, y en la solución de múltiples problemas cotidianos. La ANIR, los sindicatos y el Estado, impulsan el Fórum de Ciencia y Técnica que es un movimiento popular basado en las ideas de Fidel Castro y el Che Guevara sobre la sustitución de tecnología importada. El Fórum abarca cada año a miles de cubanos que buscan aportar soluciones técnicas a problemas de la economía nacional. Se organiza desde cada estructura de base empresarial hasta nivel nacional. Más de 222 mil personas en calidad de autores, coautores y colaboradores intervinieron en las acciones del Movimiento Nacional de Ciencia y Técnica durante el 2008 Los jóvenes de las BTJ desarrollan el movimiento de la Exposición Forjadores del Futuro y las Conferencias de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ). En los Fórum y Exposiciones se presentan en cada edición un conjunto no menor de dos millones de ponencias con racionalizaciones, propuestas e innovaciones que recorren todo el espectro de la producción y los servicios del país.
Contra el criminal bloqueo
Los avances del conocimiento y la ciencia en Cuba se realizan también como victoria frente la política criminal de los Estados Unidos. A los científicos cubanos se les impide acceder a los más actualizados bancos de información existentes en el país del Norte. Los convenios y demás intercambios con la comunidad científica estadounidense, están sometidos a las leyes del bloqueo. Todos los años a un buen grupo de académicos e investigadores, se les niega el visado para asistir a conferencias internacionales y otros eventos académicos que se realizan en el territorio de ese vecino país, mientras a sus colegas norteamericanos no se les otorga licencias de viajes y cuando logran obtenerlas, están presionados por el entramado de leyes que pueden llevarlos a ser objeto de severas multas y hasta presión. La prohibición de importar desde nuestro país equipos, reactivos y hasta literatura científico técnica estadounidense, conforma un escenario sumamente hostil para la ciencia cubana.
El bloqueo al acceso a las NTIC, continúa la obcecada política imperialista. Recordemos que el gobierno estadounidense no permitió que Cuba ingresara formalmente a la red mundial de computadoras hasta 1996, y desde entonces le impide conectarse a alguno de los cables de fibra óptica submarinos, que pasan cerca de nuestras costas, con lo que obliga al país a emplear un canal satelital con escasos 65 megabytes por segundo (mbps) de ancho de banda para la salida, y 124 mbps para la entrada. Las propias leyes estadounidenses, establecen que cualquier nueva adición o modificación de este canal, requiere la obtención de licencia del Departamento del Tesoro del país del Norte.
A la comunidad científica cubana se les bloquea la información, el equipamiento y el intercambio académico no solo como sabotaje a la construcción del conocimiento, sino también como parte de política de aliento a la deserción. Los mecanismos de robo de cerebros enfilados para apoderarse de los talentos y drenar la sabiduría creada con los recursos de nuestras naciones subdesarrolladas, en el caso cubano cuentan con el extorsión adicional de la asesina Ley de Ajuste Cubano.
Resultados de la ciencia cubana
A pesar de la política imperialista, en el campo del equipamiento, la información científico técnica y las NTIC, la Revolución Cubana también ha avanzado sustancialmente. En el país se han alcanzado en distintas categorías más de 2 000 resultados científicos y dentro de ellos 750 de los Programas Nacionales Científicos Técnicos. Año tras año, los planes estatales de resultados de ciencia, y generalización de innovaciones y racionalizaciones, obtienen altos niveles de cumplimiento, tanto en lo científico tecnológico propiamente dicho, como el impacto de estos en la economía y la sociedad. Se incrementan los volúmenes de ingresos en divisas del país por concepto de exportación de productos y servicios de alto valor agregado en más de un 30 por ciento, mientras el efecto económico de la sustitución de importaciones por acciones de ciencia y tecnología refleja también un aumento significativo. En los planes de desarrollo es de gran utilidad social INTERNET, puesta al servicio de la ampliación de los conocimientos.
Tales avances no solo son del CITMA, además hay logros importantes relacionados con la energía, industria azucarera, agricultura y defensa, que realizan los centros de investigación adscritos a otros ministerios. El país posee un modelo de potencial e integración científica única en el mundo, que hoy se reanima con nuevas inversiones según las necesidades ya determinadas. (1).
La biotecnología, legítimo orgullo científico del país, es un inobjetable ejemplo de cómo un país pequeño, con tenacidad y una inteligente estrategia puede desarrollar centros de excelencia científica y productiva. Este logro se concreta con 13 nuevos productos farmacéuticos, que garantizan el acceso de nuestra población a medicamentos de alta tecnología. Una hazaña de la biotecnología cubana la constituyó el desarrollo y producción de la primera vacuna sintética en el mundo contra la bacteria del Haemophilus Influenzae tipo B. También se realizan otros avances significativos en la obtención de vacunas combinadas como la Heberpenta, contra la difteria, tétanos, tosferina, y la hepatitis B. Así mismo se cuenta con la primera vacuna terapéutica para el tratamiento del cáncer de pulmón avanzado, única inscrita en el mundo para ese tipo de tumor maligno.
El complejo de la biotecnología garantiza para los enfermos cubanos, la producción de la mayoría de los medicamentos con que se trata el SIDA y se avanza en un prospecto de vacuna cubana contra esta terrible enfermedad. A su vez pone en su horizonte inmediato nuevos retos como el desarrollo de la bioinformática.
El espíritu humanista y solidario de la ciencia cubana se refleja en cómo se destinan importantes fondos para apoyar indagaciones sobre el cólera, si bien este mal no se reporta en Cuba. Otra esperanza para cientos de millones de personas en territorios subdesarrollados, radica en las pesquisas nacionales sobre vibro cholerae, bacteria que causa la enfermedad diarreica aguda del cólera, por la cual se contagian anualmente entre cinco y siete millones de seres humanos, y fallecen 120 000.
