domingo, junio 10, 2018

La Proclama de Tiahuanaco de Castelli, el orador de la revolución



El 25 de mayo de 1811, a un año de comenzada la Revolución de Mayo, Castelli realiza un acto en el Alto Perú donde da lectura a la Proclama de Tiahuanaco.

La sociedad altoperuana: la explotación indígena como fuente de riqueza

En 1776 la Corona española, mediante las Reformas Borbónicas, conformó el Virreinato del Río de la Plata. La incorporación del Alto Perú, importante zona minera, tuvo la finalidad de utilizar el puerto de Buenos Aires como salida al Atlántico.
La región del Alto Perú tenía características diferentes al resto del nuevo virreinato. Su importancia económica radicaba en que se extraía metales preciosos de las minas de Potosí y Cochabamba. Alrededor de la zona minera florecieron importantes ciudades comerciales como La Paz y otras de puro consumo como Chuquisaca. La sociedad altoperuana presentaba una alta complejidad en su sistema de castas. La elite, tanto española como criolla, se enriquecía enormemente a costa de las minas y las actividades económicas que se generaron a su alrededor. Esta riqueza se basaba en la explotación de la mayor parte de la población que era indígena que se encontraba obligada a trabajar en las minas bajo el sistema de mita y yaconazgo. (1)
En la zona andina todavía estaba presente la rebelión de Túpac Amaru que fue una importante resistencia indígena a la dominación hispanoamericana en latinoamericana. Durante seis meses indígenas de las zonas mineras (con centro en Perú) lucharon contra la explotación que sufrían y, las elites gobernantes temieron por el derrumbe del orden colonial. Luego de ser derrotada la rebelión, las represalias fueron tan fuertes como el temor que había generado: el cuerpo de Túpac Amaru fue desmembrado y enviado a diferentes partes de la zonas mineras, asesinaron a más de cien mil indígenas y se prohibió el uso de lenguas como el aymara y el quechua, siendo obligatorio el castellano.
Si bien hacia 1811 las mina de Potosí se hallaba en decadencia, la elite criolla altoperuana defendería sus rol económico y su estabilidad social frente a los intereses porteños que buscaban valorizar la zona pampeana y litoral como nuevo centro económico, privilegiando el comercio de ultramar con el capital inglés.

Mayo de 1810

El 25 de mayo de 1810, ante la captura del rey de España Fernando VII por parte de Napoleón, se conformó en Buenos Aires y en otras ciudades de las colonias americanas, juntas de gobierno en los cabildos para deliberar sobre qué posición tomar frente a la situación en Europa. La llamada Junta patria estuvo conformada por militares (Saavedra y Azcuénaga), abogados (Paso, Belgrano, Castelli y Moreno), comerciantes (Larrea y Matheu) y el sacerdote Alberti quienes gobernaron en nombre de Fernando VII, la cual no reconocía la autoridad del Consejo de Regencia de España e Indias, pero aún gobernaba nominalmente, en nombre del rey de España Fernando VII.
Dentro de la complejidad que tuvo el proceso de ruptura con la metrópoli española (1810-1816) es importante destacar que la llamada revolución de mayo no fue una revolución social, sino fundamentalmente política en la cual hubo un recambio de la elite gobernante. El objetivo de los criollos porteños era obtener autonomía para comerciar con el capital inglés. La negativa de la corona española fue radicalizando el proceso histórico que tuvo como resultado la ruptura con España y, a su vez, más tarde, la conformación de una elite oligárquica vinculada a la dominación económica del capital británico.

La campaña militar en el Alto Perú

Castelli se encontraba al mando de la campaña militar al Alto Perú (actual Bolivia) con el objetivo de encontrar apoyo de dicha región a la Primera Junta de Buenos Aires, Es decir, que la expedición al norte se realizaba en el contexto de la revolución de mayo. Castelli, quien conocía la región ya que había estudiado en la Universidad de Chuquisaca, actuaba bajo la dirección de la Junta porteña, siendo Mariano Moreno quien elaboró las directrices para la campaña militar.
Desde el punto de vista militar el Alto Perú jugaba un importante papel para detener el avance realista desde Perú, por lo tanto la región se encontraba en disputa. Los dos ejércitos necesitaban hombres y financiación para la guerra.
Es en este marco que, al cumplirse un año de iniciada la revolución de mayo, Castelli realiza un acto en las ruinas preincaicas de Tiahuanaco donde lee la Proclama escrita por él y firmada también por Monteagudo.
En ella se expresaran los idearios de Mariano Moreno, Castelli y Monteagudo quienes representaban el ala más radical de revolución, frente a la más moderada liderada por Saavedra. Cabe aclarar que ninguno de los dos sectores se proclamaba por la independencia frente a la monarquía española y a su vez representaban los intereses de la elite porteña.

