El dibujante fue autor de numerosas obras de manga (Dr. Slump, Neko Majin, Sand Land), pero el cénit de su carrera fue la creación de Dragon Ball, obra que vio la luz en 1986 y continúa editándose hasta el día de hoy. Esta historia se reprodujo también a través de 7 series oficiales de anime *(la última, *Daima, aún por estrenar), más de 20 películas y gran cantidad de videojuegos, además de un incontable merchandising. La obra relata las aventuras de Gokú y sus amigos, que recorren el mundo en busca de las 7 esferas del dragón para invocar a Shenlong, dios dragón capaz de conceder cualquier deseo. En el camino, deben enfrentarse a todo tipo de villanos, siendo los más representativos Píkoro, Vegeta, Freezer, Cell y Majin Bu. Con esta premisa sencilla, se concentró en la acción y el humor y alcanzó reconocimiento mundial, convirtiéndose en un fenómeno de masas.
Una prueba de ello es la reproducción en pantallas gigantes del capítulo final de la serie Dragon Ball Super en diferentes plazas públicas de México, llamando la atención de miles de personas en el año 2018 (Milenio, marzo de 2018). Asimismo, dio origen a un movimiento de artistas independientes que dieron sus propias versiones no oficiales del manga, que se masificaron con el oscuro sello de Dragon Ball AF a lo largo de la década del 2000. A partir de este proyecto colectivo, se dio a conocer Toyotaro, actual sucesor de Toriyama (Sensacine, enero de 2024).
La serie no estuvo exenta de controversias (como toda obra) pero supo expresarse como una metáfora de los problemas sociales de Japón. En efecto, en la década de los ´80, el país nipón atravesó una fuerte crisis económica, que sacó a relucir el negocio de la especulación inmobiliaria. El maestro Toriyama consideraba a los especuladores como “la peor clase de personas” y los retrató creando al malvado emperador Freezer. Este icónico villano se dedicaba a conquistar planetas para venderlos al mejor postor, arrasando con las poblaciones locales a fin de llevar a cabo un espurio negocio (Espinof, junio de 2023).
Los personajes creados por Toriyama, como el emblemático Gokú, representan valores tales como la superación personal, la amistad y la justicia, así como la idea de no rendirse nunca ante la adversidad. Se promueve el entrenamiento físico como parte de una vida saludable, junto al estudio y el trabajo. Asimismo, la presencia femenina en Dragon Ball es determinante. Bulma, empresaria y científica, es creadora de inventos geniales que son clave para la historia. Otras mujeres, como número 18 y Caulifla, rivalizan en fuerza bruta con Gokú y sus amigos. El maestro tampoco se privó de incorporar personajes lgbti, como el misterioso Whiss. El mensaje final de la serie Dragon Ball Z fue, quizás, el más importante: que las personas no debemos esperar a un salvador, sino que la humanidad debe salvarse a sí misma y a su propio planeta.
Con profundo dolor, despedimos a un maestro. Toriyama-sensei, el cielo resplandece a tu alrededor.
Alex R
09/03/2024
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