Finalmente asumió la presidencia nacional Pedro Castillo, quien se impuso electoralmente en segunda vuelta contra la derechista Keiko Fujimori.
Todos los medios de prensa mundiales señalan la incógnita de qué rumbo adoptará el nuevo presidente. La agencia argentina Télam lo señaló así: “se espera que utilice su discurso inaugural para definir los aspectos básicos de lo que será su gobierno”.
Recién hace una semana la Junta Electoral reconoció el triunfo. En el ínterin se ejerció una fuerte presión sobre Castillo para que diera garantías de toda clase a las clases dominantes de que no iba a avanzar por ningún camino de medidas radicales. Castillo firmó diversas actas de garantía con la centroizquierda (Juntos por Perú de Verónika Mendoza), con las Iglesias, etc. Castillo pidió que continuara al frente del Banco Central Julio Velarde, un tecnócrata agente del FMI y los fondos financieros. Su vocero económico, Pedro Francke, estableció un fuerte “diálogo” con las cámaras patronales donde se comprometió en declaraciones públicas a garantizar que no se iban a cuestionar los derechos de propiedad, que cualquier modificación impositiva se iba a realizar con acuerdos con esas patronales, etc. La “segunda reforma agraria” fue definida como la disminución de la pobreza mejorando los servicios públicos e impulsando “la productividad”. El sistema privado de jubilaciones (AFP) no sería estatizado, sino que se buscaría incrementar su competencia…
Sobre la base de este curso adaptacionista de Castillo, el gran capital y el imperialismo dieron el OK a su proclamación y llamaron a la derecha fujimorista a ceder en su oposición, preparándose para ejercer un “control” desde el parlamento donde tiene mayoría y desde el conjunto de las instituciones del Estado burgués.
Efectivamente, ayer las autoridades elegidas para dirigir la Unicameral parlamentaria fueron impuestas por 69 votos de diversas coaliciones derechistas, contra 10 votos de otra lista ultraderechista que presentó a un diputado ex almirante y… 50 votos en blanco, constituidas por los bloques “oficialistas” que apoyan a Pedro Castillo. La derecha utilizando maniobras leguleyas impidió que se presentara la lista oficialista. Y esta se adaptó por completo aceptando la “mayoría” legislativa y se limitó a una tibia protesta y a votar en blanco, en lugar de retirarse y boicotear la maniobra derechista. Lo más importante es que 3 de los 4 legisladores electos fueron golpistas en noviembre pasado, no solo destituyendo al entonces presidente Martín Vizcarra, sino nombrando en su lugar y sosteniendo al golpista Manuel Merino. La movilización popular enfrentó la represión y provocó la caída de Merino. Ahora estos 3 han vuelto al frente de la Unicameral. En lugar de que se vayan todos, están volviendo todos.
Su programa de trabajo es claro. En primer lugar fortalecer todos los organismos colocando a Castillo bajo “vigilancia”. Hace un mes –mientras se estaba discutiendo con el Tribunal Electoral que no quería proclamar el triunfo de Castillo- se intentó que el viejo parlamento que acabó con sus funciones hace 48 horas, eligiera al llamado Tribunal Constitucional, un engendro reaccionario que se adjudica derecho a veto y a acusaciones para destituir al presidente. Se amenazó con un golpe parlamentario (vacancia) contra el presidente provisional Francisco Sagasti por no habilitar este camino. Fracasó esta tentativa por el repudio de la opinión pública. Pero ahora se querrá sancionar esta nueva realidad reaccionaria, pidiendo que se respeten los fueros del Congreso.
Reforma o Asamblea Constituyente Soberana
La inmensa mayoría de la burguesía acepta la “necesidad” de una “reforma constitucional”. Pero pretende que esta sea llevada adelante por vía parlamentaria (donde tiene mayoría) para controlarla. Pero la bandera central de Pedro Castillo y de los sectores que lo apoyaron planteaba la necesidad de una Asamblea Constituyente elegida por el voto popular.
Las urgentes reivindicaciones populares serían postergadas hasta la convocatoria de esta Constituyente. Este planteo es levantado por la centroizquierda, estrecha base del nuevo gobierno, que plantea que lo fundamental es darle estabilidad a la acción del gobierno. Perú tiene el 70% de los trabajadores sumergidos en la informalidad (en negro). El 50% de la población en el nivel de pobreza. Casi 200 mil muertos por el desastre sanitario frente a la pandemia (el más alto del mundo por cantidad de infectados). Las patronales han impuesto la llamada “suspensión perfecta” que facilita los despidos masivos, etc., etc.
¿Seguir esperando a la convocatoria de una hipotética Asamblea Constituyente para no desestabilizar al nuevo gobierno? De ninguna manera: hay que pasar a la acción directa para imponer los reclamos de las masas. Plan de lucha de los trabajadores por el salario, contra el desastre sanitario, por la derogación de la “suspensión perfecta”, nacionalización del sistema previsional bajo control obrero, etc. Es necesario avanzar hacia un Congreso de Trabajadores reclamando a los sindicatos y centrales obreras y de masas romper toda subordinación al gobierno y adoptar un curso de independencia obrera.
La Unicameral se va a atrincherar en que cualquier reforma constitucional sea desarrollada y controlada por su mayoría. Algunos opinan que para superar este escollo, el gobierno de Pedro Castillo alentaría el camino de juntar centenares de miles de firmas para que se convoque a un referéndum a favor o en contra de convocar a una Asamblea Constituyente. Habrá que ver si esto avanza o no pasa de ser un fuego de artificio adaptándose como viene ocurriendo hasta ahora a las presiones de la clase capitalista.
Muchos trabajadores ven la dinámica de capitulación y conciliación en que está sumergido Castillo, pero se ilusionan en que la contemporización actual es una “maniobra” del mismo para llegar al poder y luego ejecutar un plan de medidas antiimperialistas y pro trabajadores.
Este domingo 25, masas campesinas en Chumbivilcas, en el Cuzco, después de 4 días de huelga con corte de ruta, protestando por la autorización dada al transporte minero que destruye sus caminos comunales fueron fuertemente reprimidas con 15 heridos de gravedad. A pesar de ello, el lunes 26 volvieron a salir al corte de ruta. Uno de sus representantes declaró ante los medios de prensa, que espera que el presidente Castillo atienda sus pedidos, así como ellos apoyaron su candidatura durante la segunda vuelta presidencial. “Se tiene que recordar que el 97% de nosotros lo respaldó”.
La lucha en curso de los campesinos del Cuzco debe culminar solo con la derogación de la autorización depredatoria a las mineras, no debe aceptarse “promesas” para levantar el movimiento.
Independencia obrera y de los explotados.
Rafael Santos
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