La pandemia no terminó ni se calmó, ahora viene la ola de subida.
M.H.: Estamos ante una situación realmente preocupante, los datos indican 20.870 casos en las últimas 24 horas. Es el número más alto registrado hasta el momento desde el comienzo de la pandemia en Argentina.¿Dónde estamos parados?
R.S.: Estamos subiendo más que parados, subiendo la curva de los contagios, esto no es solamente en la Argentina, si observás la curva mundial que publican algunos de los observadores lo podés notar.
M.H.: Cuatro mil muertos diarios en Brasil.
R.S.: Sumado todo globalmente estamos en una subida muy abrupta que se inició a principios de marzo y que sigue subiendo en todo el mundo. Con esto no quiero decir que nosotros estamos bien, sino que es muy preocupante, porque no es sólo un caso local sino mundial. Por ejemplo, llegó al mínimo de 300.000 contagios mundiales el 14 de febrero y ahí empezó a subir. Y ahora ya estamos por los 560.000 en menos de un mes y sigue subiendo.
En América Latina tenemos el caso de Brasil que no se puede medir totalmente porque hay muchas regiones donde los registros son muy defectuosos. En la Argentina en ese sentido son más confiables en general. Pero si recursos defectuosos dan semejante cifra, y recursos confiables también dan cifras altas, estamos en una franca subida de la pandemia. Lo cual quiere decir dos cosas, primero que la pandemia no terminó ni se calmó, ahora viene la ola de subida. Y lo segundo, es que se abre un nuevo peligro, porque cuanto más ande en circulación el virus, que ya lleva más de un año circulando, más riesgo de desarrollo de nuevas cepas que se pueden volver resistentes. Ya está pasando.
Solamente en Argentina entraron cuatro variantes de cepa, la californiana, la brasileña, la sudafricana y otra. Y en el resto del mundo también, sabemos el desastre que hizo la cepa sudafricana en Inglaterra. Cuanto más siga el virus circulando, más variantes y más cepas nuevas va a dar. Que se podría contrarrestar con la vacuna, y ahí viene el segundo problema, que la producción mundial de vacunas es insuficiente.
Está ceñida por un cinturón, una faja que no le permite crecer. Es un problema porque muchos especialistas están diciendo que, si al mismo tiempo que la población está vacunada parcialmente y el virus sigue circulando, las cepas que se generen pueden ser resistentes a la vacuna, eso sería mucho más peligroso porque habría que renovar la vacuna en breve tiempo y así sucesivamente.
No está solucionado, podría solucionarse, se aplastaría la pandemia si hubiera una producción masiva de vacunas y en pocos meses se pudiera vacunar por lo menos al 70% de la población mundial que es lo que los especialistas llaman el “efecto rebaño”. Si de 10 personas 7 están vacunadas, el virus ya no tiene campo de acción.
M.H.: Con respecto a este tema de las vacunas, quiero ir al tema de Astrazéneca, la vacuna que estamos produciendo en nuestro país que se envasaría en México supuestamente, los mejicanos dicen que no tienen cómo hacerlo entonces la mandan a Ohio, EEUU. Vacuna que en los Estados Unidos no está autorizada. Y que motivó una acción del FIT en el laboratorio que tiene en nuestro país en Garín Hugo Sigman y un proyecto de ley presentado por el FIT para controlar la producción de esa vacuna y envasarla en nuestro país, cosa que ha sido planteado ya por 200 personalidades en una carta pública dirigida al Presidente de la Nación. ¿Qué nos podés comentar al respecto?
R.S.: Primero, es necesaria una intervención del Estado en este problema, porque hay una contradicción tremenda, en Argentina se están produciendo millones de dosis que ningún argentino recibió. Cuarenta millones por lo menos. Entonces es necesaria la intervención. El proyecto de ley que presentaron mis compañeros de Izquierda Socialista, Juan Carlos Giordano, y del PTS, Nicolás del Caño, simplemente plantea declarar de interés pública la fabricación de vacunas.
Entonces, si es de interés público el Estado tiene que intervenir para garantizar que se produzca la vacuna en cantidad suficiente, no solo que se hagan unas vacunas, sino que se fabriquen las que necesite el país, que no se pueden comprar todas, porque hay problemas de producción en todos los países por distintas razones.
Esa es la primer parte, apuntar a la intervención del Estado en la producción de vacunas. Eso significa dedicar un esfuerzo considerable, porque en el país existen los recursos. Va a México por un acuerdo comercial entre Hugo Sigman y Carlos Slim. Entonces Argentina produce la vacuna en “bruto” y se diluía, fraccionaba, envasaba, empaquetaba y se le daban las condiciones de cadena de frío en México para repartirla a toda América Latina. Porque el convenio de la sociedad de Slim con Hugo Sigman, y por el otro lado Astraséneca, que es la multinacional propietaria de la patente, es que le reserva todo el mercado latinoamericano a esta empresa formada por estos dos millonarios locales. Menos Brasil, donde han hecho empresas brasileñas con participación del Estado, un acuerdo con Astraséneca para el mercado brasileño. Para el mercado latinoamericano está esta empresa, y Astraséneca le da la patente solamente a esta empresa, pagando las regalías correspondientes.