La industria biotecnológica y en general, el Polo Científico del Este de la capital cubana, pionero en esta novedosa forma de integración de ciencia y producción, se destacan por su concentración de conocimiento, capacidad productiva integrada, calidad y volumen exportador. Estas cualidades le permiten abrirse paso al servicio de los seres humanos, en el intrincado mercado mundial de productos biotecnológicos, y romper tanto el bloqueo y la persecución económica de los Estados Unidos, como el monopolio transnacional del mercado mundial, con más de 500 patentes registradas internacionalmente.
Los trabajos en el campo de las ciencias naturales y ambientales aportaron nuevos elementos sobre las cuencas hidrográficas priorizadas, la dinámica de nuestras playas y el estudio de la biodiversidad, y contribuyen, junto a otras medidas, a la disminución de la carga contaminante. La ciencia en el campo del medio ambiente ha dado pasos importantes. Se destacan la conclusión del diagnóstico de la carga contaminante a nivel nacional, la cual se logró reducir en un 9 por ciento. Fueron importantes también los aportes de las ciencias técnicas al desarrollo de los programas de extracción de petróleo y de gasificación, así como a elevar la eficiencia en otras industrias. Se obtienen asimismo nuevos resultados de reconocimiento internacional en las ciencias exactas. Los resultados de los programas nacionales, ramales y territoriales realizados bajo la rectoría del Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente, favorecieron a las industrias del níquel, azucarera y sidero-mecánica. El sistema de salud pública alcanzó favorables resultados, con el uso de avanzados métodos en la cirugía video-endoscópica, la oftalmología y la cardiología.
También hay resultados en la esfera de la agricultura, entre ellos los vinculados con las nuevas tecnologías de cultivos, que permiten aumentar los rendimientos en arroz, papa y frijoles. Para hacer realidad la perspectiva de un modelo de agricultura agroecológica, los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREES) han sido fundamentales para obtener biofertilizantes, biopesticidas y el control biológico derivado de investigaciones. En el caso de la caña de azúcar se obtuvieron nuevos marcadores moleculares, para desarrollar diferentes variedades con madurez temprana, mientras se hizo la caracterización molecular de los patógenos causantes de las enfermedades más importantes de esta gramínea en el país. Las investigaciones agrícolas a su vez, han contribuido a incrementar las producciones en la agricultura urbana que ya supera los 3,7 millones de toneladas de vegetales y condimentos frescos.
Las ciencias sociales concluyeron un conjunto de investigaciones que han contribuido a tomar decisiones en aspectos de gran importancia para el país, como el desarrollo de la vida social y la producción en las montañas, el estudio de las localidades, las problemáticas sociodemográficas, los grupos sociales en riesgo, el desarrollo de la igualdad, la democracia socialista, la política exterior del país, la política de juventud y familia, el rescate y proyección de la cultura, el patrimonio y el arte nacional y el trabajo con los directivos, entre otros; y hacen aportes crecientes en apoyo a los Programas sociopolíticos de la Revolución y especialmente a las rectificaciones y transformaciones en la educación y la cultura.
El futuro inmediato
Hoy la ciencia cubana transita por una etapa de madurez y consolidación y está en condiciones de incrementar sus aportes a la economía y la sociedad. Se han creado las bases de recursos humanos e infraestructura necesarias, para el tránsito a una economía basada en el conocimiento. Y no solamente por la amplitud de su plantilla de ciencia y la acumulación de conocimientos científico técnicos, sino por la siembra de valores éticos y patrióticos (2).
El futuro científico del país se garantiza además con la creación de la Reserva Científica, constituida desde el año 1991, con los jóvenes talentos que estudian en nuestras universidades. Así los egresados universitarios de alto rendimiento, reciben el adiestramiento laboral que les permite desarrollar los conocimientos y habilidades que requiere la labor de investigación. Esta Reserva se ha constituido en fuente estable y altamente calificada de renovación del personal dedicado a la actividad científica. Y es un factor determinante en los resultados alcanzados en los últimos años en las investigaciones, la docencia y procesos productivos de alta tecnología.
Está en curso un cambio paradigmático que no sólo es un asunto epistemológico intracientífico, sino relativo a la manera en que se relaciona la actividad académica y científico técnico profesional, con el conjunto de la sociedad, con su cultura civilizatoria y destino político. Precisamente una de las tendencias que ha de imponerse para el desarrollo progresivo de nuestra sociedad es la del crecimiento del papel de los colectivos de científicos en la vida de la nación, tanto a nivel comunitario, como en los distintos niveles de toma de decisiones de carácter operativo y estratégico.
En la Batalla de Ideas y en los nuevos Programas de la Revolución, encontramos un cauce natural para desplegar toda la inteligencia y creatividad acumulada. Nuestra ciencia, es una ciencia para la paz, para el desarrollo humano sostenible, no para la guerra y la destrucción. El reto actual, es lograr que el impacto de la ciencia y la tecnología sean cada vez más efectivos en el desarrollo del país, en la vida y felicidad de sus ciudadanos y ciudadanas.
Nota:
(1)Declaraciones de Fernando González, titular en funciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) en Mesa Redonda Televisión Cubana, La Habana, 20 de abril del 2008.
(2) Agustín Lage Dávila: Cuba ha creado las bases para el tránsito a una Economía basada en el Conocimiento, Rebelión, 08-10-2007.
Felipe de J. Pérez Cruz
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