La respuesta inmune a la variante Delta, por parte de las vacunas desarrolladas hasta ahora, es una incógnita. Análisis preliminares de la vacuna Sinopharm constatan que presenta una respuesta inmunológica similar a la que se obtiene ante un contagio natural, pero produce una caída acelerada en la generación de anticuerpos. El estudio, de la Universidad de Oxford y de Jayewardenepura (Sri Lanka), señala una respuesta inmunológica altísima - 98,9% de inoculados entre 20 y 49 años producen anticuerpos y el 93,3% de los adultos mayores a 60 años. Esa inmunidad se reduce, sin embargo, luego de dos semanas de haber completado la inoculación: "hay una reducción de 1,38 veces de los anticuerpos contra la variante Delta, en comparación con la variante original de Wuhan. En el caso de Beta, la disminución fue de 10 veces; mientras la reducción frente a Alfa fue de 1,3 veces." (Cronista, 21/07). Otro estudio, en Estados Unidos, publicado por el Journal of the American Medical Association (JAMA, siguiendo el inglés) señala que Sinopharm presenta una efectividad del 78,1% para prevenir casos sintomáticos de la cepa original de Wuhan.
La variante Delta ha puesto en tela de juicio la efectividad del conjunto de las vacunas. Los estudios en tiempo real, como el de Sri Lanka con Sinopharm, se han replicado con las otras vacunas. Especialistas israelíes, del Ministerio de Salud de dicho país, señalan que la vacuna de Pfizer y Bio n' Tech tiene una caída de efectividad al 64%, aunque sigue evitando internaciones, muertes y cuadros graves en un 93% de los casos. Con esta salvedad, los gobiernos seguirán ‘abriendo’ la economía.
La revista Public Health England, afirma que la vacuna Oxford-AstraZeneca desciende al 60% de efectividad ante Delta, aunque evita hospitalizaciones en el 92% de los casos. Sobre la Sputnik V se ha asegurado un cuadro similar desde el gobierno ruso.
La variante Delta desarrolla una mutación en la proteína Spike, logrando "evadir" los anticuerpos, y aumenta la capacidad de infectar más células que las otras variantes. Esto lo afirma The Genotype to Phenotype Japan Consortium (G2P-Japan) en un reciente estudio.
El desarrollo de variantes como Delta, más agresivas, pone de manifiesto la precariedad de las vacunas desarrolladas hasta el momento en modo “emergencial”. El combate a la pandemia sigue siendo una tarea social y política, a saber, cortar la circulación viral mediante el aislamiento obligatorio, el testeo masivo y el seguimiento de los contagios, la ampliación del sistema de salud, incluido un mayor reclutamiento de profesionales, una reducción de la jornada laboral y un aumento de los salarios. La población aislada debe ser apoyada económicamente con una retribución igual al costo de la canasta familiar. Para esto es necesario que los estados dejen de pagar la deuda pública, que asciende a los 300 billones de dólares. Esta reorganización social, todavía parcial, ayudará a financiar la mejora de las vacunas conocidas. La ‘apertura’ económica, así como el acaparamiento de vacunas, es responsable de las mutaciones del virus, que se multiplican en un ambiente receptivo. El retorno a la normalidad por la simple razón de aplicar vacunas aprobadas de emergencia ha constatado no ser suficiente para poner fin a la pandemia. Delta se desarrolló en la India y de allí ha llegado al "primer mundo". El apartheid de vacunas ha sido torpedeado por el internacionalismo del coronavirus.
El recrudecimiento de la pandemia (‘tercera ola’) ha vuelto a golpear a los mercados, por la sencilla razón de que genera incertidumbre acerca de nuevas inversiones, incluso las financieras. El capital se pisa la cola. Para la humanidad en su conjunto se trata, sin embargo, de la salud y la vida, no de la plusvalía y el lucro. El antagonismo entre las primeras y la segunda hace al corazón del impasse histórico de la sociedad capitalista.
Joaquín Antúnez
22/07/2021
No hay comentarios.:
Publicar un comentario