Nadie más puede producirla, por la existencia de la patente. Solamente pueden hacerlo ellos. Eso ya es un cuello de botella, están poniendo un corsé que impide que se vuelque la producción a otros sectores, lo tienen prohibido. No pueden fraccionarse en la Argentina por el contrato comercial que existe.
M.H.: Mientras que en Argentina existen condiciones para hacerlo, eso es lo que plantean las 200 personalidades que mencioné.
R.S.: Es la irracionalidad de la explotación comercial de la vacuna que te lleva a esa situación.
M.H.: El gobierno argentino, silencio de radio.
R.S.: El gobierno argentino es amigo de Sigman.
M.H.: Que tengo entendido ha desarrollado todo su complejo farmacéutico con fondos del Estado.
R.S.: Con fondos o con ayuda importante y garantía de compra de la producción.
M.H.: Amigo del exministro de Salud, Ginés González García.
R.S.: Los lazos de amistad no los puedo explicar. Pero lo que sí puedo decir es que durante el gobierno de Cristina y a raíz de la epidemia de gripe de 2009 H1N1, unas instalaciones en Garín fueron habilitadas para la empresa de Hugo Sigman con fuerte apoyo del Estado. Y empezó a producir la vacuna para la gripe. El gobierno argentino se comprometió a comprar su producción durante 10 años, que vencieron el año pasado. No sé si se renovó esto o no.
Esto es importante porque si tenés garantizada tu venta durante diez años y además te ayudan a instalar la fábrica, es un buen negocio y eso es lo que ha pasado.
Estamos hablando de un empresario que figura en la lista de Forbes que tiene el ránking de los multimillonarios del mundo. Este empresario figura allí con un capital de dos mil millones de dólares personales. Lo cual está bien en algún sentido, pero está mal porque ese dinero sale de algún lado y como decía el recordado Luis Barrionuevo “nadie se hace rico trabajando”.
Esa empresa vio el negocio con Astraséneca y con Slim y planteó producirla, recibió el apoyo, pero no podían cumplir los plazos, entonces el gobierno, que había hecho una gran alharaca con que antes de fin de año se iba a estar vacunando a la gente con la vacuna de Oxford/Astraséneca y no iba a cumplir, pidió ayuda a Rusia que le ofreció la vacuna Sputnik.
La Argentina es uno de los pocos países que la está aplicando. Es interesante también que Rusia siendo productor de vacunas tenga una tasa de vacunación inferior al promedio mundial. Inferior al de la Argentina inclusive. Lo que indica que la preferencia está puesta en la ventaja comercial y en la influencia geopolítica.
También quiero decirte que hay muchas iniciativas respecto del problema de las patentes, por suerte. Por ejemplo, el petitorio que mencionás, que han firmado una cantidad interesante de dirigentes gremiales y personalidades, habla de suspender las remesas a México hasta que no entregue y se autorice a los laboratorios locales a producir y envasar la vacuna. Es distinto del proyecto de ley, va en el mismo sentido, pero la diferencia es que plantea la declaración de utilidad pública y la intervención del Estado en los distintos aspectos de la producción y distribución.
Con respecto a la producción tiene que ver con los “frasquitos”. México ha aducido distintas explicaciones, una de ellas es la falta de viales, que son estos frasquitos donde va la vacuna. De esos en Argentina hay una industria de más de cien años de antigüedad, la industria del envase de vidrio argentino que tiene una experiencia en la producción de millones de frasquitos para la industria farmacéutica local, que tiene la que capacidad técnica, la infraestructura fabril de cuatro empresas muy importantes como, por ejemplo, Durax que es una empresa que quebró y ahora está sostenida por sus trabajadores, fue muy conocida por su vajilla durante años y ahora ha incorporado la fabricación de envases. Eso solo por nombrar una, porque también están Rigolleau, Cristalux, etc. Y hay nuevas, de capital extranjero radicadas en Mendoza, que fabrican envases para la industria del vino y otra en Santa Fe. Es decir, por lo menos tenemos 5 grandes productores de envases en la Argentina. También tenemos la materia prima, porque hay vidrio. Así que perfectamente se puede acondicionar en la Argentina.
Y los procesos técnicos de la producción también son alcanzables en la Argentina porque, por ejemplo, es algo que hacen todos los días en el Instituto Malbrán. Esa tecnología de trabajar con virus de ingeniería genética se hace en el Instituto Malbrán, por no mencionar la antigua fundación Campomar y otros institutos del país. Es decir, tenemos la infraestructura, la tecnología y el recurso humano para completar la producción en la Argentina y desde aquí también exportar, pero se puede ampliar enormemente porque también se puede hacer en México.
Pero para eso se necesita la decisión política del Estado, del gobierno actual. Gran parte de la comunidad científica y personalidades públicas se lo reclaman. Y también la gente porque nos estamos dando cuenta que a este ritmo no se termina de vacunar, la Argentina tiene unos 4.500.000 de vacunados, para llegar a los 40 millones de habitantes nos falta bastante. Entonces es de necesidad. Y para eso me parece que están muy bien todas las iniciativas que hay y que pueden ir confluyendo, pero hay que generar una corriente de reclamo que haga fuerza sobre el gobierno y los que toman las decisiones para que se avance en ese sentido en la intervención del Estado en la producción de las vacunas, para poner recursos a disposición. Recursos que están y que se pueden usar.
Mario Hernandez | 08/04/2021
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