jueves, octubre 18, 2018

La desaparición del periodista Khashoggi complica cada vez más a Arabia Saudita



Un diario turco publica imágenes y supuestos audios que complican a la monarquía saudita. Estados Unidos busca proteger a su histórico aliado. El foro económico 'Davos del desierto' que se celebra en Arabia Saudita a punto de fracasar.

La Policía turca buscó este jueves en el bosque de Belgrado, cerca de Estambul, pistas sobre el paradero del periodista Jamal Khashoggi, desaparecido tras entrar al consulado de Arabía Saudita en esta ciudad el 2 de octubre.
La policía había registrado la residencia del cónsul saudí en Estambul, a la que pudieron acceder ayer después de que el martes la inspección no fuera posible ante la falta de cooperación de las autoridades saudíes. El cónsul Mohamed Otaibi viajó este martes a Riad y, según informa la prensa saudí, fue destituido.
La trama por la desaparición, luego de que entró en el consulado para un trámite burocrático, del periodista saudi Khashoggi, que vivía exiliado en Estados Unidos desde el año pasado por criticar el rumbo autoritario de la monarquía de su país, está tomando dimensiones cada vez mayores.
El diario turco Sabah publicó varias imágenes de las cámaras de vigilancia en las cercanías del consulado saudita, tomadas el día de la desaparición de Kahshoggi. En esas imágenes se confirma la presencia de uno de los presuntos fieles al príncipe Mohammed ben Salman en el comando de 15 agentes llegados desde Riad.
El diario turco Yeni Safak, conocido por su cercanía con el gobierno, afirmó el miércoles que accedió a grabaciones que comprueban que el desaparecido periodista fue torturado antes de ser decapitado en el consulado del reino en Estambul. Ni las autoridades de Arabia Saudita ni las de Turquía han confirmado esa información, mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, presiona al gobierno turco para que el caso se esclarezca a fines de esta semana.
Según Yeni Safak quien dirigió la operación fue Salah Mohamed Al Tubaigy, un forense de la Dirección General de Seguridad saudita. El diario también asegura que en la grabación se escucha al cónsul saudita Mohammad al Otaibi decir: “Hagan esto afuera, me van a causar problemas”. A lo que el forense responde: “Si querés seguir vivo cuando regreses a Arabia Saudita, callate”.
El mismo día de la desapariciónde Khashoggi, un convoy de seis vehículos salió de la embajada saudí y entró momentos más tarde en la residencia del embajador, según informaciones de la prensa turca basadas en las imágenes de las cámaras de seguridad.
Jamal Khashoggi desde hace algo más de un año comenzó a criticar en sus columnas de opinión en el diario Washington Post al príncipe Mohammed bin Salman, que sacó credenciales de “reformista” al frente del ultra conservador reino saudita, y que Occidente compró con alegría y sin hacer muchas preguntas. Khashoggi sospechaba que le estaban tendiendo una trampa y ventiló estas sospechas, poco antes de desaparecer, a la BBC y otros medios.
Esas sospechas fortalecen la hipótesis de la responsabilidad de la monarquía de Arabía Saudita en la desaparición del periodista, lo que ha transformado la misma en una crisis geopolítica ya que el reaccionario regimén saudí es uno de los principales aliados de Estados Unidos en medio oriente.
El propio presidente Donald Trump, que mantiene su ambivalencia en torno a la desaparición, ha tenido que negar estar protegiendo a Arabia Saudí, tan solo un día después de defender su presunción de inocencia ante la oleada de acusaciones contra Riad.
Trump también pidió a Turquía que muestre a Estados Unidos las supuestas pruebas, filtradas por la prensa de ese país, sobre cómo Khashoggi habría sido asesinado y descuartizado en una operación macabra en la que participaron quince saudíes de los servicios secretos y el ejército.
Con la crisis aún en curso, a Estados Unidos se le hace más difícil defender a su histórico aliado. El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, anunció este jueves que no asistirá la próxima semana a un foro económico en Arabia Saudí. Directivos, funcionarios y empresas periodísticas ya habían decidido no participar del evento con el que la monarquía saudí pretendía simbolizar su deseo de aperturismo económico.
El Future Investment Initiative, bautizado como el “Davos del desierto” por su parecido al Foro Económico Mundial, ya había recibido la noticia de que no participarían otros altos cargos de Reino Unido, Francia, Alemania y Holanda, así como de organismos internacionales.
Mientras tanto el secretario de Estado, Mike Pompeo, defendió dar “unos días más” a Riad en la investigación. Pompeo, uno de los funcionarios más alineado a la política anti iraní de Trump, volvió a ensalzar la alianza estratégica con su principal socio en el mundo árabe.
La divulgación de supuestos audios o las imágenes de asesores de Salman en el lugar de los hechos, difundidas por la prensa, más el posible fracaso del "Davos del desierto", complican a la administración estadounidense que esperaba poder salir de esta crisis lo más rápido posible.

Diego Sacchi
@sac_diego

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