En una carta difundida este jueves por varios medios, la asesora presidencial Cecilia Nicolini confirma la aguda situación con respecto a la llegada de dosis (particularmente del componente 2 o segunda dosis de Sputnik V) y la subordinación del operativo de inmunización nacional a los laboratorios y las potencias internacionales, sobre los cuales el gobierno no tiene injerencia alguna.
El mail, con fecha del 7 de julio, fue dirigido al CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa, encargado de los envíos de la vacuna Sputnik V. En ella, Nicolini menciona que la situación es “crítica” porque el componente 2 no llega: de 11.868.830 dosis, 9.375.670 fueron del componente 1 y 2.493.160 del componente 2. Al igual que con el resto de los laboratorios, la llegada de dosis fue manejada según las prioridades que cada empresa mantuvo.
Se revela que el gobierno actúa como rehén de los laboratorios, que activan y desactivan los envíos a piacere encubriéndose detrás de contratos confidenciales y acuerdos leoninos. Esto mismo es lo que le permitió a AstraZeneca incumplir con el 60% de las entregas programadas para el primer semestre del año sin sufrir ninguna represalia. Meses después se conoció que el acuerdo se firmó sin cláusula de penalidad, lo que dio rienda suelta a los retrasos incluso con un gran porcentaje de las dosis abonadas.
La Ley de Vacunas brindó un blindaje jurídico a las farmacéuticas, que luego fue ampliado a medida de las exigencias de Pfizer y demás compañías norteamericanas, a través de un DNU que disminuye la responsabilidad ante efectos adversos y establece un Fondo de Reparación Covid-19 a partir del cual el Estado se hace responsable de las indemnizaciones y otras compensaciones de los afectados. Este último gesto habilitó la donación de 3,5 millones de dosis de Moderna por parte de Estados Unidos, en un intento de insertarse en los mercados latinoamericanos y ganarle la pulseada a Rusia y China por el mercado internacional de vacunas.
La carta significó un puntapié para la oposición derechista, que cuestiona al gobierno por presuntas motivaciones «geopolíticas» detrás del acuerdo con Rusia y aprovecha… para reforzar su lobby por Pfizer. Unos y otros ponderan los mercados de las farmacéuticas a costa de la salud de la población. Como se mencionó más arriba, la concesión del oficialismo a los condicionamientos del imperialismo y este laboratorio cerraron la disputa, pero eso no se tradujo todavía en la llegada de vacunas.
Aunque el retraso en los envíos es evidente hace varios meses, esta es la primera acción en “reclamo” por parte del gobierno. El abastecimiento de Sputnik V es particularmente complicado. Por un lado, se encuentra el hecho de que solo el 15,65% de la población rusa completó los esquemas de vacunación mientras que el 23,2% recibió una dosis, lo que presiona por reservar inyecciones para la inmunización interna. Por el otro, las materias primas del componente 2 son altamente reactivas y por lo tanto su fabricación conlleva nuevas dificultades. La cartera de Carla Vizzotti intentó esconder ambos problemas a través de la firma de un convenio entre privados para que se produzcan las dosis en el país, con prioridad de fabricación del componente 2 para compensar lo que Rusia no podía garantizar.
Sin embargo, el acuerdo con Filgueiras tampoco significa que el 100% de las dosis se aplique a la población local ni mucho menos, incluso ya tiene contratos con otros países. De hecho, al Estado le saldría más caro pagar la vacuna de Richmond que la del Fondo Ruso de Inversión, con un valor de 15 y 10 dólares respectivamente. Por lo que devuelta se observa la construcción de una trama de beneficios para los laboratorios internacionales y los nacionales “amigos”:
La importancia de la aplicación de las segundas dosis surge de la aparición de nuevas variantes, especialmente la Delta. Y, como los datos oficiales indican, aún falta administrar 9.375.670 dosis del segundo componente pertenecientes en gran parte a los mayores de 60, ya que fue el primer grupo etario en poderempadronarse cuando solo había vacunas Sputnik V.
Teniendo en cuenta que la vacunación será un fenómeno anual, se pone en evidencia la necesidad de garantizar una producción local y estatal de vacunas; sin embargo, la orientación del gobierno es totalmente contraria. Todo indica que se mantendrá bajo el ala de los laboratorios, repercutiendo directamente en la salud de la población.
En cambio, el planteo del Frente de Izquierda de liberar las patentes, intervenir los laboratorios y poner los recursos necesarios para la producción local podría empezar a dar una salida a la pandemia. Esto, de la mano de la inversión en ciencia y técnica para desarrollar los proyectos que investigan una vacuna argentina y la centralización del sistema sanitario (hospitales, laboratorios y centros de investigación) bajo control de los trabajadores de la salud, permitiría garantizar la producción para nuestro país y el continente, ambos azotados por el acaparamiento por parte de los países imperialistas.
Lucía Cope
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