Por caso, Malta -denominado “el país más vacunado del mundo”, con el 79,3% de su población con la inoculación completa-, una isla ubicada entre el norte de África e Italia y cuya población no supera el medio millón de habitantes, donde las restricciones son prácticamente inexistentes, las autoridades han endurecido los controles y las restricciones ante el avance de la variante Delta, asociada al ingreso de turistas provenientes de otros países europeos. El avance de los contagios ha sido exponencial: hasta comienzos del verano europeo -julio- los casos no superaban los dos dígitos, pero el lunes 12 ascendieron abruptamente a 634 (La Nación, 14/7).
Pero no solo Malta ha comenzado a tomar restricciones cuando parecía que el ´trauma´ de la pandemia había sido superado. En España, ante el avance de la “quinta ola” se han comenzado a endurecer medidas en varias comunidades. Los casos se han disparado un 80% en los últimos 15 días, lo que ha llevado la media nacional al límite establecido de 368 casos cada 100 mil habitantes para adoptar restricciones duras. Valencia ha decretado el toque de queda en 32 municipios y ha limitado la movilidad en toda la comunidad, mientras que Canarias, Catalunya y Asturias han tomado la decisión de cerrar el ocio nocturno, restringir reuniones sociales y adelantar horarios de cierre para actividades no esenciales. Madrid, en cambio, convertida en el nuevo bastión de la derecha, descarta tomar cualquier medida.
El problema principal en España está concentrado, según las estadísticas, en los jóvenes menores a los 30 años. En esa franja, la media de contagios duplica la nacional – 800 cada 100 mil habitantes, con picos de 2.000 contagios cada 100.000 habitantes en el caso de Catalunya. Aunque el ritmo de vacunación sigue un ritmo sostenido y se ha alcanzado al 46% de la población con inoculación completa, los trabajadores más jóvenes no cuentan con protección alguna. Catalunya es la comunidad más comprometida y se encuentra completamente desbordada, al punto de que las autoridades sanitarias afirman que no cuentan con test suficientes para hisopar a contactos estrechos asintomáticos.
Por su parte, Inglaterra también vive una situación crítica ante el avance de la variante Delta, a pesar de contar con el 50% de la población completamente inoculada. Esto ha provocado que los planes de Boris Johnson de comenzar una nueva etapa de “responsabilidad personal” a partir del 19 de julio haya comenzado a generar terror entre los pacientes vulnerables – 4 millones de personas. Los nuevos contagios oscilan entre los 34 mil y 37 mil casos desde hace semanas, el 99% de los cuales están asociados a la variante Delta, desplazando a la variante de Kent, anteriormente dominante en Reino Unido.
Otros países considerados “modelo” en cuanto a la gestión de la vacuna se muestran vulnerables.
En el caso de Israel, ante el aumento de los casos y hospitalizaciones, la mitad de los cuales involucra a personas con inoculación completa, se ha comenzado a aplicar una tercera dosis ante el miedo de una caída en la efectividad de la vacuna a los 6 meses de su primera aplicación, una verdadera advertencia mundial.
En América Latina, Chile que ha sido tomado como ejemplo de un plan de vacunación agresivo y cuenta con casi el 70% de la población completamente vacunada, tras registrar durante la primera quincena de julio un marcado descenso de casos (40%), ahora se ve amenazado por la llegada de la variante Delta. Los especialistas no aseguran que su principal vacuna, la Sinovac, sea efectiva para neutralizar a la nueva cepa y también están considerando aplicar una tercera dosis en los próximos meses. Por su parte, el gobierno de Piñera no tiene ninguna intención de aplicar alguna restricción, e incluso las zonas donde rigen restricciones a la circulación no cuentan con ningún control.
El relajamiento de las medidas sanitarias en función de los avances en materia de vacunación se ha demostrado harto peligroso. Desde el punto de vista político, sin embargo, los gobiernos se han valido de ello para motorizar el restablecimiento completo de la “normalidad” de la acumulación capitalista y retirar cualquier asistencia a la población. Las nuevas cepas, como ocurre ahora con la variante Delta, han colocado en entredicho la efectividad de todas las vacunas existentes -aprobadas de emergencia- hasta ahora. Lo más probable es que esto acentúe los choques entre los Estados asociados a los lobbies capitalistas de la ´Big Pharma“. Ya rige un verdadero ´apartheid´ vacunatorio en Europa, donde no es posible ingresar a ninguno de los 27 países de la UE ni a Reino Unido en caso de haber sido inoculado con cualquier vacuna de procedencia China o la Sputnik V de Rusia, ni siquiera con la Covishield, la versión de la AstraZenecca producida en la India; Estados Unidos aplica restricciones similares. Esta decisión no tiene ningún fundamento científico, sino comercial.
La pandemia se encuentra en pleno desarrollo, a pesar de los intentos estatales por ponerle fecha límite.
Los Fernández buscan anotarse en la línea de países que retornaron a la normalidad, a pesar de que la “normalidad” latinoamericana se encuentra enmarcada en un cuadro de rebeliones populares.
Joaquín Antúnez
15/07/2021
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