La proclama de Tiahuanaco

Teniendo como escenario las ruinas preincaicas, Castelli proclamó derechos sociales y políticos para los indígenas. Los reconoció como hombres libres e iguales, derogando los abusos e imposiciones que pesaban sobre ellos en nombre de la Corona y de la religión católica.
“…que los indios son y deben ser reputados con igual opción que los demás habitantes nacionales a todos los cargos, empleos, destino y honores y distinciones por la igualdad de derechos de ciudadanos, sin otra diferencia que la que presta el mérito y la aptitud […] reformar los abusos introducidos en prejuicio de los indios, aunque sean con el título de culto divino, promoviendo su beneficio en todos los ramos y con particularidad sobre repartimientos de tierras, estableciendo escuelas en sus pueblos y excepción de carga o imposición indebidas…” (2)
A su vez promovió mecanismos de democratización interna, otorgándoles derechos políticos como la libre elección de los caciques por parte de sus comunidades, eliminando los privilegios de propiedad o de sangre que gozaban sus jefes comunales. (3)
“… Y estando enterado por suficientes informes que tengo tomados de la mala versación de los caciques por no ser electos con el conocimiento general y espontáneo de sus respectivas comunidades y demás indios […] mando que en lo sucesivo todos los caciques sin exclusión de los propietarios o de sangre no sean admitidos sin el previo consentimiento de las comunidades, parcialidades o aíllos que deberán proceder a elegirlos con conocimiento de sus jueces territoriales por votación conforme a las reglas generales que rigen en estos casos…” (4)

¿Derechos reales u oportunismo político?

En relación a la proclama existe un amplio debate sobre si fue una política para conseguir base social, hombres para el ejército y dinero para la campaña militar o si fue expresión real del ideario del sector más radical de los hombres de Mayo. Se puede concluir que la política del sector que lideraba Castelli no pudo imponerse pues carecía de bases sólidas en las que apoyarse y terminó primando la política de la Junta. A su vez, no dejaban de pertenecer a una elite que no estaba dispuesta a remover desde los cimientos la estructura social, sino más bien buscar una nueva relación con las potencias europeas.
Por otro parte, la Proclama de Castelli donde otorgaba la emancipación a los indígenas no pudo consolidarse ya que no encontró apoyo en la sociedad altoperuana, que vio amenazados sus privilegios, y el Ejercito del Norte fue derrotado en la batalla de Huaqui. De conjunto, el sector más conservador de la Junta cobró peso y logró imponerse una política más conservadora donde primó una “revolución en la estabilidad” como afirma el historiador Halperín Donghi.
Juan José Castelli a su vuelta del Norte fue llevado a juicio acusado de traición y mal desempeño. Quién fuera llamado “el orador de la revolución” murió antes de que se lo sentencie.

Florencia Rodriguez

Notas

1. Mita y yanaconazgo eran dos instituciones indígenas de los Incas que los españoles aggiornaron a las necesidades de explotación de la mano de obra (para los Incas tenía un componente más simbólico que económico). La mita era turnos de trabajo rotativo de todos los hombres mayores de 15 años por un tiempo determinado y el yanaconazgo eran servidores -en general domésticos- de los españoles (en la época Inca se llamaban Yanas).
2. Goldman, Noemí. El pensamiento de los hombres de mayo, Ed. El Ateneo, pág. 162.
3. Goldman, Noemí. Los jacobinos en el rio de la plata: modelo, discursos y practicas (1810-1815) en: Imagen y recepción de la Revolución Francesa en la Argentina: jornadas nacionales, Grupo Editor Latinoamericano, 1990.
4. Goldman, N. Op. Cit, pág. 162.

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