Los camiones han sido fletados por compañías poderosas del agro-negocio. Cuatro camiones de gran porte, estacionados en la explanada del Planalto, la sede de los tres poderes del estado, llevan inscripciones del Grupo Brasil Nuevo, una empresa que sirve al transporte de carga del agronegocio. Diecisiete camiones se identifican con la empresa Arroz y Feijao Grano Dorado, del interior del estado de Goias. La otra flota fue enviada por la compañía Hermanos Chiari Agropecuaria y una más de la empresa Diez Alimentos. El bloque parlamentario de Bolsonaro, “balas, bueyes y biblia”, está integrado por gran parte del capital agrario de Brasil. El agronegocio se encuentra entre los promotores de la deforestación de la Amazonía, la apropiación de tierras indígenas y la formación de milicias – los grupos armados encargados del asesinato de los luchadores campesinos.
Los asaltos al Congreso y al STF habían sido pronosticados para el día de ayer, fecha de la independencia de Brasil – o sea del establecimiento de un régimen monárquico oriundo de Portugal, separado de la metrópolí, bajo la protección del Imperio Británico. De acuerdo a versiones, el retorno a una suerte de régimen imperial sería una de los delirios de Jair Messias Bolsonaro. La operación de las empresas transportistas del agro-negocio está inspirada en la llamada “insurreccióm” que Trump planeó, el 6 de enero pasado, contra el Congreso de Estados Unidos. Una delegación de representantes de Trump participó en las jornadas del día de ayer.
En conformidad con toda su conducta reciente, la oposición brasileña y el PT en especial se atendrán a una salida ‘institucional’ de este atropello golpista, sin reparar en que estamos ante métodos de guerra civil, que solamente pueden ser combativos con eficacia mediante la movilización popular, en especial la huelga general, y el desarme de las milicias bolsonaristas y la Policía Militar que responde al mandatario.
Política Obrera
08/09/2021
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