La “cohabitación” del peronismo con Milei es todavía más evidente en el caso de los gobernadores. La reciente reunión del Norte Grande, entre Francos y los mandatarios -entre ellos el camporista Quintela y el massista Sáenz- trazó un horizonte muy claro para esa colaboración. “Así como el gobierno nacional necesita herramientas para ejecutar su plan, nosotros necesitamos previsibilidad”, dijo Sáenz. Las “herramientas” son las leyes reaccionarias que Milei presentó o quiere llevar al Congreso. La “previsión”, son los fondos que reclaman los gobernadores para los distritos. En la agenda de la reunión, ingresó “la moratoria, el paquete fiscal y la reforma laboral” (Infobae, 26/3). A cambio de los fondos que reclaman, los gobernadores peronistas le han transmitido a MIlei y a Francos su disposición a votar las leyes en danza.
En la reciente jornada del 24 de marzo, el aparato pejotista y K desplegó un dispositivo inusitado de movilización. Fue como decirle al gobierno: “aquí estamos”, o sea, postularse como interlocutor excluyente del gobierno, en lugar de la desdibujada o heterogénea oposición “dialoguista”. Esta operación está siendo concertada con el propio gobierno, como lo demuestra la toma y daca del Senado en torno de los dos nuevos jueces de la Corte.
La nota de Abascal, a su manera, sirve a este propósito – crear un escenario de polarización entre libertarios y kirchneristas. Esto, porque presenta al kirchnerismo mortalmente enfrentado al gobierno, y se aparta de todas las evidencias -abrumadoras- de colaboración política entre ambos. Otra ala del periodismo político, la de los columnistas de La Nación, se ha encargado de mostrar las pesadas evidencias de cooperación entre mileistas y kirchneristas. Expresan el punto de vista del macrismo, que teme ser desplazado del rol de soporte político y parlamentario del gobierno nacional.
La advertencia sobre las llamadas operaciones “destituyentes”, en cualquier caso, cumplen otra función: blindar al gobierno de Milei, oponiéndole a todo reclamo popular la evidencia de los votos recibidos en 2023. El sufragio universal -que es esgrimido como equivalente de la democracia- es el salvoconducto de un operativo de usurpación política y armado de un gobierno por decreto. El decretazo 70, que está vigente, abole los derechos laborales y los derechos constitucionales de huelga y de manifestación. En las últimas horas, el gobierno ´saldó´ las discusiones sobre la movilidad jubilatoria por otro decretazo, cuyo contenido volvió a modificar en cuestión de horas y que sanciona un despojo del orden del 30% de los haberes para los primeros meses de este año. “El voto”, reivindicado por el columnista Abascal, es la coartada que legitima un golpe de estado económico y un gobierno por decreto. De todos modos, y para tranquilidad del columnista, este régimen de excepción, dirigido a rescatar a los acreedores de la deuda a costa de trabajadores y jubilados, será sacrosantamente respetado por los agentes políticos y sindicales del kirchnerismo.
Marcelo Ramal
27/03/2024
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