jueves, junio 07, 2018

¡Libertad al pueblo palestino!



Esta nota se escribe en respuesta a la expresión sionista y neoliberal plasmada en los diarios hegemónicos de nuestro país.

En un contexto mundial abiertamente belicoso, las posiciones se tornan cada vez más extremas. Los medios hegemónicos, lejos de estar exentos, toman partido en función de sus intereses comerciales y políticos –los cuales además están atravesados por un arraigado odio de clase y un enfático antisemitismo-. Esta vez, el centro del conflicto gira en torno al partido que la Selección Nacional iba a disputar contra el seleccionado israelí en Jerusalén éste sábado 9 de junio. Dicho encuentro se iba a enmarcar dentro de los festejos por el 70 aniversario de la ocupación israelí en territorio palestino.
​Aunque pareciera quedar a las claras la intencionalidad geopolítica del encuentro –entendiendo a Mauricio Macri y a su par Israelí, Benjamín Netanyahu, como pilares globales del último aluvión de gobiernos derechistas- resulta imperioso puntualizar algunas cuestiones irreconciliables, a partir de las cuales queda en evidencia la hipocresía mediática al caracterizar al partido como un “ encuentro amistoso”:hace apenas tres semanas, el 14 de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump -respondiendo positivamente al histórico pedido del Gobierno de Israel- ejecutó el traslado de la Embajada norteamericana hacia Jerusalén Este, zona de conflicto interminable. Semejante posicionamiento estadounidense en torno a la profunda disputa territorial existente entre estas dos naciones, despertó un fuerte rechazo en las entrañas del pueblo palestino, el cual no tardó en manifestarse en las calles. Ante esta situación, tomó intervención el Ejercito Israelí, haciendo lo que mejor hace: reprimir sin ningún tipo de respeto por la vida de miles de civiles palestinxs; reprimir con balas de plomo, y causando no menos de 60 muertxs y 10.000 heridxs. Para peor, luego de la sangrienta jornada, Michal Maayan –portavoz del Gobierno Israelí- respondió jocosa y orgullosamente ante las preguntas de un periodista irlandés de la cadena RTÉ.: “bueno, no podemos meter a tanta gente en la cárcel; estamos hablando de cientos de personas que están atacando nuestras defensas; y le puedo asegurar que nuestro Ejército no está disparando a matar, disparan para disuadirles que se muevan”.
Ante el genocidio que esta sufriendo el pueblo palestino -el cual goza del mas estruendoso silencio, promovido tanto por las grandes potencias mundiales, como por los organizamos de control internacional(que paradójicamente, éstas mismas integran)- es que se manifiestan en contra de la realización del partido de futbol en cuestión. Esto quedó reflejado en una declaración del embajador palestino en Buenos Aires, Husni Abdel Wahed: “Este partido es como que nosotros celebráramos el aniversario de la ocupación de Malvinas, esto sería una aberración, una falta de respeto y una agresión al sentimiento del pueblo argentino”.
A esto se suman las protestas realizadas el día de ayer por argentinxs y catalanxs, alrededor del complejo deportivo del Barcelona durante el entrenamiento matutino de la Selección Nacional. A los pies de los manifestantes había una camiseta argentina manchada con pintura que simulaba ser sangre, intimando a los jugadores a que rechacen ser cómplices de la jugada geopolítica en la cual fueron introducidos involuntariamente. Unos días antes, setenta chicos palestinos le habían escrito una carta al Messi pidiéndole “no rompas nuestros corazones”. Le profesaban su admiración y le contaban que el estadio de Jerusalén donde se iba a jugar el partido “está construido sobre nuestra aldea destruida en Al Malha”.
Finalmente el partido fue suspendido, y para que ello sea posible fue fundamental el posicionamiento de los jugadores al respecto. Ante todo pronóstico, en un contexto nacional e internacional que va de regresivo a retrogrado, los jugadores –aunque sea por temor- se manifestaron del lado de la justicia. Muchxs éramos lxs que dábamos por hecho que el partido se iba a realizar de todas formas, pero esta vez la lucha venció a la impunidad.
“No puedo, ni quiero, ni debo renunciar a un sentimiento básico: la indignación ante el atropello, la cobardía y el asesinato”. Rodolfo Walsh

Juan Stoffennmacher

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