Las terminales automotrices colocaron insumos de protección y protocolos de seguridad, los cuales, al fin y al cabo, son para ellas un gasto de caja chica para poder sostener la producción. La planta de Pacheco estuvo parada desde fines de marzo hasta mediados de mayo del 2020. Desde entonces, trabajó sólo un turno de 6 horas, con burbujas de trabajadores que rotaban cada dos semanas. Desde agosto la producción, se retomó con los ritmos habituales, dos turnos en jornadas completas con todo el personal no licenciado.
La escalada descomunal de casos positivos, que se trasladan directamente a las familias obreras, no llamó la atención del SMATA, que hasta el momento no publicó ni un comunicado. La línea del sindicato es la de las patronales: hay que aprovechar el tiempo y el repunte del sector para recuperar la producción perdida el año pasado. La producción primero, la salud y la vida de los trabajadores mecánicos después. Volkswagen tiene una proyección de producción para el 2021 de 70600 unidades, lo que implica una variación del 192 por ciento con respecto al 2020.
La producción automotriz es, principalmente, una actividad que no tiene un ápice de esencial. Es necesario parar la producción de las terminales para frenar la escalada de contagios, no solo de los trabajadores, sino de sus familias. La situación de Volkswagen es solo una muestra de lo que se puede dar en las fábricas- y en todos los lugares de trabajo, en el comienzo de esta segunda ola.
Suspensión de la producción con el pago del 100% de los salarios.
Cristian Vargas
09/04/2021
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